Capítulo 15 : ¿Doble traición?

2.2K 160 4
                                    

No sabía que hacer , Cihangir vío cómo nos besamos, y tál vez piense mal.

Quería tomar un paseo, para relajarme.
Así que me vestí adecuadamente para el bazar.

Me dirigí a dónde se encontraban los caballos, tomaría uno y partiría.

-Súltana.- Salúdo un guardía que se encontraba jugando con un caballo.

-Buenos días.- Salúde amablemente.

-Discúlpe mi pregúnta,sultana.- Se apenó. -Pero ¿Saldra?- Pregúnto.

-Sí. Iré al bazar.- Afirmé. -Pero,no te atrevas a decír algo.- Amenazé.

-No, mí sultana.- Negó él. -Con su permiso, puedo acompañarla.- Propúso.

Creí que sería bueno que alguién me acompañase, así que acepte.

El guardía me ayúdo a subír al caballo, y lúego él lo hizo.
Le dío la órden al caballo, de que avance.

-¿Cúal es tu nombre?- Pregúnte.

-Soy Emir,sultana.- Respondío.

-Bueno Emir, me gustaría que seas mi acompañante.- Díje. -De ahora en más, seras mi guardía personal.-

-Sería un honor,sultana.- Díjo.

A los minútos, llegamos al bazar.
Había muchisima gente,y las caras de las personas, contaban echos terribles, que le ocurrieron.
Mi núevo guardía, Emir , notó cómo una anciana se acercaba hacía nosotros.

-¿Qué quieres?- Pregúnto Emir a la anciana.

-Súltana Efne.- Suspiro. ¿Cómo sabía quién era yo? -Debo predecirle algo.- Díjo. -Lo siento por dentro mío.- Finalizó.

Lúego recorde que ella ya había trabajado para mí, hace un tiempo.

-Está bien.- Suspire. -Dime.- Díje.

-Aquí no es correcto,sultana.- Avíso.- Vamos a mi casa.-

-Alto,sultana.- Díjo Emir, evitando mi paso. -¿Cómo sabemos que no es una trampa?- Pregúnto.

-Descuida, Emir.- Le respondí. - Íremos.-

Ibamos por las calles del bazar, hasta llegar a una casa algo abandonada.
Entramos, y la anciana se sento en una silla frente a la mesa.
Yo no apetecía sentarme.

-Súltana, algo malo le pasara a el principe Cihangir, Mustafa y Bayaceto.- Díjo la anciana.

-¿Cómo es eso posible?- Pregúnte.

-Ústed ya no ama a el principe Cihangir.- Díjo.

-¿Cómo te atreves a decír eso?- Pregúnte. -Por supuesto que lo amo.-

-Puede ser mi sultana, pero tál vez, tenga algúnas dudas.-Díjo. -Sí ústed deja de amar a Cihangir, él morira, al igúal que sus otros hermanos.- Díjo.

-¿Y Selin?- Pregúnte. -En ningún caso lo has nombrado.- Díje.

-Él será el próximo súltan, sí es que las cosas continúan cómo están.- Respondío.

-¿Qué debo hacer para evitarlo?- Pregúnte.

-Sólo debes amar.- Díjo. -Pero, ya es hora de que marches a palacio.-

-¿Ocurre algo?- Pregúnte.

-Sí quieres recuperar a Cihangir, debes ír de inmediato a palacio.-

-Está bien.- Asentí. -Muchas gracias.-

Salí júnto con Emir de la pequeña casa de la anciana. Me detúve apenas estuve en la puerta, y pensé en cómo viviría está mujer. Ví su casa, y noté cómo estaba algo arruinada.
Entre de núevo, para ir al encúentro de la anciana.

-¿Súltana?- Pregúnto extrañada al verme.

-Tenga.- Díje dandole una bolsa con una grán cantidad de monedas de oro, que le abastecería por unos cúantos meses.
-Alá la bendiga, súltana.- Agradecío la anciana.

Salí de la casa, y volví al palacío.

-Súltana, fue un gesto muy amable lo que ha hecho.- Díjo Emir, una vez que llegamos al establo a dejar el caballo.

Al entrar , le ordené a las criadas que le preparen unos aposentos a Emir, para qué este cerca cáda vez que lo necesíte.

Una vez dada esa órden, corrí de inmediato a los aposentos de mi Cihangir.
Al doblar el pasillo, y estar a unos metros de sus aposentos, noté cómo dos guardías se  encontraban en su puerta. ¿Algo habra pasado?

Cúando me encontré en frente de ellos, les exigí que me permitan ingresar, pero se refutaron.

-Por favor, necesíto pasar. ¿Algo le súcede a Cihangir?- Pregúnte.

-No, mi súltana. - Negó un guardía, él cúal observaba extrañado a el otro.

-¿Por qué no me permiten pasar?- Pregúnte.

Ambos guardías se miraron, y inclinaron la cabeza haciendo señas de "Sí" .

-Súltana,no queríamos decirle, para no lástimarla.- Suspiro uno de los guardías. - Sabemos cúanto ama a el principe, pero él... - Decía.

-¿Pero qué?- Pregúnte.

-Él está con una señorita.- Finalizó avergónzado el mismo gurdía.

-¿Qué?- Súspire, creo que mi cara fue de  espanto.

Narra Cihangir :
Mi madre, mando a una criada, según ella, para distraer mi mente. Pero, sabía muy bien porque la envió.
Era para olvidar a Efne. Eso jamás pasaría, aunque me dolío mucho la escena que ví, y no sé sí la perdonare.

-¿Tiene sed ,su majestad?- Pregúnto la criada, ya lúego de un momento que se encontró en mi cuarto.

No respondí, pero ella se levanto y fue por agua.
Me sentía feliz, ya que podía olvidar a Efne, y no sufrír. Mientras pensaba esto, noté como la criada divisaba mi joroba.

-¿Qué estas mirando?- Pregúnte. 

-Nada, su majestad.- Respondío.

-¡Retirate!- Grité.

-Pero, principe.- Súspiro la criada.

-¡Qué te retires!- Ordene por segúnda  vez. 

Ella sín más que decír, se marcho.
Al abrir las puertas de mis aposentos, ví que estaba Efne. Ella, al verme, se asusto. 

-Efne.- Suspire.

Ella se fue por los pasillos corriendo, sin decir nada.
No sabía que pasara después de esto.
Podria tener las esposas que quiera, pero ella es mi único deseo, mi único amor, mi única vida.

La sultana Efne ||Where stories live. Discover now