El campeón es mi vecino

Familia Æther

Hace casi 7 años

Había llegado antes como todo buen novio, él estaba parado sobre el altar a la espera de la novia y.... no podía estar más nervioso.

El pobre hombre de cabellos azabaches nunca en su vida había afrontado un reto tan grande como el que implicaba casarse, su posición era firme, como la de un militar, pero aun así sus manos inquietas jugaban entre sus bolsillos, trataba de no sudar, pero lo hacía, ¿cómo podía estar el ahí?, él que siempre en las bodas se ponía nervioso, quien terminaba cometiendo alguna estupidez frente a todo el mundo en estos eventos ¿cómo había llegado a esto?

La respuesta apareció cuando por las enormes escaleras de la mansión, 2 personas rubias caminaban cuesta bajo con cierta elegancia. Los herederos Æther, el hombre de pocas palabras y la mujer del vestido blanco y aquellas hermosas joyas esmeralda, la razón de estar parado allí.

El hombre iba serio, aunque no lo pareciera, él estaba feliz, se notaba conforme se acercaban al fin de las escaleras, con cada escalón veía a su hermana, era ahí cuando una sonrisa se iba abriendo camino en su rostro, y la mujer a su lado, vaya, era el ser más feliz que hubiera visto en su vida. Lillie irradiaba una felicidad que contagió a todos en el lugar, aquella sonrisa solo resaltaba más su belleza.

Sus ojos conectaron cuando ella bajo el último escalón, ella lo miraba con gran amor y dulzura. Al igual que muchas otras mujeres, su sueño era casarse con el hombre que amaba, el hecho de estar a unos metros de lograr ese sueño hacía que unas lágrimas de felicidad se asomaran por sus hermosos ojos esmeralda.

Él, lejos de sentirse reconfortado por la mirada dulce de su futura esposa, se llenó de más nervios, no es que no estuviera feliz, lo estaba, pero ningún momento en su vida lo había hecho sentir así. Ganar el título de campeón de Alola, sin problemas, pelear a puño limpio con Mewtwo, ja, de niños, quitarle todas las malasadas a Hau, con los ojos vendados, pero nada se comparaba a esto, casarse era el reto máximo.

Cuando ella llegó al altar, le dio la mano, un gesto que él agradeció en silencio, pues gracias a el había logrado calmarse un poco, pero para su mala fortuna no lo suficiente.

La ceremonia transcurría con "normalidad" o al menos eso aparentaba Ash quien, con las manos juntas en frente, luchaba con los nervios internos. Estaba en la boda, pero al mismo tiempo no, su mente estaba en crisis, se casaba ¡Era su boda!, una boda que fue tan espontanea, un día estaba de novio y al otro ya esta de blanco (usaba traje blanco con corbata azul), aún no lo asimilaba, había tenido 2 semanas luego de la proposición para hacerlo, pero incluso ahí parado frente al altar no se hacía a la idea.

¿Cómo había terminado ahí?, él ya lo sabía, pero ustedes lectores, no.

Todo había comenzado, o al menos eso creía, el día en que su madre le entrego su anillo el cual ella quería que se lo diera a la mujer que amara y que lo cuidara cuando ella ya no pudiera. Eso había pasado hace ya 2 años, en ese entonces llevaba 2 años de noviazgo con Lillie, en ese momento no pensó en ella para llevar el anillo, es más no veía a nadie que fuera capaz de llevarlo. Fue gracias a una platica con Gary que se hizo a la idea de una serie de "requisitos" que el mismo consideraba que debería tener la persona que llevara el anillo, todos los anotó en donde pudiera recordarlos fácilmente. —La Ketchum perfecta —Era lo que opinaba Ash de la lista

Su llamada "Lista de la Ketchum Indicada", mostraba que la chica en cuestión debía ser amable y dulce, debía saber cocinar y tener múltiples talentos, ser buena y cariñosa con los Pokémon y la gente, fuerte e independiente, alegre y positiva, divertida y tranquila, delicada y elegante, no vanidosa, ingeniosa y creativa, tímida, paciente, sincera, empática, debería disfrutar las pequeñas cosas y empeñase en lo que quiere y no rendirse hasta el final, ¡ah!, y lo más importante, que lo quisiera —Nadie que me rodee encaja — o al menos eso pensó Ash.