Sentimiento de culpa

3.7K 423 61
                                    

Holaaaa!!!
Resulta que tengo un pequeño reto por si os animáis.
Erika es nombrada en otra de mis historias o más bien su libro LAZOS DE ARENA.
¿Quien de vosotr@s sabe decirme en cual?
Dedicaré el próximo capítulo a quien acierte.
¿Quien juega?
------------
Estoy entrando en la casa principal cuando el sonido de un coche llama nuestra atención.

—¡Mami! —Joley suelta mi mano y va dando saltitos hasta Susanna que ya ha bajado de su coche, cerrando la puerta de este con muy poca delicadeza.
Susanna acaricia el pelo de nuestra hija y deja un beso sobre su frente.

—¿Como ha ido, muñequita?
—Bien, mami. He jugado con Erika en la piscina y luego hemos ido a la casita de la piscina y hemos cantado juntas y luego papá vino y vio...
Intervengo antes de que diga algo que haga que Susanna me mire como un pervertido.
No soy un santo pero lo ocurrido fue un accidente.
—Has venido.
—Mi hija estaba con una desconocida. Por supuesto que he venido.
—No es una desconocida.
—Lo era para mi.
Intento no levantar la voz ya que Joley está con nosotros, pero me cuesta.
—Bueno, no pensé que tuviera que consultarte todo. Al fin y al cabo, ya no vives aquí. Además, esa chica es sobrina de Ed.
—Earl, Susanna. Lleva más de cinco años trabajando aquí y todavía no sabes su nombre.
Hace un gesto con la mano quitándole importancia al asunto.
—Ed, Earl, no importa. Trabaja para mi.
En realidad trabaja para mi.
Le contraté cuando me enteré de que íbamos a tener un bebé. Su seguridad era lo primero. Y lo sigue siendo.

—Papi, vamos. Me dijiste que verías mis dibujos.
—Claro que si, princesa. Enséñame lo que hiciste.
—Estarás feliz cuando los veas.
Decido hacer caso omiso a las palabras de mi ex mujer, aunque me preocupan un poco. Y tengo motivos por lo que puedo ver.

Joley es talentosa realmente.
Con cinco años casi dibuja mejor que yo, pero lo que me preocupa es el dibujo. Más de uno en realidad.

Aparezco en todos, pero por lo que puedo ver en muchos de ellos se me ve trabajando. 
Lo peor son las aclaraciones de la profesora sobre cada dibujo.

Joley jugando.
Mamá de compras.
Papá jugando con Joley.
Papá trabajando.
Papá viajando.
Papá al teléfono.

Y luego me enseña sus últimos dibujos.

Erika y Joley en la piscina.
Erika y Joley dibujando.
Erika y Joley cantando.
Y sigue así con otras muchas cosas.

El trabajo es importante para mi.
Trabajo mucho para que no le falte nada a mi niña.
Ella es lo más importante del mundo para mi.
Miro los dibujos una y otra vez.
¿Así es como ella me ve?
Siempre ocupado.

Me arrodillo a su lado y la vuelvo hacia mi.
Su enorme sonrisa es capaz de derretir un glaciar y me tiene totalmente enamorado de ella.
—¿Por qué estás triste papi?
Pone sus manitas en mis mejillas y las cojo para besarle una y luego la otra.
—Te quiero muchísimo.
—Yo también te quiero, papi.
—¿Es así como ves a papá? —señalo los dibujos.
Ella los mira y luego a mi.
—Si, pero no pasa nada. Siempre dices que soy lo más importante del mundo para ti.
—Y esa es una gran verdad, amor. ¿Te gustaría que papá trabajase menos?
—Si, pero ayudas a la gente y eso también es muy importante.

Mi trabajo como director y benefactor de distintas organizaciones benéficas quita mucho tiempo de mi vida personal.
Entre galas para recaudar dinero, viajes para conseguir otros benefactores y reuniones para organizar todo, he hecho que mi hija sienta que no me tiene a su lado.

Abrazo su pequeño cuerpo con fuerza y aprieto los ojos mientras lucho con la necesidad de gritar impotente.

Acaricia con sus manitas mi espalda y tengo que hacer un esfuerzo para no apretarla más contra mi.
—No pasa nada, papi. En vacaciones estaremos todo el tiempo juntos. ¿Y sabes? Le podemos decir a Erika que venga, porque ella es genial y tiene una voz muy bonita.
—Estoy deseando que lleguen esas vacaciones, pequeña. Estoy contando los días.
—Yo también.
Señala hacia la pared y veo un gran calendario que no estaba allí antes.
Marcado en rojo hay un gran círculo sobre el número treinta y las palabras vacaciones con papá escritas en mayúscula.
—Erika lo hizo para mi y dice que tengo que poner una cruz en cada día que pase, así sabré cuanto falta.
Sonrío mientras beso a mi pequeña y le hago cosquillas.
Erika Summers está empezando a gustarme mucho.

La voz al otro ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora