please stop. Y.M

Enfermería

Jimin sintió unas pequeñas punzadas en sus extremidades, un dolor horrendo se instaló en cada parte de su ser al momento de abrir los ojos.

La luz molestaba en su rostro, pudo reconocer aquella pequeña habitación blanca por la que había pasado tantas veces. La enfermería.

-¿te encuentras bien?- el preocupado rostro de yoongi se acercó al suyo, tratando de encontrar aquellos pequeños ojos.

El nombrado trató de levantarse, pero un inmenso dolor en cada fibra de su cuerpo lo empujaron hacia atras.

-tranquilo, no hagas fuerza- dijo el pálido tratando de acomodar el cuerpo de menor en la pequeña cama blanca.

-¿quién eres tú?- preguntó con dificultad

-me llamo min yoongi, tranquilo. No voy a hacerte daño.- dijo yoongi con un aire de calma y una pequeña sonrisa en su rostro.

-¿cómo llegué aquí?- preguntó jimin con una expresión de angustia

-yo te traje, tuviste unos problemas-dijo rascándose la nuca con una expresión incómoda, sentándose en un extremo de la camilla.

-explícame- dijo en menor levantándose tratando de no lastimarse más, cosa que no funcionó ya que su cuerpo dolió como el infierno.

-unos chicos te golpearon, quedaste muy herido, para cuando te traje tú ya estabas dormido y la enfermera no estaba. Así que te curé yo- explicó mientras daba un pequeño suspiro, mirando el rostro de el chico enfrente suyo.

El rostro del menor se transformó de uno inexpresivo a uno desanimado, sus ojos cayeron al igual que sus labios que pronto se fruncieron en una línea. Apretándolos. Sus ojos se cristalizaron y bajó la cabeza tratando de ocultarse.

-hey...- dijo yoongi con voz tranquila apoyando su mano en el hombro del contrario.-tranquilo, no llores. Ellos ya no van a hacerte daño.-

-¿cómo puedes saber eso?, ¡ellos en cualquier momento pueden venir por mi!, ¡pueden golpearme, y...y!- la mano de yoongi no lo dejó terminar, ya que se encontraba posada sobre sus labios. Impidiendo que alguna palabra saliera de ellos.

-nadie te hará daño, por que yo voy a protejerte-

Esas palabras hacían eco en los oídos de jimin. ¿desde cuando alguien estaba dispuesto a protegerlo? Era extraño, pero estaba feliz al mismo tiempo, que él quisiera protegerlo era algo muy bello de su parte.

-ya no llores, todo estará bien- la cálida voz del mayor lo hizo reaccionar, pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas rojas. Y ya ni siquiera sabía cuál era el motivo de estas.

Sintió como unas suaves manos se posaban en su rostro mientras limpiaban con delicadeza las lágrimas que aún se encontraban corriendo por su rostro. El toque era delicado, como si se tratara de una muñeca de porcelana que se fuera a romper con el mínimo toque.

Estaba feliz. No podía negarlo. Estaba muy muy feliz, y su rostro no podía disimularlo ya que sus labios pronto formaron aquella hermosa sonrisa dejando ver su diente chuequito. Sus ojitos formaron aquellas bellas medias lunas y sus mejillas tomaron un lindo color rosado.

Apoyando y escondiendo su rostro en el cuello de yoongi, soltó una pequeña risita y pasando sus brazos por la nuca del contrario lo envolvió en un cálido abrazo. El cuerpo del menor temblaba, no sabía si era por nervios o por el tremendo frío que hacía en ese momento, por lo que trató de darle todo el calor y seguridad que pudo en ese pequeño gesto.

-gracias...- dijo el pequeño contra el cuello del contrario

-no agradezcas-

Yo estaré para ti...
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