Capítulo 10

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Dedicado a JupiteryUrano ♥️

Santi

*

—¿Saben qué deberíamos hacer? —preguntó Luis. Pudimos haber tomado el domingo para ensayar pero lo que hicimos fue quedarnos en casa de Beto y Luis tomando cervezas, fumando porros y haciendo nada.

—¿Una orgía? —sugirió Pacho.

Beto, Pauli y yo nos echamos a reír. Luis solo frunció el ceño y estuvo a punto de arrojarle una lata en la frente.

—Será entre ustedes, a mí no me cuenten —dijo Pauli, que estaba sentada a mi lado.

—Iba a sugerir que nos abriéramos un canal de YouTube —continuó Luis, ignorando la broma—. No sé mucho del tema pero a lo mejor nos ayuda a ser un poco más visibles, ¿no?

—No es mala idea. El problema es cómo haremos para grabarnos y editar los videos —intervino Beto—. Cuando Pauli nos graba nunca se entiende nada. Es un desastre.

—Me encanta ver cómo agradeces mi apoyo —replicó ella, un poco molesta.

—Nuestra amistad requiere que sea siempre sincero.

Continuaron discutiendo sobre si crear o no el canal de YouTube y el cómo hacerlo mientras mi mente divagaba. Por un lado seguía feliz y orgulloso de la respuesta del público el jueves en la presentación del Buenos Aires Rock: habíamos dejado de ser una bandita que cantaba en cumpleaños, y, aunque todavía tocábamos canciones de otras bandas famosas, empezábamos a ser nosotros, comenzábamos a ganar un nombre.

Por otro lado, María Jesús volvía a mi cabeza de vez en cuando. Ya fuera por la noche que habíamos compartido el jueves después de la presentación, por el hecho de que se quedara en mi casa, por el beso que nos dimos, o porque cada vez me resultaba más atractiva. En ocasiones me hallaba preguntándome si estaría muy mal compartir más con ella fuera del colegio pero descartaba tal opción. No solo porque todavía la veía como una niña inexperta, sino porque tampoco quería que la gente del curso empezara rumores o hablara de mí o mi vida privada.

Mientras menos compartiera con la gente de ese colegio, mejor.

Abrí el chat del salón —donde siempre había más de cien mensajes, sin importar cuántas veces lo revisara— y vi que ella participaba en una discusión sobre una evaluación que nos hicieron a principio de la semana. Me metí en la sección de participantes, busqué su contacto y abrí el chat. No supe ni para qué, porque no tenía intenciones de escribirle.

—¿Esa es la chica del jueves? —preguntó Pacho a mi lado. Todos hicieron silencio y esperaron a que él continuara el chisme—. Es la de su curso, la del beso.

—¿La besaste? —saltaron todos al mismo tiempo. Miré a Pacho de mala gana por soplón, solo se lo había contado a él; en respuesta, él torció los labios y se disculpó con una mirada.

—Sí, pero fue solo un beso, en una ocasión —contesté—. No es como si fuera a repetirse.

Era incómodo hablar de eso con Pauli a mi lado, bien era cierto que no teníamos nada formal —ella incluso salía con otros chicos y me lo comentaba de vez en cuanto—, no obstante, no dejaba de pensar que quizá podría caerle mal que yo le dijera que también lo hacía.

—No quiero que piense que quiero algo más con ella —añadí, y no era mentira.

—Entonces deberías decírselo porque no solo está en línea sino que te está escribiendo —señaló el pelirrojo.

Contracorriente © [EN LIBRERÍAS] [Indie Gentes #1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora