Epílogo.

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Pareciera como que mi bebé para comenzar a tener forma en mi vientre solamente necesitaba que su padre estuviera al tanto de todo lo que pasaba respecto a él.

Nick me dijo que aunque lo supo todo este tiempo, nunca había tenido comunicación con la ginecóloga porque quería que fuera yo quien le llevara las primicias. Por lo que fuimos dos días después de lo que terminó siendo un gran fin de semana para nosotros, lleno de burlas por parte de Nick por la preocupación que vio en mí cuando lo vi vomitando, haciendo preguntas, y mucho sexo de reconciliación tanto en el hotel, como en en el río al que fuimos por último.

Cuando llegamos donde la ginecóloga ella le explicó a Nick como fueron las cosas desde la primera vez en la que llegué. Hasta las otras dos citas a las que me presente, porque al verlo tan emocionado con la noticia tocó su corazón y revivió momentos grandes.

Ella nos dijo que había una ecografía llamada doppler donde algunas personas tienen la suerte que a partir de la semana diez de embarazo se puede escuchar los rápidos latidos que el bebé da. Ya que el embrión esta completamente formado como un feto y sus partecitas ya van siendo colocadas en su posición correcta. Lo que quiere decir que ya puede tener su corazón formado y sus latidos pueden ser escuchados, aunque a una velocidad bastante rápida.

Nick no esperó que se dijera más cuando ya estaba aprobando que intentaramos hacer esa ecografía. La doctora me dio las indicaciones y nos llevó hasta la sala donde tenía los materiales se utilizaban.

—¿Pueden escuchar? —nos preguntó la ginecóloga. Yo si lo escuchaba pero estaba tratando de descifrar aquellos sonidos.

—Se escuchan muchos —respondí. Y cuando volteé a ver a Nick, descubrí porque se había mantenido callado. Él tenía sus ojos bastante llorosos y una sonrisa en su rostro.

Cuando descubrió que lo estaba mirando, sin vergüenza alguna dejó que sus lágrimas salieran pero en ningún momento quitó su sonrisa.

—Tenemos un padre emocional —comentó la doctora con voz tierna viéndolo. Nick asintió y limpió sus lágrimas—. ¿Es tu primer hijo?

Él carraspeó antes de responder.

—Sí.

—Puedo dejarte grabar el sonido, ¿te gustaría tenerlo en tu celular? La verdad es que es un poco confuso en este momento, porque es un corazón muy pequeño que esta buscando un orden correcto todavía. Sonará diferente una vez que tu bebé vaya creciendo, al ser el primer quizá quieras recordarlo.

Nick sacó su celular tan pronto como ella terminó de hablar y grabo tanto lo que la pantalla mostraba como los latidos de nuestro bebé.

Le agradecimos a la doctora cuando todo terminó. La bombardeamos con preguntas antes de irnos, siendo padres primerizos estábamos llenos de dudas sobre las primeras veces.

Nuestro bebé iba formándose bastante bien, hasta ahora el proceso que llevaba lo hacía ver como un niño que iba a nacer sano. Según ella dijo todavía nos faltaban unas semanas para poder saber el sexo y en una charla con Nick nos dimos cuenta que sería mejor dejar de crearnos una imagen de sí era niño o niña. Porque honestamente fuese lo que fuese igual iba a ser amado.

Tan pronto como llegamos a casa Nick le mostró el video a Jazmyn, y lo reprodujo una y otra, y otra vez cuando estábamos en la cama de su casa hasta la siguiente vez que fuimos con la ginecóloga y pudimos tener nuevos avances sobre el bebé.

Mi vientre comenzó a crecer con el paso de los meses, y cuando se notó lo suficiente Nick quiso que fuéramos a casa de su familia para revelar personalmente la noticia. Él le contó a su padre por llamada una vez, aunque su relación no solía ser la más cercana a Jeremy y a su esposa le emocionó bastante saber que iba a ser abuelo.

Nick había conocido a mis padres en navidad hace algún tiempo. Amaba a los animales, a su hija y era respetuoso. Fue algo así como la mano derecha de mi padre en esos días y el hijo mayor de mi madre. Ellos lo amaron y mi hermano menor lo admiro por su destreza al jugar fútbol. Una vez cuando fui de visita Nick se quedó en casa porque habíamos tenido una discusión, un poco tonta, como la mayoría de peleas que solíamos tener pero fue de ausencia realmente cuestionada en casa de mi familia, ni Jazmyn pudo ser capaz de cubrirla.

En la semana veinte de embarazo nuestro bebé dio sus primeras pataditas dándole así a Nick una vez más, un motivo para llorar. A mi también me emocionaba en ocasiones el hecho de saber que estoy llevando una vida dentro de mi, más aún, una vida de la persona que amo y que ella este tan emocionado como yo por vivir junto a mí ese momento.

Jazmyn estaban tan emocionaba como Nick y yo por todo lo que pasaba en el crecimiento del bebé. Ella y Nick todavía seguían haciendo bromas de mal gusto y viviendo la vida a su loca manera con humor que nadie aparte de ellos entiende. Nos convertimos en un tercio que era casi inseparable desde el día que Nick llegó a mi vida.

Con lágrimas de tristeza y de emoción se despidió de nosotros cuando finalmente accedí mudarme a casa de Nick.

Fuimos los tres con la ginecóloga el día en que nos dirían el sexo del bebé. Yo iba molesta porque a ellos dos se les había ocurrido hacer una apuesta, que terminaron cancelando porque les pedí que a mi hijo que no lo metieran en sus juegos de niños de cinco años.

Era un varón.

La apuesta habría sido gane de Jazmyn si se hubiera realizado. Ella dice que mi panza dictaba a eso iba a ser porque era la misma que su hermana tuvo cuando salió embarazada.

Ethan  Bateman nació el 08 de octubre a las 12:56 de la madrugada siendo la pequeña bolita peluda más bonita que he visto jamás, peso 7 libras.

Desde ese día hasta ahora, es un niño bastante proactivo que llegó a darnos felicidad y lo que realmente Nick y yo estábamos buscando.

Una familia.



Bajo las sábanas; Nick Bateman, Taylor Hill Where stories live. Discover now