La vida realmente me sonreía. Cada vez disfrutaba más de todo lo que me había tocado vivir y no me importaba nada de lo que los demás pensaran. Había vuelto a hablar con Anahí que estaba muy feliz junto a Andrés, llevaban el mismo tiempo juntos que Joaquín y yo y, ahora, organizábamos salidas los cuatro juntos.
Julián había conseguido un intercambio, su actitud en el colegio le dio la posibilidad de viajar a otro país en busca de algo nuevo por aprender. Isa estaba muy feliz, había recuperado el tiempo perdido al lado de Martín y de apoco se estaban dando la oportunidad que se debían.
Los dos meses se pasaron volando, con cinco presentaciones hechas en distintas ciudades, cercanas a la nuestra, todas junto al amor de mi vida. Karen no podía aguantarse la risa cuando nos poníamos a pelear y volvíamos a arreglarnos. Me acuerdo de lo nerviosa que se ponía cuando se acercaba una presentación y no dábamos importancia a lo que decía...
~Flash Back~
-Bueno...- Karen estaba entrando mientras Joaquín y yo estábamos abrazados en medio de la pista -Se acabaron los mimos y se me ponen a practicar por favor- Se puso en medio de ambos -Solo nos queda un día-
-Pero Karen...- Proteste estirando los brazos para unir mis manos junto a las de Joaquín -Déjanos un ratito más de descanso-
-No- Separo nuestros brazos -Es hora de ensayar-
Una sonrisa nació de lo más profundo del ser de mi novio, la típica sonrisa pícara que le aparecía cada vez que tenía una ocurrencia. En ese mismo instante mire hacia el espejo que teníamos a uno de nuestros lados. Karen se encontraba en medios de ambos, fue allí cuando comprendí lo que planeaba...
-¿Qué estás pensando hacer Joaquín?- Dijo Karen mirando su rostro, ella también conocía su gesto -Quédate ahí-
-¿Pero por qué me retas?- Se hizo el ingenuo mientras se acercaba y acortaba el espacio que tenía Karen entre ambos -Todavía no he hecho nada-
-Tú lo has dicho...- Karen dio un paso hacia atrás encontrándose conmigo -Todavía...-Se dio vuelta y dio con mi rostro -¿Paula?-
-No te va a doler- Dije dejando que una risita se escape -Te lo prometo-
-Chicos no...- No continúo, en aquel instante Joaquín y yo unimos nuestros brazos en un gran abrazo que la incluía a Karen -
Aquella situación hizo que los nervios de Karen aflojaran y pudiéramos disfrutar de las últimas horas de ensayo. Nos dijo que pensó que íbamos a hacer otra cosa, que lo que menos se esperaba era un abrazo.
El ensayo termino y prometimos estar temprano al otro día, debíamos estar bien preparados para la presentación.
~Fin de Flash Back~
Todo lo que hubiese soñado había conseguido lograrlo, compartir mi tiempo con el amor de mi vida, disfrutar de mi familia, reír sin importar lo que sucediera. Esa tarde había pasado a buscarme Joaquín, teníamos pensado ir a un parque de diversiones.
-Hola hermosa- Dijo tomándome de la cintura en cuanto abrí la puerta -¿Cómo amaneciste?-
-Bien...- Pase mis brazos por su cuello completando aquel abrazo-Extrañándote mucho-
Un dulce beso se apodero del roce de nuestros labios, cada vez eran más intensos y apasionados, cada vez los sentimientos se expresaban más y la vida me seguía sonriendo.
Tome mi bolso y salimos en busca de un poco de diversión. Mis padres estarían trabajando e Isa compartiría su día con Martin. No me atreví a preguntarle donde, solo le pedí que se cuidara.
-Y... ¿A dónde quieres ir primero?- Pregunto Joaquín cuando ya habíamos entrado al gran parque-Hay muchas cosas que podemos hacer-
-Mmm... Podemos ir a la montaña rusa- Lo mire, cuando oyó aquel nombre sus ojos se encendieron, sabía muy bien que era lo que le agradaba -Una vuelta-
-Bueno- Dijo tomando mi mano y echándose a correr hacia la fila-
Esa tarde me la pase riendo y disfrutando de Joaquín como lo hacía cuando solamente éramos amigos. Cada vez que podíamos compartir un ratito para estar juntos buscábamos cosas que nos diviertan a ambos. Ese día se había tornado genial.
Atravesamos por todos los juegos habido y por haber, riendo de cada cosa que nos pasaba, sin perder el romanticismo, diciéndonos a cada instante lo mucho que nos amábamos.
-Solo nos queda una cosa por hacer- Le dije a Joaquín observando la vuelta al mundo-Quiero observar el atardecer desde allí contigo-
-Sus deseos son ordenes princesa- Beso mi frente y me abrazo para encaminarnos al juego-
La rueda comenzó a subir y mi mano se aferró a la de mi acompañante. Se sentía tan bien estar a su lado, que me acompañe en todos los buenos momentos. El solo sonreía, la briza daba contra su cabellera castaña y la luz del atardecer le daba una belleza única.
-Te amo Paula- Susurro a mi oído -Te amo como nunca antes ame a nadie-
-Yo te amo más- Lo mire -Eres quien completo el vacío que no me dejaba ser feliz-
-Eres demasiado, demasiado para mí- Su voz dulce no perdía fuerza -Sin ti mi vida no será la misma-
-Sin ti yo no sería la misma- Pose mi mano en su mejilla, cerré los ojos y me deje llevar por el momentos-
Tal vez nadie comprenda la verdadera felicidad que sentía, o nadie entienda lo indispensable que era Joaquín para mí. Muy poco llegaran a vivir lo que me pasa y mucho menos soportar lo que se venía para mí. De un momento a otro sentí una opresión en mi pecho, una mala sensación, un mal presentimiento. Tuve la necesidad de saber cómo estaban mis padres, mis hermanos, como estaban todas esas personas a las que quería.
Las lágrimas de desesperación comenzaron a agolparse en mis ojos, las contuve hasta que nos encontrábamos fuera del juego. Le dije a Joaquín que me iría al baño, solo con la excusa de una cuestión femenina cuando en realidad se trataba de una desesperación, un dolor en el corazón que nadie iba a comprender.
La lágrimas comenzaron a salir sin parar, quería hacerlo, pero no podía. La sensación de agobio me reino tanto que sentí que me desvanecía. No podía dejar que eso ocurriera. Salí hacia fuera en busca de Joaquín. Las cosas comenzaban a dar vuelta y no alcanzaba a distinguir lo que pasaba.
Cuando mis fuerzas comenzaban a disminuir pude notar como alguien se me acercaba, la desesperación apareció en el rostro de mi salvador, era el, el único que estaba cada vez que lo necesitaba. Una vez más Joaquín estaba a mi lado para rescatarme.
-Pau, Pau ¿Qué paso?- Me tomo entre sus brazos -Paula por favor respóndeme- La desesperación comenzaba a apoderarse de su voz -Amor respóndeme... No me dejes...-
Sentía la necesidad de responderle pero las palabras no nacían de mi boca, no tenía la fuerza para hacerlo. Cuando Joaquín me levanto en sus brazos lo abrace fuerte con la necesidad de expresarle que todo estaría bien, que era solo un desmayo... Pero mis intentos fueron en vano... Antes de transmitirle tranquilidad sentí como me desvanecía hasta perder la conciencia
