Capítulo 31: tú eres la razón de mi felicidad.

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Pase gran parte de la tarde y noche pensando en que planeaba el amor de mi vida. Todo estaba perfectamente en orden, salvo por una cosa, esa pequeña duda que había sembrado Joaquín en mi… ¿A caso le gustaba hacerme pensar una y otra vez en él? ¿Es que no se daba cuenta que no necesitaba de un pretexto para pensar en él? Por alguna extraña razón siempre que se me cruzaba una imagen de él una sonrisa se dibujaba en el rostro, por eso mis hermanos me cargaban:

-Mira Julián… Joaquín volvió a atravesar en su cabeza- Dijo en tono burlo Isa-

-¿Es la numero?- Pregunto mi hermano cuando se acercó a donde estábamos las dos sentadas- Mira la cara de tonta que tiene-

-Y vos sos un celoso impresionante- Rompí el silencio, ambos me miraron con ojos de plato- No podes ser tan obvio hermanito- Me acerque a abrazarlo-

-Se ven tan tiernos- Dijo Isa riéndose, nuestras miradas con Julián se cruzaron y ambos sabíamos que hacer- ¿Qué van a hacer?- Dijo mientras vio como nos acercábamos a ella- ¡No! ¡Cosquillas no por favor!-Comenzó a reírse sin parar-

Tuvimos que para porque nos habíamos tentado y, además, el timbre había sonado. Me levante del sitio en el que estaba sentada para abrir la puerta. Cuando lo hice, una sorpresa se apodero de mí:

-¿Qué es esto?- Julián e Isa se levantaron y acercaron a mí-

-Puede ser una bomba- Se burló Julián, su tono irónico era inconfundible-

-No seas tarado queres- Dijo Isa golpeándole el brazo- Sera más fácil si lees la tarjeta-

Cuando encontré la tarjeta que acompañaba a la caja sonreí, y mis hermanos seguramente sabrían quién fue el autor de aquel regalo. Una frase que nunca olvidare tenía esa hermosa caja decorada: “Eres la razón de mi felicidad”. La tarjeta llevaba la misma frase por fuera. Cuando la abrí, ocultándola de mis hermanos, me encontré con la letra de Joaquín:

“Hace un mes que eres mi… Pero muchísimo más tiempo desde que alegras mis días… Por todo el día de hoy te recompensare por lo fácil y feliz que hiciste mi vida… Te amo como nunca ame a nadie…

Nunca olvides que eres la razón de mi felicidad.

Joaquín. ”

Cerré la puerta con la caja en mis brazos, me sente en el sofá y la abrí. Estaba llena de recuerdo, pequeñas cosas que solo nosotros entendíamos a que se refería. Había un boleto de cine de la primera película que fuimos a ver como novios. Un listón de una feria a la que íbamos años atrás. Fotos, muchas fotos que nos sacamos antes y después de salir como pareja. Era simplemente hermoso. Pero eso no era todo, habla una gran barra del chocolate que más me gustaba.

-¡Que rico!- Dije dándole una mordida-

-Este  te regala de todo y a mí ni una figurita- Se quejó cruzándose de brazos-

-Toma- Le tendí la barra de chocolate- Te convido un pedazo- No quiso aceptarlo, me levante y se lo deje en la mesa- Lo que más importa está aquí- Señale la caja y comencé a subir las escaleras-

-Pau… Yo…- Dijo Isa tratando de pedir un trozo de chocolate. No la deje terminar-

-Come tranquila Isa- Guarde la caja en un estante de mi pieza, junto con todas las cosas que tenía guardadas-

-Baja… Es para ti- Grito Julián desde abajo, tenía la ligera sesación de quien podía ser, pero no podía decirlo. Mi corazón palpitaba a mil por ahora-

Estaba al pie de la escalera, esperando verlo. Los únicos que estaban eran mis hermanos. Julián se reía sin parar, señalo la puerta y hacia allí me dirigí. Cuando abrí nuevamente la puerta me encontré con un ramo gigante de rosas, rosas amarillas. Las sonrisas no habían parado ese día y mis hermanos se reían de mí. Pero esa no fue la sorpresa, cuando las tome note la presencia de otra tarjeta... Tenía la misma frase de antes y la letra de Joaquín:

“Espero que te esté gustando todo… La siguiente sorpresa tendrás que irla a buscar… No es muy complicado, es un sitio donde nos vemos y expresamos nuestra pasión… Allí fue donde deje de negar lo que me pasaba… Te estaré esperando…

Joaquín”

-La academia- Corrí a la cocina con las rosas para ponerlas en el florero-

Mis hermanos me observaban sorprendidos, no podían creer lo rápido que iba. Puse las flores en agua, tome mi bolso y Salí de mi casa sin dar ninguna explicación. Camine lo más rápido que pude, tratando de arreglar mi cabello. La sonrisa no se borraba, allí estaba el amor de mi vida, esperándome. Cuando estuve en la puerta mi corazón comenzó a latir cada vez más rápido, no entendía a razón, pero estaba acelerado. Me decidí por atravesar la puerta y encontrarme con las luces apagadas. Avance en el oscuro cuarto esperando no chocarme con nadie. De repente sentí unos brazos en mi cintura haciendo que me estremezca.

-Hola mi vida- Susurro en mi oído provocando que se me erizaran todos los bellos del cuerpo- Espero que te hayan gustado los regalos… Pero te aseguro que es solo el principio- Las luces se encendieron y me permitieron ver el brillo de los ojos de mi novio. No resistí el impulso y lo bese-

Aquel beso fue de lo más tierno y dulce. Tenía mis brazos en su cuello acercándolo cada vez más, mientras que a cada instante el beso se iba haciendo más intenso. No podía ni quería separarme de él, no había razón para hacerlo. Nuestros labios estaban en la misma sintonía y no podía dejarlo ir. Cada tanto una sonrisa salía de mis labios sin dejar perder la magia de ese momento.

-Te amo… Te amo Te amo- Comenzó a repetir una y otra vez- ¡TE AMO!- Grito al final, una pequeña risita se me escapo y su mirada se fijó en mi- No te das una idea de cuánto te amo Paula-

Volvimos a besarnos sin importarnos el paso del tiempo ni la gente que podía estar a nuestro alrededor. El tiempo se había detenido para nosotros. Se separó un poco de mi sin soltar mi cintura. Sonrió ampliamente y sus ojos no dejaban de brillar:

-¿Vamos?- Pregunto, enlazándonos como lo hacíamos cada vez salíamos a dar un pase-

-¿A dónde?- Pregunte, mientras nos encaminábamos a la puerta-

-Ya lo veras…- Salimos de la academia sin ocultar nuestras sonrisas, al parecer este día recién había comenzado para mí-

Enamorada de mi mejor amigoKde žijí příběhy. Začni objevovat