Capítulo 36 : Selin con el enemigo.

1.3K 84 8
                                    

Narra principe Selim:

Los guardías me llevaban hasta los aposentos de Suleyman.

-Selin... Tú esposa ha muerto... Ahóra veremos qué será contigo.- Me díjo mí padre.

-Padre. - Exclamé pero él me interrumpío.

-No, yo ya no soy tu padre, Selim.-

-Sultan, por favor, no me haga esto... Mis hermanos me han obligado a que díga aquella mentira.. Jamás sería real, por favor, debe crerme.- Pedí.

-No.- Negó. -Ya es tarde, Selim.-

Y unos guardías me tomaron, cáda uno de cáda brazo...

.

.

.

Narra súltana Hürrem :

Temía por el destino de mí principe... Aunqué lo que hizo no tiene justificación.
Yo sólo esperó que el sultán, no tomé la misma desición qué tomó con Nurvanu.

-Sultana, el sultán ha decidio qué hacer con Selim- Díjo Facria entrando a mis aposentos.

-¡Principe Selim!- Corregí.

-Súltana, lo siento mucho, ústed sabe que el sultán ha ordenado qué no llamemos principe a su majestad,debido a qué ya no es más su hijo.- Me advirtío.

-De todas formas, eso ya no es importante. ¿Qué pasa con Selin?- Pregúnte.

-Él sultán, ha mandando al principe a Roma.- Lamentó Facria.

Eso no era algo tán bueno... Ha entregado a mí hijo al enemigo.

... Por alá, qué nada malo le pase a mí hijo... Ní siquiera me despedí de él.

Narra súltana Efne :

Cihangir me informó el destino de Selin... Roma.

Él sultán mando a Selin con el enemigo. Y ellos ya se habían enterado de la traición de mí hermano.

Él sultán, tódo eso lo sabía muy bién. Por eso, había mandado a mí hermano a Roma.
Él no tenía la suficiente fuerza cómo para matar a su propio hijo, o al menos ordenarlo. Por eso, lo entregó al enemigo, dónde el destino de Selin, está en manos de ellos. Y eso para Suleyman, ya no es su problema.

Ahóra, siento qué tódo está en órden... Ya no hay competencia por el trono... O sí lo hubiese ¿Podriamos controlarlo?

En cierta sinceridad... Si tengo miedo.. Miedo a que Selin se alíe con los Romanos, para acabar con el imperio.
Miedo a qué mis hermanos comienzen a enfrentarse.
Miedo a qué Bayaceto o Mustafá, se dejen llevar por la ambición de sus esposas.

Ahora, sólo debemos evitar aquello...

-Súltana, la súltana Hürrem, está en un estado de enfermadad muy critico, vengá de inmediato.- Me avíso un guardía.

Salí muy apresuradamente de mis aposentos, y fuí a los de mi madre.

Ella estaba en su cama, por lo visto, estaba muy mal...Lo notaba en sus ojos y en su piel.

-Madre. ¿Qué ha pasado? Dime.- Le pedí.

-Mi niña, estoy a púnto de partir.. Sé que prónto eso pasara.. Sólo quiero ver la unión que tienen todos tus hermanos antes de que eso pase.-

-Ahora no será, madre. Eso no pasará.- Comenze a llorar.

-Desearía haber pasado más tiempo junto a tí.- Anhelo. -Ven, abrazame.- Pídio.

No me negué en aquel abrazo.. Yo también lo necesitaba.

Nos separamos porqué alguién mas había entrado... Eran mis hermanos, mis sobrinos, mis hijos y el sultán.

Todos estaban allí.

-¡Hürrem!- Exclamó el sultán. -¿Qué está pasando?- Pregúnto.

-Me voy, süleyman. - Le respondío ella.

-Eso no pasara ahóra.- Múrmure, con lágrimas en mis ojos.

-No, ahora no esposa mía.- Díjo Cihangir qué estaba a mi lado.1

No dúde en darle un abrazo, necesitaba eso.

.

.

.

La sultana Efne ||Where stories live. Discover now