Capítulo 2

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ll: Boca del lobo

Al despertar por la mañana lo primero que hice fue verme al espejo, estaba hecha un desastre, mis ojeras se veían más marcadas que normalmente y la razón era que no había pegado el ojo en toda la noche, mis pensamientos me torturaron por horas hasta que mi alarma comenzó a sonar para arruinarme más el ánimo, justo a las seis en punto de la mañana. Nunca estaba de buen humor, en clases quien estaba cerca de mí lo sabía, siempre tenía una cara muy poco agradable y no muchas ganas de ser sociable, y no era que estuviera triste o amargada, bueno, amargada tal vez sí, mínimamente; pero la principal razón, era que en ese colegio todos eran un asco de personas, al menos la mayoría.

Cuando mi madre, Christine, y los padres de mi mejor amigo, Octavia y Jerry, decidieron inscribirnos en el colegio más cercano a nuestra colonia, no mencionaron que sería una escuela de ricos. No estoy diciendo que nosotros lo fuéramos, pero las familias de las personas en esa institución tenían un gran nivel económico, y ese no era mi caso, tampoco el de Tyler. Los estudiantes lo sabían, en cuanto ingresamos fuimos como bichos raros, todos nos miraban feo y después de indagar en nuestras historias, supieron que no éramos iguales económicamente, la voz se corrió hasta que media escuela estuvo enterada y después de tan solo días, estábamos en boca de todos, solo por no tener la misma cantidad de dinero que ellos poseían. Con gente así a mi alrededor, difícilmente lograba estar feliz.

Llegué con mis pies avanzando pesadamente a los comedores, no me apetecía comer, así que procedí a sentarme en una de las mesas del rincón, a esperar por Tyler. Como siempre, el pelirrojo y yo estábamos aislados de todos, teníamos unos cuantos conocidos, no estaba segura de poder llamarlos "amigos", pero no éramos tan cercanos y cada quien tomaba su camino.

Observé mis uñas mientras que internamente soltaba un grito de angustia ¿En qué momento las había mordido tanto? Estaba consciente de que la noche anterior lo había hecho, pero no pensé que fueran a quedar midiendo apenas un centímetro. Se preguntarán ¿Qué harás ahora, Riley? No lo tenía claro, si soy sincera, pero sólo sabía que en serio necesitaba saber que había sucedido con la persona propietaria de esa mochila y lo que venía dentro, me causaba mucha preocupación pensar que ya podría estar muerta o quizá estaba a punto de suicidarse y yo podía evitarlo, o no tenía idea de lo que podía estar pasando o lo que ya había sucedido, y el primer paso para avanzar en mi investigación, sería volver a encender esa cámara. Mi cabeza iba a estallar tarde o temprano.

— Te traje un chocolate —Escuché la voz de Tyler a mis espaldas, después pude ver de reojo como se sentaba a mi lado. Su pierna rozó la mía mientras lo hacía y eso provocó que volteara a verlo, me observaba con una sonrisa ladeada mientras que sostenía el chocolate con una de sus manos frente a mi rostro.— Hershey blanco, tú favorito, ya que el día de hoy te veo más amargada de lo normal.

— Gracias —Fue lo único que dije, acepté su ofrenda y tomé el chocolate de un jalón. El chico me miró con el ceño fruncido, sabía que estaba siendo demasiado cortante con él, y rara vez hacía eso, pero realmente mi cabeza estaba por hacer una explosión.— Perdón, Ty. Estoy cansada.

— Eso es raro, te dormiste a las ocho —Me recordó extrañado. Eso pensaba él. Negué con la cabeza queriendo desaparecer de ahí, odiaba mentirle aun así fueran cosas muy mínimas, como engañarlo diciéndole que dormiría a las ocho de la noche.— tal vez dormir temprano te afecta, si quieres hoy podemos ver películas hasta que sea tarde.

Sonreí después de cinco horas despierta, definitivamente Tyler era la única persona que podía causarme felicidad entre tanta pereza y preocupación combinadas. Comencé a comerme la barra de chocolate, compartiendo la misma con mi mejor amigo mientras que ambos discutíamos sobre las tareas en equipo para la próxima semana. Hasta que algo llamó mi atención, y la captó por completo, la voz de el chico a mi lado empezó a dejar de tener importancia en cuanto vi como una de las chicas del colegio, Kelsey, la capitana de las porristas, golpeaba en el pecho a el capitán de fútbol americano. Vaya drama. Después de unos segundos de pataleos y llanto, la morena salió corriendo de los comedores, haciendo de eso el escándalo del receso de ese día.

I'll find you » Shawn Mendes©Where stories live. Discover now