Del Infierno

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El fuego seguía consumiendo su alrededor, carbonizando el escenario con los Impuros que no pudieron escapar, un centenar de cadáveres que no lograban alegrar el corazón de la Cuarta Cazadora

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El fuego seguía consumiendo su alrededor, carbonizando el escenario con los Impuros que no pudieron escapar, un centenar de cadáveres que no lograban alegrar el corazón de la Cuarta Cazadora. Chanmi suspiro, cerrando los ojos, abstrayéndose de la pequeña celebración de sus compañeros, recitando una oración para el Tercero, una personal e íntima. Se sentía lenta, ineficiente, impotente, eran emociones inevitables en esos casos, donde miles de posibilidades parecían bombardear sus sentidos, cualquier por absurda que pudiera concebirse, parecía que hubiera sido mejor, en ese momento deseaba otro resultado, aunque hubieran perdido, aceptaría ese precio para que Berg siguiera a su lado.

Una figura descomunal y negra camino hacia ella, era un Impuro diferente, imponente y hermoso que la congelo en su sitio. Una llamarada refulgió de la mirada perruna, contrario a lo esperado, no trato de intimidarla sino de trasmitirle calidez. Guardo silencio aun cuando sus desarrollados sentidos percibieron la exhalación colectiva de los demás, murmullos en su dirección, ordenándole, advirtiéndole.

—Él no va a dañarla— la imponente voz del Primero silencio a todos, mostrando seguridad y confianza, misma que se filtraba en el tono del Tercero cuando le sonreía, afirmando que no tenía miedo de morir, porque tenía la mejor compañera de trabajo.

Agazapada en su propio dolor, observo en un silencio resignado como el monstruoso perro de dos cabezas abría sus fauces, dejando a sus pies el cuerpo inconsciente del Tercero, totalmente intacto —...Berg— pronuncio en un jadeo estrangulado, que frunció su cara en un intento desesperado por aguantar las lágrimas. Trastabillo hacía delante, cayendo sin gracia junto a quien había jurado muerto. La emoción no la dejo formular ni siquiera pensamientos coherentes, solo se impulsó para atrapar entre sus manos las ajenas, presionando en torno al pulso, percibiendo el calor de la vida y llorando de absoluta dicha, sintiendo la felicidad desbordarse de su interior.

Amaranthus volvió a su forma humana, volviéndose el Jimin que todos los cazadores identificaron de inmediato. Aun cuando Jungkook lo miraba severo, podía percibir cierto agradecimiento; aun con el miedo y la incertidumbre de todos los que estaban reunidos, la sensación de haber hecho lo correcto lo llenaba. Había salvado a más de 20 Cazadores, esa definitivamente era una victoria completa.

Nadie se acercaba, la desconfianza era entendible, como la histeria que normalmente acompañaba a todo lo relacionado con la corrupción. El campo de batalla estaba desolado y seguir atrapados en esa extraña dimensión solo aseguraba una cosa, que pronto vendría un Impuro más poderoso ¿Cuánto podrían seguir sosteniéndose si eso seguía ocurriendo? —Ya no sé qué creer— masculló fastidiado Yoongi, debatiéndose, en seguir allí y desahogar todas sus preguntas, o refugiarse dentro y no permitir que otro Impuro se volviera cercano.

Jimin estaba a punto de hablar, a dar una clase de monologo que convenciera a los mortales de confiar en él, pero el llamado de sus hermano lo detuvo. Sorprendido volteó hacía el horizonte del cielo rojo, sintiendo en su piel la presencia de sus familiares. Ellos habían vuelto y se acercaban con velocidad, seguro buscándolo o tratando de localizar la organización, no lo sabía con seguridad.

Impuros /Kookmin (Omegaverse)Where stories live. Discover now