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Bajé por las escaleras hasta la planta baja y me encontré con Cata, que caminaba como loca por la habitación poniéndose sus zapatos.

En cuanto me escuchó, alzó la vista y gritó:

-¡Al fin! Ya nos vamos- dijo desesperada.

-¿Qué pasó?- le pregunté confundida.

-Nada nada- mintió -vamos.-

Me dije a mi misma que luego le preguntaría por ésto. Buscamos a Ana que estaba en la cocina ordenando y nos fuimos prácticamente volando. Cada una fue a su casa y por mi parte falté a la facultad. Necesitaba dormir muchas horas en mi cama...

Ese día tenía la sesión con mi psicólogo, y lo que más quería charlar era mi ataque de pánico de anoche.

En el viaje no podía dejar de pensar en Felipe, en como me había ayudado  y que me había ido sin despedirme. Así que mientras viajaba en colectivo a la casa de Jorge, mi terapeuta, me animé y le mandé un mensaje:

"Hola Feli, gracias por todo anoche. No pude despedirme porque tuve que irme rápido, creo que Cata se sentía mal. Nos estamos viendo. Julia".

Le di a enviar y suspiré nerviosa.  Las manos estaban inquietas y revisaba mi celular cada dos minutos.

De pronto vibró y ví la notificación. Era él.

"Hola Juli. No tenes nada que agradecerme, fue un placer pasar la noche juntos. Y creo que tu amiga Cata tuvo un problema con mi amigo... No se. Me gustaría verte antes del martes en la facultad. ¿Qué te parece almorzar mañana"

Tuve varias reacciones. Primero me puse roja al leer "pasar la noche juntos." Segundo me alertó lo de Cata, definitivamente tenía que hablar con ella. Y tercero, sonreí por la cita que íbamos a tener.

Miré por la ventana por inercia y ví que tenía que bajar. Guardé el celular y me dirigí a la casa de Jorge.

Primero le conté sobre lo de anoche y su respuesta me sorprendió:

-La terapia tarda en hacer sus efectos... Quizá lo ideal sea que vayas a un psiquiatra y valores la idea de tomar alguna pastilla por un tiempo mientras avanzamos aca.-

Me quedé helada. De ninguna manera me iba a medicar. Me negaba definitivamente.

-No. No quiero medicarme. Así estoy bien-

-Mm, no parece que estas bien por lo que me cuentas...-

-No quiero medicarme.- me quejé

-¿Por qué no?-

-Porque no quiero volverme dependiente, se que son adictivas. Tampoco quiero que la gente crea que estoy loca...-

-Julia, en primer lugar no te vas a volver dependiente porque vas a estar controlada por una médica y va a ser por poco tiempo. En segundo lugar la gente no debería pensar eso, y si lo hacen es su problema. Te importa demasiado lo que piensan  los otros...-

-Si...- reflexioné

-Ya vamos a trabajar en eso. Ahora piensalo así, cuando te duele la cabeza te tomas un ibuprofeno. Cuando sos diabético tomas insulina todos los días. Lo mismo si tenes problemas en la tiroides... Entonces, si cuando tenes un problema en un órgano tomas una pastilla para curarlo, ¿Por qué con el cerebro no actuar igual?-

-Touché.- reí -Tienes razón-

Me sonrió con ternura.

-Te voy a recomendar una muy buena psiquiatra y todo va a estar bien... Vas a ver-

Mirando en la oscuridad  #Wattys2018Where stories live. Discover now