Amparados en la oscuridad los impuros se multiplican. Sus ojos rojos se posan en quien será su próxima víctima, a quien atraparan con sus garras negras semejante al metal corroído, en un agarre mortal de hierro, donde sus picos llenos de colmillos d...
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Una parda de Arpías sobrevolaba el rojo panorama, profiriendo graznidos que debilitaban a los pocos cazadores que se encontraban en el campo. Yoongi corrió por el campo de batalla, veloz y elegante, casi invisible hasta posicionarse cerca de una de las Arpías más grandes, por tanto, se encontraba a menor altura y era más lenta. Esquivaba los zarpazos de las mantícoras que trataban de atraparlo, saliendo él victorioso al atrapar con el látigo a su objetivo por una de las huesudas patas, sintiendo como los pinchos que le había añadido a su arma se incrustaban a la piel grasienta, que chorreaba sangre enferma en cada laceración. Tiro de la presa en su poder, sintiendo el jalón en su muñeca por la fuerza empleada para manipular a la gran criatura.
Las alas del Halcón se extendieron fuertes y gloriosas a su espalda, dándole la fuerza necesaria para arrastrar el nauseabundo cuerpo de la Impura. Tomó el mango del látigo con la dos manos, alargando la mano un poco más arriba de la otra, al tiempo que separaba las piernas, manteniéndolas firmes en el suelo. A su acción le presidió una profunda calada de aire espeso y picante, llenando de coraje sus pulmones. Libero el aire en un graznido poderoso a la par que movía a la Arpía como si fuera un Mangual, donde la cabeza no era una bola llena de pinchos, sino el pesado cuerpo que con las alas llenas de agujas y veneno era un arma letal hasta para sus semejantes.
La primera víctima de la nada convencional arma del Cazador, fue una Arpía más pequeña, que resintió todo el golpe que la tumbo estrepitosamente al suelo, arrastrándose unos metros por la fuerza del golpe antes de detenerse por completo, siendo asesinada al instante por los demás cazadores.
Era pesada y difícil de maniobrar, pero el golpe contundente valía la pena. Apretando los dientes volvió agitarla, esta vez emprendiendo vuelo, por lo que llamo de inmediato la atención de varias Arpías que como polillas a la luz fueron en su dirección.
Los músculos de los brazos de Yoongi, si pudieran hubiera gritado en protesta al levantar semejante criatura, y dar una vuelta entera en el aire, haciendo que el peso de la otra punta fuera el propulsor que lo ayudaba a prologar la maniobra acrobática. Como si barriera el suelo, siendo él un eje, mientras la Arpía colisionaba semejante a un remolino devastador, contra las Impuras que iban hacia ella. Varios cuerpos se precipitaron al suelo por esta acción, siendo interceptadas por los otros cazadores que se encargaban de darles un fin.
El Segundo no pudo durar mucho tiempo en el aire, una de las Arpías logro desestabilizarlo, atrapando por completo el cuerpo moribundo de su compañera con sus garras, jalándola hasta lograr desgarrar la huesuda pata para liberarla y sin compasión dejarla caer al suelo. La brutalidad de esta acción mando lejos al Halcón, que impacto duramente contra la superficie, dando enseguida vueltas hasta detenerse por completo. Confundido por el golpe y la voltereta, se vio a centímetros de una cabeza deforme, un cruce amorfo entre un can y una serpiente que abrió sus fauces para arrancarle la cara.
Yoongi logro esquivarlo, dando otra vuelta para ponerse de rodillas, observando mejor al Impuro que lo amenazaba. Un Escila, un cuerpo humanoide que parecía ser el alimento del parasito que salía directamente de las entrañas, como largas protuberancia sin cuerpo, solo cabezas deformes que rugían, graznaban o gritaban de dolor.
