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Un sonido un poco brusco me despertó. Abrí los ojos enseguida y observé a Feli dirigirse a la puerta.

-¿Te escapas?- murmuré abrazando la almohada.

-Voy a bañarme, descansa- respondió y volví a cerrar mis ojos.

No sé cuanto tiempo pasó cuando por fin me desperté.  Fui directo al baño, me cambié y bajé a desayunar.

-Buenos días dormilona, te estábamos esperando- me abrazó mi novio.

-¿Para qué?-

-Nos vamos con mamá a comprar el almuerzo, ¿Vienes o te quedas con Maru?-

Dirigí mi vista hacia la muchacha de 18 años y no me pregunten por qué, pero sentí que ella necesitaba charlar con alguien... Y ese alguien era yo.

-Me quedo- sonreí besándolo suavemente. Él asintió y se marchó con Bea.

-¿Desayunaste?- le pregunté a Maru.

-No... Pensé que podríamos hacerlo en la terraza-

-Me encanta la idea- sonreí con sinceridad.

Preparamos juntas el desayuno: dos cafés con leche, tostadas, jugos de naranja y un budín que encontramos en la heladera. Llevando, cada una, una bandeja la seguí por las escaleras y finalmente por una puerta a la que no le había prestado atención antes.

Al salir quedé embobada con lo que veía. Ésto era un sueño.

-Éste lugar es un paraíso... Y la vista- susurré mirando hacia el paisaje.

Ella tomó la bandeja entre mis manos con una sonrisa y dejó todo en una pequeña mesa que había

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Ella tomó la bandeja entre mis manos con una sonrisa y dejó todo en una pequeña mesa que había. Nos sentados en el sillón. Yo aún seguía callada observando todo, sin poder creer que lugares tan lindos existieran...

-¿Cómo se conocieron con Feli?- preguntó de pronto y le dió un sorbo a su café con leche - quiero decir, él dijo que en la facultad... ¿Pero cómo?-

Me quedé callada unos instantes, quería ser sincera con ella.

-No hace falta contarme si no quieres...- continuó al escuchar mi silencio.

-No, esta bien, quiero contarte.- me acomodé en el sillón y mirándola a los ojos hablé -Nos conocimos en una clase, cuando me agarró un... Ataque de pánico.-

Pude ver que su rostro cambió un poco y su mirada tenía un brillo de reconocimiento.

-Ah... ¿Él te ayudo?-

-Si... Siempre. Estuvo a mi lado en los buenos y malos momentos-

Ella bajó su rostro y bebió un poco más de la taza. En ese instante me pregunté si había sido correcto sacar el tema...

-¿Entonces... Sabes de mí?-

No sabía como se lo iba a tomar, pero preferí ser sincera. De todos modos, se iba a enterar.

Mirando en la oscuridad  #Wattys2018Where stories live. Discover now