Tequila

800 91 6
                                    

Algo corto mientras logro terminar un One-shot largo y otro no tan corto.

Advertencia: Menciones de alcohol

No tengo beta, así que son libres de corregir ♡

Tengo que darles las gracias porque de verdad tengo muchas visitas en estos One-shots y estoy sorprendida. ¡Gracias por leer!

ו×

Las fiestas con los amigos de su hermana siempre han resultado entretenidas para Luka. Son mejores cuando llegan Félix Dupain-Cheng y Bridgette Agreste, sus mejores amigos, porque no es el único que tiene que "cuidar" de sus hermanos menores.

Aunque varias veces es a Marinette a la que toca llevar a su hermano mayor a casa y no en las mejores condiciones.

Con Rose de cumpleaños era de esperarse que sería un viernes de fiesta, eso implicaba que Bridgette y Félix no podrían asistir porque querían visitar a Emilie Graham de Vanily en Toulouse. Sabía que Bridgette extraña a su madre y a Adrien. Además, Félix quería pedir permiso para poder casarse con ella, pero eso era una misión secreta.

Fue así como terminó rodeado de los compañeros de su hermana. Con Lila tratando de bailar con él y con su hermana volteando los ojos cada vez que sucedía. Por suerte Marc y Nathaniel dejaron de bailar juntos para acercarse a él y ayudarlo, pero no era muy justo separarlos. Así que escaneó un poco el lugar buscando una escapatoria y vio a Marinette en una mesa con Alya.

No notó cuando llegó y olvidó por completo revisar su celular, pero juzgando por la mesa y la cantidad de shots tenía rato de haber llegado.

"Te ves hermosa hoy", se acercó un poco a la mesa donde estaban el resto y aprovechó para rodear sus brazos alrededor de su cintura y colocar su cabeza en el hombro.

"Gracias, Luka", respondió dándole un beso en la mejilla. "Lila no deja de mirarte", dijo riendo. "Así que tampoco estás tan mal hoy, Couffaine", continuó molestándolo.

"Muy graciosa", dijo soltando el agarre y volteándola para tenerla de frente. "Ya te afectó el alcohol, Dupain-Cheng".

Colocando de nuevo las manos en su pequeña cintura y ella rodeando sus hombros cortó la distancia para darle un beso apropiado.

Besar a Marinette estaba entre los mayores placeres en su vida, pero mirar esos ojos como zafiros luego de cada beso no tenía comparación con nada.

"Desagradable", escuchó a Alix decir. "Busquen una cama".

"Lo mismo diré cuando entre al cuarto de ensayos y me encuentre con Kagami en el escritorio", dijo el mayor con sonrisa burlona, logrando silenciar a Alix y haciéndola sonrojar.

Escuchó a Marinette reírse y no pudo evitar mirarla con todo el amor en sus ojos.

"Bueno, Couffaine", los interrumpió Alya. "Te robaré a tu novia unos minutos, porque me debe unos cuantos shots de tequila"

"No dejes que abuse mucho", dijo tomando su botella de vodka. "No quiero tener problemas con Félix, como la última vez".

"Félix tiene que aprender a meterse en sus asuntos", respondió de inmediato la diseñadora.

"Es broma", contestó elevando sus manos a la defensiva. "Guárdenme uno de tequila. Iré a discutir con Iván del próximo concierto".

Era de esperarse que Marinette no haría caso y es por eso que terminó cargándola en su espalda por las calles desoladas de París. Su espalda ligeramente caliente y escuchando la respiración profunda que indicaba que al fin se había dormido.

Agradeció que eligieran el bar más cercano al apartamento de la chica. Alya le dio la llave porque hoy pasaría la noche con Nino y no tenía ganas de lidiar con una Marinette con resaca en la mañana.

"Lo...siento, Luka", sintió a la chica moverse un poco y bostezar. "Te amo mucho".

Se detuvo en seco tratando de asimilar lo que estaba pasando.

"¿Mari?", preguntó en voz casi inaudible.

No obtuvo respuesta.

Maldición, pensó. Sintió como sus mejillas ardían y la sensación llegaba hasta sus orejas.

Sabía que la amaba desde que descubrió lo maravillosa que era. Lo talentosa y divertida. Marinette se había convertido en su musa, pero con su crush irremediable con Adrien nunca esperó escuchar esas dos palabras dirigidas hacia él. Su estómago haciendo fiesta y no precisamente por el alcohol.

Entró con cuidado al apartamento. Dejó las llaves en la mesa de la pequeña sala y llevó a su novia hasta su cama. Quitó sus tacones e intentó cubrirla con la cobija.

Se acercó al armario y buscó la pijama que siempre dejaba y más cobijas para poder acostarse en el sillón de la sala.

Las dulces palabras de Marinette resonaban como dulces melodías.

Apagó las luces y se recostó.

Si Marinette sentía lo mismo por él no había necesidad de limitarse.

Esas dos palabras que aparecían con frecuencia en sus pensamientos no tenían porque permanecer ocultas por más tiempo. Por fin podría darle un letra a esa canción que resuena en su corazón.

[One-shots] Lukanette Where stories live. Discover now