Bienvenidos al salón de clases del profesor Grullón. Él te recibirá con su habitual mal humor, actitud arrogante y una apariencia física tan arrebatadora que a todas parece volver locas.
A todas...menos a mí.
Ya quiero terminar mis clases, ya quiero...
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Se solicita empleada de limpieza para trabajar en Buenavista Village y para comenzar inmediatamente. Entrevistas únicamente este viernes. Trabajo solo los fines de semana. Favor de traer documentos a la siguiente dirección...
—Oh, cielos. ¡Justo lo que necesitaba! —susurro y miro el reloj en mi muñeca.
Faltan cinco minutos para las ocho de la mañana. Puedo ir a la entrevista y regresar luego con la excusa de que tenía cita médica. Así que no pierdo tiempo y en vez de entrar a clases, me llevo el periódico que algún estudiante dejó olvidado en la mesa, y salgo de la cafetería que queda en frente de la escuela. Me subo nuevamente al auto y conduzco hacia la dirección que está en el anuncio porque necesito este trabajo ahora más que nunca.
Esta mañana dejé a papá en casa con una resaca endemoniada. Para él, todos los días son una fiesta y antes de salir por la puerta, me informó en tono lastimero: —Me despidieron del bar, Evenin.
—Era de esperarse, papá. ¡Te tomabas la mercancía! —le dije exasperada por el peso que me aplastaba.
—Tu madre es la culpable de todas mis desgracias. Si no nos hubiera abandonado...
—Si no nos hubiera abandonado todo seguiría igual, discusiones e insultos por tus problemas con el alcohol y el dinero. —Al ver su mirada dolida y después de un pesado suspiro, me disculpé—: Lo siento, papá, pero esa es la verdad que te niegas a aceptar. Solo queda seguir adelante. Lee los folletos sobre el alcoholismo que te dejé en la mesa, por favor —le pedí con fervor.
Él asintió con pesar y luego se acomodó en el sofá para volver a dormir.
Con mi padre desempleado, ahora tengo más responsabilidades que antes. No es que su mísero sueldo era de gran ayuda porque se lo gastaba prácticamente todo en alcohol, pero veinte dólares que a veces me daba para juntar cuatrocientos, me salvaban para completar el pago del mes. Rezar me da resultados positivos porque al igual que ayer en la clase de álgebra, estoy rezando ahora para que me den este trabajo. A nuestra casa todavía le quedan tres años de hipoteca y no quiero perderla. Es lo único que tenemos, aunque tenga recuerdos buenos y malos, como la desaparición de mi madre. Llegar de la escuela cansada y hambrienta para descubrir que ella no está, y esperarla en vano por semanas, nos destrozó a mi padre y a mí. Y a tres años de su inesperada partida, todavía no nos reponemos.
Si tuviera dinero, contrataría a un detective para que la buscara. Comprendo que se haya ido por papá, porque fueron muchos años de discusiones y borracheras, ¿pero dejarme atrás a mí también? ¡Eso no tiene perdón! Ella no ha hecho ni una llamada ni enviado alguna carta explicando el porqué de su decisión. Dolió y sigue doliendo su abandono porque mi instinto de hija me dice que muerta no está. He hecho reportes a la policía, ya investigué en hospitales y en las morgues de esta y otras ciudades, pero ni rastro de ella.
Desapareció.
Nos dejó, sufrí, lloré, y eso me ha endurecido el corazón y no creo que pueda perdonarla nunca. Respiro para aliviar la molestia en mi pecho, y me concentro en conducir por la carretera rural. Este viejo auto es resistente y después del viaje de cuarenta minutos, al fin llego a Buenavista Village. Vaya, al parecer es un lugar en donde vive gente adinerada. Cada impresionante propiedad está muy separada una de la otra, las casas son estilo rústico moderno y tienen hermosos jardines bien cuidados. Son verdaderamente asombrosas y para nada como nuestra pequeña casa en los suburbios de Crisantemos, que es en donde vivo.
