1©- Message

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¿Alguna vez has perdido a alguien?

¿Un amor? ¿Un familiar?

Bueno, déjame decirte que nada duele más que perder a un amigo. Sobretodo si sabes que éste vez ya no volverá a correr sobre la faz de ésta tierra. Ya no volverá a ver el amanecer.

Ya no volverá a hacer nada.

Observo su lápida. Se merece algo más que esto. Pero el presupuesto de sus padres no cubre los gastos del todo. Levanto mi oscura mirada para fijarla en las personas de alrededor.

Sus padres se estaban despidiendo de la poca gente que quedaba. Todos habían dejado su flor, dedicándole el pésame en una estúpida planta, para acto seguido volver a sus rutinas diarias.

Además de yo, estaban dos chicas y dos chicos. Solamente veían su tumba. Una de las chicas es la que estaba más afectada, ya que no paraba de sollozar en alto. Mis lágrimas eran silenciosas.

Aprendí a silenciarlas con el tiempo.

No me moví cuando cada uno dejó su flor y se fue por un camino diferente. Yo entonces me arrodillé ante la tumba de mi amiga y le planté un largo y silencioso beso a lo alto de su lápida.

-Que descanses en paz, Hannah- susurré.

Eramos cercanas, no como hermanas, pero sí lo suficiente como para que sea una de las pocas personas que conocían algo sobre mi pasado.

Aunque hubiese preferido tenerla a mi lado para siempre, para tener nuestras típicas charlas de chicas cada viernes por la noche, la prefiero donde está ahora. Era una gran luchadora, pero sufría mucho.

Era un dolor que se le asignó, y no tuvo opción para aceptarlo o descartarlo. Y eso es cruel. Paso de largo de sus padres cuando les observo llorar junto a otra gente. Solo le dediqué una sonrisa triste a su madre.

Sus ojos estaban completamente rojos de tanto llorar.

Miré el cielo despejado y el sol ocultándose en el horizonte. Ahora que lo recuerdo, hoy es viernes. Faltaban unas dos horas para que quedáramos Hannah y yo para nuestras charlas.

Mis ojos se cristalizaron al pensar en que ésta noche la tendría que pasar sola en casa. Fue cuando me apoyé contra mi pequeño coche que volví a abrir mi móvil.

Mi ceño siguió frunciéndose como cada vez que observaba ese mensaje. Fue un mensaje que me envió hoy Hannah por la mañana. Me pilló en el trabajo, pero me extrañó tanto que la llamé.

Pero no me lo cogió.

''Nos vemos ésta noche a las diez en el granero a las afueras de la ciudad. Hannahx''

La llamé por dos cosas.

La primera era por saber porqué demonios querría quedar en ese espantoso y abandonado granero a las afueras de Seattle. Y la segunda era porqué había decidido cancelar nuestros planes.

Pero al no contestarme, supuse que estaba enfadada conmigo o algo. Claro que no contaba con la llamada de su madre, diciéndome que la habían encontrado muerta en mitad del salón de su apartamento.

Sus padres son muy religiosos, tanto que ni dejaron a la gente acudir al tanatorio. La enterraron directamente. Apretando la mandíbula, maldigo al diablo y me subo en el coche, poniendo en el GPS de mi móvil la dirección del dichoso granero.

Pero antes, le mandé un mensaje a mi hermana.

''Llegaré tarde, no me esperes. Gracex.''

LA LISTA DE HANNAH✓حيث تعيش القصص. اكتشف الآن