Verdades Engañosas (Celos)

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Era de esperarse que Luka de iba a fijar en Nathalie Kurtzberg, la preciosa pelirroja de la clase. La artista nata y de ojos turquesa. De piel nívea y mejillas sonrojadas.

Se conocen desde la infancia, después de todo Julien Couffaine, su mellizo, ha sido amigo de ella por años. Eran sus miradas las que lo ponían de cabeza y de mal humor. Tanton así que Alym terminaba por ignorarlo.

"Solo acéptalo, Marin. No es gay, al menos eso fue lo que me dijo Julien. Además, tienes a Adrianne Agreste babeando por ti, hermano", movió sus cejas y golpeó su pecho.

"Agradezco tus intenciones, pero me gustan los chicos...".

"Has escuchado eso, Marin Dupain-Cheng es gay, quién lo diría", Chleo Bourgeois estaba cerca en la conversación. "Chicos, deberían cuidarse, no se sabe si uno va a terminar en las perversidades de este...marica", soltó despectivamente.

"Chleo, no vamos a tolerar la homofobia en esta clase", la pequeña rubia se había levantado de su asiento y miraba severamente a su amigo de infancia. "Que a Marin le gusten los chicos no significa que no lo va a respetar. Así que siéntate en tu silla y deja que inicie la clase".

El rubio trató de no sentirse ofendido, pero tenía las miradas de todos sus compañeros y el ambiente estaba tenso. Marín ocultó su rostro con su manos en el pupitre mientras Alym lo trataba de consolar.

"Marín...", la voz de su profesora lo hizo abrir los ojos y levantar la mirada. "Puedes salir al baño si lo prefieres, cuando regreses hablaremos de. En cuanto al señor Bourgeois quiero hablar con el señor André Bourgeois si quieres entrar a clases mañana, ¿entendido?"

Marín no alcanzó a escuchar su respuesta. El camino al baño fue tortuoso, por no decir eterno.

Ahora la clase sabía de su pequeño secreto. Agradecía que Luka no estuviese con ellos, si antes lo veía como un payaso de circo por tartamudear con él y caerse, ahora le daría asco. Justo como a Chleo, como a todos.

La puerta del lugar se abrió. Sentado debajo de los lavabos trató de quitarse las lágrimas lo mejor que pudo.

"¿Marin?", tal vez en una vida pasada tuvo que matar a alguien o no sé, mató algún perrito, porque ahora sentía que la vida lo estaba castigando. "Nathalie me contó lo que pasó", susurró sentándose a su lado.

Ahora sí quería que la tierra se lo tragara.

"¿Sabes que no hay nada malo en ser gay?", sentía esos hermosos ojos celestes clavados en él y si volvía a ver posiblemente entraría en trance.

"Lo sé...", susurró. "Es solo que ahora todos me van a tratar diferente".

"Solo ignóralos y siéntete orgulloso de ser quien eres, Marín. Tienes muchas virtudes y la orientación sexual no te hace inferior a nadie", volteó para mirarlo y Luka estaba sonriendo. "No es la primera vez que alguien te atacará por eso, es una sociedad muy cerrada todavía, pero creo que entre todos debemos apoyarnos".

"Tú sales con Nathalie, no vas a tener esos problemas", se golpeó mentalmente.

Bien Marín, gran hazaña. Liberando todo el veneno acumulado por los celos y la envidia. Se encogió y escondió de nuevo, pero fue interrumpido por la risa de Luka.

"¿En serio crees que Nathalie y yo salimos? Pensé que serías más perceptivo", abrió sus ojos de par en par. "No me gusta Nathalie. Me estaba ayudando para acercarme a ti. No sabía cómo hablarte sin parecer un acosador, sabía que eras gay, pero ocupaba confirmarlo".

Marín perdió la voz. Su mente hizo un cortocircuito y quería llorar un poco. No sabía si de miedo o emoción. Su crush quería acercarse a él, pero, ¿para qué?.

"Eres interesante Marín y no conocía a alguien que pudiese diseñar de la forma en la que lo haces", hizo una pausa. "No soy gay", el mundo se vino a sus pies y se desvaneció toda la esperanza, "pero me gustan las chicas y los chicos".

"Ohh, eso es nuevo, Luka", sonrió con timidez. "Realmente pensé que te gustaban las chicas y no tendría oportunidad de estar contigo, que ibas a verme como un fenómeno y es que nunca había visto a un chico más genial en el planeta. Tocando guitarra, con tanto estilo y un corazón tan noble. Sin contar que tienes unos ojos hermosos...", había comenzado a balbucear confundiendo al chico.

Aunque Luka tenía que admitir que era adorable ver a Marín así. No era lo mismo hablar por ratos que tener una conversación sin sus amigos cerca.

"Para, para, Marín", lo sostuvo de los hombros. "Entiendo lo que quieres decir, también pienso lo mismo de ti", eso pareció detenerlo y calmarlo un poco. Los suaves dedos de Luka hacían un poco de presión en sus hombros. "¿Quieres tener una cita conmigo?", frotó con su mano la parte de atrás de su pelo. "Como amigos, por supuesto", aclaró.

Marín asintió emocionado y se lanzó a abrazarlo.

"Lo siento por haber llegado a una conclusión antes. Realmente pensé que te gustaba ella", bajó la voz pada decir eso.

"No es importante, Nathalie está saliendo con Chléo, pero tienen una relación en secreto".

"Nathalie está loca..."

"Dímelo a mí, soportarse a Chléo Bourgeois", ambos se rieron. "Bueno, Mari", se puso de pie y extendió su mano. "Es hora de volver a clases. Espero que estes mejor. Muero por conocerte más".

Las mejillas del azabache ardían y su corazón volvió a acelerarse. Luka caminó hacia la puerta y antes de cerrarla volteó a mirarlo.

"Nos vemos luego, Mari, eres muy divertido", él agitó su mano.

"¡Espera, Luka!", lo llamó. "No tengo tu número", explicó extendiendo el celular, con las mejillas sonrojadas.

Luka apuntó su número y se mandó un mensaje para apuntar el número de él.

Le entregó el cel, caminó hasta la puerta y la cerró, dejando al chico en lo más cercano a un estado de shock.

Tenía una cita con Luka Couffaine.

TENÍA UNA CITA CON LUKA COUFFAINE.

Alym no le creería y él tampoco se lo creía.

Caminó de regreso a clases, solo que con una sonrisa en el rostro. Después de todo, Chleo terminó ayudándolo con el chico que le gusta.

Ya podía comenzar a planear su boda. Bueno, por ahora solo la cita.

[One-shots] Lukanette Where stories live. Discover now