Regalada Al Mafioso

Regalada al Mafioso [03]

Me sentí totalmente incómoda luego de escuchar a Malcom.

Yo estaba incómoda, porque él parecía tan complacido con mi repentina compañía.

Me dió una rápida mirada de pies a cabeza y se fué de la habitación. Escuché como era cerrada con llave.

Genial.

Me dirigí a la ventana para ver dónde me encontraba.

Saqué mi cabeza y empezé a ver a mi alrededor.

Todo estaba rodeado de árboles.

El viento frío me empezó a pegar en la cara y decidí volver a meter mi cabeza.

Con mi nariz helada y mi cuerpo temblando me metí a la cama hasta quedar por completo tapada con una sábana.

Pasó buen rato hasta que la puerta estaba siendo abierta.

Con toda curiosidad estuve viendo fijamente hasta saber quién entraría.

— Hola linda, ¿Como éstas? -dijo una señora ya mayor mientras entraba a la habitación.

— Bien, eso creó — le respondí mientras me sentaba en la cama.

¿De qué se trataba esto? Parecía un juego.

Traía una bandeja en sus manos con comida. La puso en la cama con el cuidado de que no se derramara nada y me vió mientras sonreía.

— Soy Sara — se presentó.

— Emma — hice lo mismo.

Miré la bandeja de comida y mi estómago gruñó en señal de hambre.

Tenía tantas ganas de dar un bocado. Pero mi otra parte no quería.

— Malcom me dijo que estabas aquí, quiso que te trajera algo de comer — al parecer se preocupaba —. He preparado algo de sopa por el frío. Come, te aseguro que está deliciosa.

Miré de nuevo la bandeja.

— Gracias — tomé la cuchara.

Con desconfianza sumergí la cuchara en el plato de sopa, con lentitud la saque y la llevé hasta mi boca.

Volví a dejar la cuchara en su lugar.

No, no sabía mal. Estaba totalmente deliciosa pero estoy asustada y no me permite darle otras bocanadas.

Sara se dió cuenta de eso.

— Vamos, tranquila — me animó —. Malcom no es tan cruel para hacerte daño, si eso es lo que piensas. Es raro, sí, pero no haría nada que no quisieras — la miré raro —.  El punto es que no debes preocuparte, estoy segura que si estás aquí es por una razón especial. Llevo muchos años en esta casa y es la primera vez que veo una chica de su edad aquí — entonces él no era tan mayor como pensaba —. Ahora lo que harás es tomar toda la sopa y luego me contarás cómo has llegado aquí.

Asentí gustosa y así sucedió.

Le conté lo que ocurrido con mis padres, lo que hacía en el momento de mi rapto y dónde estuve para terminar con Malcom.

— Creeme Emma, has tenido suerte en caer en manos de Malcom. Si él hubiera dicho que no, todo lo que vistes en aquel lugar se habría convertido en tu destino, incluso peor — me dijo seriamente.

Nos quedamos en silencio.

Cuando quise decir algo alguien gritó.

—¡Sara! — esa voz era de Malcom.

Ambas nos volvimos a ver y ella reaccionó de primero. Agarró la bandeja con el plato vacío y se dirigió a la salida.

— Te veré más tarde — fué lo único que dijo para irse y cerrando la puerta tras ella.