El momento de amarte

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Observo como su respiración se acelera, sus pupilas se dilatan y el labio inferior desaparece entre sus dientes.
Estoy sobre ella antes de mi siguiente aliento.
Sus labios responden a la demanda de los mios que saquean su boca hasta obtener todo lo que quiero de ella.
Estaba equivocado pensando que podría olvidarla. Y cada vez que un gemido escapa de sus labios, mi obsesión por esta chica aumenta.

Siento sus manos sobre mi pecho, haciendo presión para que me aleje, pero el modo en que presiona su sexo contra mi entrepierna es contradictorio.
Quiere esto tanto como yo.
Lo que sea de lo que debería querer hablarme tendrá que esperar.

Mis manos viajan hasta el dobladillo de su vestido y tirando de él hacia arriba recorro su suave piel con la yema de los dedos.
Es cuando llego a su sexo cuando me detengo en seco.
No hay nada que lo cubra.

Sus ojos, cerrados a causa de mis caricias, se abren al sentir que me detuve.
—¿Estuviste toda la noche sin nada cubriendo tu sexo?—pregunto con la voz ronca y dejando que la palma de mi mano cubra su montículo.
—No puedo llevar nada. El vestido es demasiado estrecho y se marcaría la ropa interior.
—Joder, Erika...
—Por favor, no te detengas de nuevo.
Cogiendo el dobladillo del vestido de nuevo lo arrastro por su cuerpo hasta que se lo quito del todo.
Hermosamente desnuda sobre las sabanas con solo el par de tacones que parecen gritar que la haga mía, y mi cuerpo encajado entre sus piernas,  tiro de la toalla que aun rodeaba mi cintura y bajo mi boca.

*****

He estado deseando este momento desde que la vi por primera vez. Quizá antes, al escuchar su voz al otro lado de la linea ese día.
Mi boca devora cada centímetro de su piel, bebiendo su sabor, anhelando más contra más la pruebo.

Sus gemidos suben de nivel cubriendo el sonido de nuestras respiraciones.
Mi lengua cubre sus pequeños y rosados pezones y mis dientes tiran de ellos mientras le acaricio los muslos y llevo una de mis manos hasta el vértice entre sus piernas encontrándola mojada, caliente y dispuesta.

—Tengo tantas ganas de probarte...
Sus piernas se separan más y lo tomo como una invitación.
Manteniéndolas con mis hombros justo donde están, coloco mi cabeza entre ellas aspirando mi propia versión de adicción, muriendo por sentirla temblar en mi lengua y sin esperar un solo segundo más lo hago.
Si su olor era adictivo, su sabor fue mi perdición. Una sola probada y ya no pude detenerme.

Sus dedos se aferraron a mi pelo.
Sus caderas se levantaban conforme yo aumentaba el ritmo.
Sabía que estaba cerca y quería retrasar ese momento tanto como deseaba que terminase para beber todo de ella y enterrarme profundamente en su interior.
Quería sentir sus paredes presionando mi miembro como si jamás quisiera dejarme salir.

Mis dedos se abrieron paso a su interior probándome lo que ya pensaba. Era jodidamente estrecha.

Su orgasmo casi provocó el mío.
Podía sentir la humedad en mi vientre al estar presionando mi miembro duro como una maldita barra de hierro contra la cama.
Sinceramente no estaba muy seguro de si iba a quedar en ridículo al meterla en caliente. Posiblemente no aguantaría ni cinco minutos antes de llenar su vientre con mi semen.

Y llegó el momento.
Paso la lengua por mis labios saboreando hasta la última gota de su clímax antes de dejarla probarse a si misma.
Sus uñas marcan mi espalda mientras me abro paso a su interior.
Es cuando estoy completamente dentro cuando me doy cuenta de que no me puse un preservativo.
Sin embargo pronto olvido ese pequeño descuido cuando Erika levanta sus caderas mientras gime aun más fuerte que antes.
Quito sus manos de mi espalda y las pongo sobre su cabeza manteniéndolas unidas.
—Vamos, cariño. Llevame contigo.
Y joder si lo hace.

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Feliz cumple Dana-juana
Muchísimas felicidades!!!!
Espero que la espera haya merecido la pena.
😘😘😘😘😘

La voz al otro ladoWhere stories live. Discover now