Capítulo 20

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Maratón 1/3

XX: Desaparecida

Al llegar al hospital lo primero que hice fue tomar a la primera enfermera que se cruzó por mi camino y comenzar a preguntar por mi madre desesperadamente, dejando a algunas personas preocupadas e inquietas por mi comportamiento inusual. Todos en los pasillos me daban la misma respuesta "Le diré que la estás buscando", pero nadie me decía dónde se encontraba o si estaba bien, los nervios me comían viva y no había ni una parte de mi cuerpo que no se encontrara temblando, en cualquier momento me desvanecería si no encontraba pronto a Christine, malos pensamientos ya habían pasado por mi cabeza y tenía muy buenas razones para imaginarme que podía haber sucedido lo peor, hasta que uno de los enfermeros se acercó conmigo y amablemente me habló:

— Christine está en su dormitorio —Murmuró en cuanto me mantuve quieta, pude sentir un alivio recorrer mi cuerpo desde mi cabeza hasta la punta de mis pies y por fin pude tranquilizarme un poco, pero estaría relajada en cuanto estuviera con mi madre.

Agradecí cortamente la información y sin esperar un segundo más comencé a caminar en dirección a la pequeña habitación que mi madre tenía asignada para sus descansos, debido a sus largos periodos de trabajo necesitaba un espacio en donde poder dormir cortas siestas en sus pequeños lapsos de tiempo libre. Había ido varias veces al hospital cuando Christine se encontraba trabajando, y siempre esperaba por ella en esa habitación, sabía perfectamente en donde se situaba y lo único que deseaba en ese momento era tener un súper poder en el cual pudiera teletransportarme hacia ahí.

Reconocí el pasillo a un lado de la sala de urgencias aún en la primera planta, las habitaciones de descanso estaban ahí para que los enfermeros y doctores tomando un receso no estuvieran lejos si eran necesarios en caso de una verdadera urgencia. Al llegar, me coloqué delante de la segunda puerta de madera que había entre tantas, y sin importarme si me equivocaba de habitación, abrí la puerta con rapidez, pero por suerte no lo había hecho erróneamente, porque en seguida pude ver a Christine viendo la televisión, echada en la cama boca abajo.

En cuanto la vi mis pulmones se llenaron por completo de tanto aire que aspiré al suspirar y me tiré sobre ella para abrazarla con fuerza, mis ojos habían comenzado a soltar lágrimas enormes y estas corrían por mis mejillas hasta resbalarse y caer sobre el uniforme azul de mi madre, quien a esfuerzos logró sentarse en la orilla de la cama conmigo encima, totalmente confundida. La escuchaba murmurar con Tyler a mis espaldas, él me había acompañado en todos los pasos que di esa mañana.

— ¿Qué sucede? —Cuestionó separándome de ella, tomó mi rostro húmedo entre sus heladas palmas y me hizo mirarla, me veía con ternura y confusión a la vez.— ¿pasó algo malo?

— Mamá, es que... tengo que decirte algo.

Lo había pensado todo el camino en el cual mi corazón amenazaba con dejar de latir al pensar que Christine podría estar pasando por algo malo, y lo decidí, mi mente y corazón conectaron y tomaron la decisión de decirle todo lo que sucedía a mi madre, debía de hacerlo, ella merecía saber en lo que me había metido porque por culpa de eso ahora ella también estaba en peligro. ¿Cómo le diría que alguien vino al hospital a tomarle fotografías y después me las mandó con un dedo amputado con ellas? ¿Cómo reaccionaría ante tal noticia? o más bien, amenaza.

Tomé aire y puse mis manos sobre las suyas, tendría que empezar desde el momento en que encontré la mochila en medio de la calle cuando regresaba de la playa con mi mejor amigo, pero en cuanto abrí la boca tuve que volver a cerrarla, ya que Tyler comenzó a hablar por mí, interrumpiéndome.

— Christine, lo qué pasa es que Riley reprobó una materia, la mandó a segunda. Le pegó duro, ya sabe, ¡ella nunca desaprueba! —Tyler habló exagerando el final, como cualquier señora chismosa y mentirosa lo haría a la hora de reunirse con sus amigas.

I'll find you » Shawn Mendes©Where stories live. Discover now