Capítulo 37

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XXXVII: Confesiones.

— ¿Cameron te dijo dónde nos esperaría? —Le pregunté al castaño apurado mientras seguía moviendo con rapidez mis piernas a través del gran estacionamiento del lugar, ambos nos encontrábamos buscando con la mirada el auto viejo de nuestro amigo en algún lugar.

Por suerte habíamos logrado salir del centro comercial sin levantar sospechas, aún teníamos con nosotros el carrito con productos de limpieza para tratar de ocultar la ropa de Shawn cubierta de sangre, mis trapos no llamaban la atención, pero de todas formas no podíamos dejarlos aquí, debíamos llevarlos con nosotros y probablemente los quemaríamos después.

Luego de unos minutos que parecieron horas inundados en desespero, escuchamos un motor familiar aproximándose y haciendo eco entre las paredes del estacionamiento, hasta que el auto de Cameron Dallas apareció entre una de las filas de vehículos que esperaban a sus dueños dentro de las tiendas.

— No puedo creerlo, esa carcacha sigue andando y todavía tiene pintura ¡wow! —Shawn exclamó detrás de mí, sonreí por el comentario que acababa de hacer y me giré para verlo, algo dentro de mí se removió al ver que sus ojos estaban llorosos.

Me tomó algunos segundos caer en cuenta de lo que pasaba, Cameron y Shawn no se veían desde que el segundo desapareció, no se habían comunicado y el primero había buscado desesperadamente a su mejor amigo durante todo ese tiempo. En cuanto Cameron estacionó el auto frente a nosotros bajó del mismo y corriendo llegó hacia Shawn, a quien impactó en un abrazo que casi provoca que ambos cayeran al piso.

Coloqué mis manos sobre mi pecho y sonreí de felicidad al presenciar aquella escena, los dos chicos se envolvían con fuerza y llenaban de lágrimas el hombro del otro, parecía que querían que su abrazo durara lo que fuera suficiente para reponer todo el tiempo perdido, pero no teníamos el tiempo necesario para un buen reencuentro digno de una amistad como la de ellos dos.

Al verlos de esa manera, Tyler apareció en mi mente, mi mejor amigo, mi alma gemela a quién no veía desde que huí de ese hospital, ni siquiera sabía como se encontraba después de haber sido atropellado, no tenía ninguna noticia suya y tampoco me había preocupado por eso. Un sentimiento de culpa me invadió, ¿por qué hasta ahora decido acordarme de él? ¿por qué hasta ahora mi conciencia decide clavarlo en mi mente y corazón?

Sentí como mi corazón comenzaba a acelerarse fuertemente mientras en que mi cabeza comenzaban a repetirse imágenes del pelirrojo estando conmigo, su sonrisa, sus hoyuelos no tan marcados, sus lindos rizos adornando su frente y todas las caras de confusión que planteé en su rostro luego de no saber diferenciar el color de su cabello frente al sol. Lo extrañaba, y necesitaba verlo.

— Hay que irnos —Cameron murmuró a un lado de mi oído, me sobresalté al darme cuenta de que estaba abrazándome, me perdí tanto en mis pensamientos que ni siquiera sentí su tacto. Correspondí a su gesto de manera gustosa y luego ambos sonreímos.— Me da gusto volver a verte, Riley. O ¿debería decir Lara?

Sabía que decía aquello por la confusión que hubo esa noche por parte de los secuestradores, en vez de llevarse a Lara me habían tomado a mí y ni siquiera se dieron cuenta. Cameron río levemente ante su pequeña broma, así que sonreí para no hacerlo sentir incómodo, él no tenía idea de lo que pasaba entre su mejor amigo y yo, no era gracioso mencionar a Lara en esa situación, pero decidí no darle importancia por su desconocimiento del tema.

Los tres subimos a su auto tomando nuestras prendas y poniéndolas en la cajuela, mientras que íbamos camino a la casa de Cameron volví a sumirme en mis pensamientos, esta vez más profundamente.

Recordé lo sucedido en la casa de la cual escapamos esa mañana, y mis manos comenzaron a temblar en ese instante. La imagen de los tres cuerpos sin vida siendo colocados en el patio delantero de la vivienda y entre ellos iba el cadaver de él, de Fred Miller.

I'll find you » Shawn Mendes©Where stories live. Discover now