Un cuerpo sin vida

2.4K 266 32
                                    

Erika

Grité y apreté el gatillo. Una, dos, tres, hasta cinco veces hasta que vacié el cargador, y aún entonces seguí apretándolo, solo en el caso de que él se levantase y volviese a golpearme.
Arrebatarle el arma fue una imprudencia puesto que de haber reaccionado con más rapidez, ahora mismo sería yo la que yacería sobre un enorme charco de sangre. Un cuerpo sin vida.

La puerta del sótano se abrió de golpe, lo que me hizo apuntar el arma en dirección a aquellos que habían venido a herirme también.
—¡ATRÁS! No os acerquéis o dispararé. ¡Os mataré!
Una sarta de maldiciones salió entonces de las bocas de los hombres que había en la escalera descendiendo hacía mi, pero solo reconocí una voz. Una voz que pensé que jamás volvería a oír.
Las piernas me fallaron entonces y caí de rodillas soltando el arma en mis manos.
La sensación de alivio que sentí cuando los brazos de Trevor rodearon mi cuerpo fue algo que sin duda quiero volver a sentir por el resto de mi vida.
Estaba a salvo.

*****

Una semana ha pasado ya desde mi rescate.
No he salido de casa por miedo a los periodistas. Toda la historia sobre mi pasado y la implicación de Susanna y Derek ha salido a la luz. También se descubrió en la casa en la que me retuvo el cuerpo de José, el jardinero que se acostaba con Susanna.
Tampoco he abandonado mi habitación. Trevor me trae la comida, se encarga de que no me falte nada.
Por lo que él me ha dicho, haciendo un registro en la casa de Craig, encontraron su testamento y últimas voluntades. Todo lo que tenía, fue dado a obras de caridad, salvo una única cosa. Un anillo de pedida, con mi nombre en su interior y un sobre cerrado a mi nombre. Ambas cosas se encuentran al fondo del cajón de mi mesita de noche. No he tenido el valor para leer la carta.

Joley ha sido también mi salvavidas. Ella viene todos los días, se sube a la cama conmigo y me canta canciones de Elvis mientras acaricia mi pelo.
Sé que yo soy quien debería asegurarse de que ella esté bien, de que no tenga pesadillas por las noches y se despierte cubierta de sudor, pero no encuentro la fuerza para hacerlo.
Me obligo a comer, a ducharme e incluso a sonreír algunas veces, pero cuando cierro los ojos, todo lo que puedo ver es a Craig en el suelo. Muerto. Sin vida.
No importa cuantas veces me repito a mi misma que él no era Craig, que solo tenía su rostro, pero el resultado sigue siendo el mismo.

No se presentaron cargos por asesinato en mi contra. Después de las pruebas y testimonios que recabaron, se demostró que había sido en defensa propia, de modo que no iría a la cárcel.
Ahora solo tenía que lograr liberarme de mi propia prisión mental.

*****

Todavía no estoy segura de que ha sido lo que me hizo reaccionar.
Tal vez escuchar a medias la conversación que Trevor tenía con el médico que había estado tratándome o por lo que dijo Joley cuando pensaba que yo dormía.

—Extraño a mi mamá. No dejo de oír en la televisión que ella no era quien yo creía pero conmigo siempre fue buena, ¿sabes? Mi mamá me quería y yo la amaba y ahora ya no podré decírselo nunca más.— sus palabras fueron interrumpidas por su llanto y escucharla llorar casi me mató. No dudé en rodearla con mis brazos y estrecharla contra mi pecho mientras murmuraba palabras de consuelo que esperaba que llegasen a ella.
No podía seguir escondiéndome en mi misma mientras preocupaba a las dos personas más importantes de mi vida.

Estaba sola de nuevo. Trevor estaba bañando a Joley y podía oírla reír desde mi habitación. Eso trajo una sonrisa a mis labios porque me alegraba que Trevor pudiese lograr que ella fuese la niña a la que yo tanto he llegado a querer.
Tomando una respiración profunda, abrí el cajón de la mesita de noche y saqué la caja del anillo junto con el sobre. Abrí este primero.

Querida Erika:
Si estás leyendo esto lo más probable es que yo ya no esté en este mundo.
No sé cual será el motivo de mi partida pero me gusta pensar que estaría a tu lado en el momento de mi muerte. Justo entre tus brazos. Eso es lo que más anhelo.
Muchas veces quise decírte que te amaba. Todas esas veces en las que te veía suspirar por Derek mientras yo permanecía a un lado suspirando por ti.
Ojalá me hubieses visto entonces no solo como amigo.

Han pasado algunos meses desde que te vi por última vez. Tu ya te has creado una nueva vida y quiero que sepas lo orgulloso que estoy de ti y de lo que estás logrando con tus palabras.
Si. He leído y seguido tus historias y te aseguro que en el momento en el que salgan a la venta, que lo harán, los compraré y guardaré como el mayor de mis tesoros.

Otra cosa que no sabes es que compré un anillo de compromiso para ti, por si en algún momento me atrevía a dar el paso y te decía que eres lo más importante en mi vida a pesar de la distancia.
Lo tengo a mi lado mientras escribo estás palabras de puño y letra.
Solo espero y deseo ser algún día lo suficientemente valiente para ir a por ti.
Tuyo siempre, Craig.

Dejé la carta a un lado y abrí la caja. Lo que había en su interior me arrebató el aire de los pulmones. Era precioso.
Una banda de platino y una amatista en el centro en forma de lágrima.
Inconscientemente la deslice en mi dedo y admiré su belleza cuando un carraspeo me hizo mirar hacia la puerta.
Trevor desvió su mirada de mi hacia el anillo antes de salir por la puerta.

La voz al otro ladoKde žijí příběhy. Začni objevovat