Escarlata[+18] ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ Mpreg

06: Los Sentimientos Humanos

Encontré una tumba, sacudí la cara. Sentí tu luz y recordé por qué conozco este lugar, encontré un pájaro. Cerrando sus ojos por última vez y me pregunto si él soñó como yo.

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Cuando finalmente vio que el menor bebió la mayoría de la sangre que le dio, además de que en su rostro se reflejaba mejoría. Le retiró esta y dejó que descansara, ya que se le veía a punto de caer nuevamente en cualquier momento.

—T-TaeHyung... yo no sé si...

—Descansa chico castaño—Soltó tranquilo— Descansa...

No recibió respuesta, como lo supuso. El castaño cayó rendido un poco antes del amanecer. Salió de aquella habitación con muchas cosas en mente, sobre todo, los sucesos vividos desde que JungKook había decidido por cuenta propia formar parte de ese mundo.

Formar parte de la propia existencia inmortal de él.

TaeHyung siempre se había caracterizado por ser una persona con carácter, alguien a quien no le era fácil ver la cara o incluso, con quien difícilmente podías acercarte. Eso lo sabían todos, pero extrañamente desde la llegada del chico castaño, algo en ese vampiro había cambiado.

—Deberé obligarlo a beber sangre—Susurró pensativo, recordando el roce de sus labios al traspasar de aquel modo ese líquido vital.

Justamente, bajo el resguardo de los muros sin ventanas. En aquel amanecer, el chico miraba a la nada. Perdido en los pensamientos y confusas sensaciones que empezaban a florecer nuevamente en él. Había creído que con la inmortalidad y la pérdida de su primer amor, esas sensaciones se habían esfumado como espuma de mar en las orillas de una playa.

—No volveré a caer en esa estupidez, no más.

Y vaya que había sido hace mucho tiempo cuando sintió aquella cosa que los humanos denominaban enamorarse. Aunque el precio por haberlo hecho, había sido muy caro.

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TaeHyung tenía cerca de veinte años cuando la era oscura para los humanos había empezado, era el año 1400 donde la corona real inglesa ocultaba el mayor de los secretos quizá jamás revelados. La inmortalidad de algunos nobles, pero no cualquiera, la inmortalidad debida al vampirismo entre la realeza.

Aunque no solo había vampiros puros, que se consideraba así a quienes poseían linaje de sangre vampírica sin mezcla con humanos. Algo que siempre había cargado en consciencia el pelinegro, quien fingía ser humano en aquel mundo aristocrático tan pagano. Ese año en especial, los vampiros que habían tenido antepasado humano asechaban a la corona, a la población y a la reputación de los Nosferatu. Una palabra que hacía referencia a su pureza y máxima fuerza entre los no muertos.

—Me es difícil poder seguir de este modo—Susurró mientras miraba el claro de aquella luna menguante— ¿Por qué no puedo tener esa vida que tanto ansío?

Estaba en el medio, no era muerto y tampoco vivo, era un monstruo. Y no sólo por la vida eterna, beber sangre y tener poderes inimaginables. No.

Sino porque su especie podía reproducirse tanto por mordida, como, extrañas veces por procreación. Ya fuera en hombres o mujeres, aunque para eso, tenía que haber algo muy fuerte entre los vampiros, ambos debían ser demasiado fuertes y puros.

Esa posibilidad ya no se consideraba ni siquiera real, sino más bien absurda y cuentos de infantes. TaeHyung lo sentía completamente inútil, ¿En verdad se puede enamorar una persona como él?