Episodio 3 - Say meet

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Episodio 3 - Say meet

Habían pasado casi seis meses desde la llegada de la princesa Rachel a las tierras de Gotham, su madre, quien pasaba el tiempo en sus habitaciones debido a la enfermedad que le aquejaba siempre le instaba a conocer más del que se convertiría en su esposo, sin embargo la joven se negaba a abandonar su compañía.

Lo realidad era que, pese a saber que su madre estaba en lo correcto al pedirle que conociera más de Damián, Rachel solo deseaba pasar todo el tiempo posible a su lado antes de que la muerte se la arrebatara ya que la mujer se negaba a ser sanada mediante la magia. Por supuesto la princesa sentía curiosidad hacia el heredero del castillo, pues a pesar de no interactuar, al saber la delicada condición de la mujer, tanto el muchacho como su padre le habían proporcionado el acceso a los mejores médicos y curanderas que el reino tenía para ofrecer; eso sin mencionar, las flores frescas que todas las mañanas una dama de la corte de nombre Maya le llevaba a su madre y que esta adoraba. Nunca le dijeron de parte de quien provenía tal regalo, pero no le costó demasiado adivinarlo tras una tarde en que por casualidad observo al príncipe Damián pasear con ojo crítico por los jardines del palacio y al día siguiente las flores que su prometido había estado analizando con cuidado fueran entregadas en sus aposentos.

En medio año apenas e intercambiaron palabra, ni hablar de pasar tiempo juntos. La salud de Lady Allera absorbía toda la atención de su hija y los Wayne parecían entenderlo perfectamente, después de todo era casi seguro que al Rey Bruce no le importaba demasiado que se hicieran cercanos o no mientras el compromiso y sus acuerdos permanecieran intactos.

Por su parte Rachel tampoco sabía cómo acercarse a alguien de personalidad tan hermética y fría como lo era el príncipe heredero. No fue hasta que un día el joven de ojos azules que siempre acompañaba al príncipe le vio caminando a solas por los pasillos del castillo y le invito a unirse a ellos en una de sus "travesías" en el puerto de la ciudad.

Sin estar muy segura del porqué, acepto sin dudar y siguió al menor hasta la costa donde una embarcación pequeña pero bien cuidada les esperaba, el príncipe al parecer se había retrasado y ella en lo absoluto acostumbrada al mar se maravilló con la vista que el mismo le ofrecía a pesar de las nubes y la niebla perenes de aquella región.

- Dami. - grito con entusiasmo su acompañante y fue cuando por fin los ojos de la muchacha cruzaron nuevamente con el que sería su esposo.

Ataviado completamente de negro, más de forma simple y carente de lujo, caminaba hacia ellos el príncipe, destilando seguridad y ocultando con éxito su sorpresa de verle allí.

- Mi señora. - saludo él con una reverencia mientras besaba la mano de su prometida a modo de saludo.

- Mi señor. - correspondió el saludo Rachel. - Lamento si mi presencia os inoportuna, pero Sir Jonathan me ha invitado a unirme a vuestro paseo.

- En lo absoluto mi señora, es bienvenida. - Y sin mediar más palabras el príncipe salto dentro de la barca donde Jon ya les esperaba y extendió los brazos hacia ella para ayudarle a subir tomándole, para su sorpresa, por la cintura y alzándole con una facilidad que le resulto impresionante.

Las ropas de Rachel no eran las adecuadas para aquel entorno, su vestido de seda estaba mojado y la tela le congelaba la piel en consecuencia del aire frio que les rodeaba, pero a pesar de tener que abrazarse a sí misma para mantener el calor, era incapaz de negar que disfrutaba en demasía la experiencia. Los pocos rayos de sol iluminando las claras aguas del mar y la brisa helada que le acariciaba las mejillas le hacía sentir por primera vez en toda su vida como si fuese realmente libre.

Pronto sintió como una capa tibia se posaba sobre sus hombros desnudos y al alzar la vista se topó con las esmeraldas que el príncipe Damián tenía por ojos; no intercambiaron palabras, ella acepto el gesto y el muchacho le abandono para ir en ayuda de Jonathan que parecía ocupado con las cuerdas y velas de la embarcación.

Su prometido era un misterio envuelto en magia y poder, mas parecía poseer un corazón tan cálido como el amanecer.

Historia de un reinadoWhere stories live. Discover now