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Chillé de la emoción al ver que finalmente el militar se dignaba a besar a la doctora.

Yo quería tener una historia de amor tan linda como la de aquellos dos, pero eso sería casi imposible.

Nunca había tenido novio y aunque quisiera, eso no sería apto si fuese del pueblo.

El pueblo era bastante pequeño, todos se conocían, los unos a los otros como una familia. Crecimos todos juntos como hermanos por lo que ninguno de nosotros hemos tenido pareja ya que contaría casi como incesto.

A parte de que todos los niños de mi clase eran tan estúpidos.

— ¡Nuri-ah, ya duérmete!

La voz de mi tío sonó tan fuerte rebotando en las paredes de mi habitación. Prendí la calefacción y me envolví entre mis sábanas.

Las noches solían ser bastantes frías.

El canto de los gallos y los gritos de tío me avisaron que el sol ya había salido y era hora de despertarse.

Vestí el uniforme y salí de mi habitación aún con la cara adormilada.

— Ven a desayunar.

Y así eran todas mis mañanas.

Cerré el portón detrás de mí esperando a la bestia de Renjun.

El Instituto quedaba algo lejos y no habían transportes públicos que llevaran a lugares del pueblo sino sólo habían los que te sacaban y llevaban a otra ciudad.

Lamentablemente, yo no tenía bicicleta en la cual me pudiera transportar por lo que me iba todas las mañanas con la bestia salvaje de mi vecino.

— Pero que cara traes. — No le contesté mucho menos lo miré, simplemente me subí en el asiento extra de su bici y me sostuve de su cintura.

— Vamos.

Comenzó a pedalear y me extrañé al ver que iba más rápido de lo normal.

— Hey, ¿nos quieres matar? — los hombros de Renjun se movieron por lo que supe que estaba riendo.

Después de todo, fue un poco generoso y bajó la velocidad. Dejé caer mi cara en la espalda de Renjun mientras observaba el lago donde los pajaritos se bañaban aleteando felizmente.

Me quedé dormida durante la mayor parte del trayecto y es que Renjun olía tan rico, relajaba mi sentido del olfato.

Desperté de golpe al sentir un fuerte dolor en mi trasero.

Mis ojos echaron fuego al ver que Renjun me había dejado caer.

— ¡Ya! — carcajeó y alzó sus cejas.

— Me babeaste toda la espalda. — se giró y señaló la zona donde estaba los rastros de mi saliva que absurdamente formaban un corazón.

Me paré alejándome de él a paso firme.

Estaba molesta muy molesta, por culpa de Renjun ahora mi trasero dolía y probablemente mis bragas se vieron durante mi caída.

— ¡Nunu! No te molestes — hice oídos sordos continuando con mi caminata lo más rápido posible.

Cuando entré al aula los ojos de la mayoría se clavaron en nosotros para luego regresar a lo que anteriormente estaban haciendo.

Me senté en mi puesto y Seulbi se giró con una sonrisa socarrona.

— Te tengo que contar algo. — con esa simple frase toda mi atención fue puesta en ella.

— Suelta — Seulbi lo vio como una clara señal para empezar a hablar sobre lo que me quería decir.

— Namjoo de la clase a dice que tiene novio.

— ¡¿En serio?! — abrí mi boca y ojos sorprendida. Seulbi asintió y alzó uno de sus dedos.

— Y eso no es todo, dice que es de Universidad y vive en Seúl.

— Ah — solté colocando mis cuadernos en mi pupitre — Es obvio que es mentira.

— ¡Por supuesto! Esa niña cada vez está más mal.

Namjoo mejor conocida como la mentirosa Kim, no dejaba de sorprenderme. Es de una familia estricta con los "valores" ante todo, sin embargo, Namjoo tenía una extraña obsesión en mentir pintándose una vida perfecta.

— ¡Nuri-ah!  — me escondí tras mis libros al escuchar la voz molesta de mi vecino. Oí a Seulbi reírse y golpee levemente su hombro. — No te escondas — canturreó, con el tono de su voz era muy fácil reconocer que de seguro estaba sonriendo. — ¡Bú! Ya te encontré.

Renjun quitó la libreta de mi cara y se sentó en el puesto frente al mío con las piernas abiertas y sus codos sobre el respaldar de la silla. Recargó su mejilla sobre la palma de su mano y pellizcó mi mejilla con fuerza, me quejé del dolor separándolo de mí con un manotazo que sólo lo hizo carcajear.

— Faltan oficialmente cinco días para las vacaciones de verano — alzó los dedos de una de sus manos.

— Oh, mira que interesante — hablé con mofa y éste negó divertido.

— ¿Qué haremos para vacaciones?— acarició su barbilla y su índice fue levantado de golpe — Tengo muchas ideas.

— En la cual yo no formaré parte.

— Nada de eso Nuri — tomó mi rostro con sus flacuchos dedos y se  acercó peligrosamente a mí con nuestras narices rozando — ¿No sientes que algo bueno va a pasar?

No, nada bueno va a pasar. — nuestros alientos chocaron y Renjun sólo sonrió de una manera tan macabra que me hizo temblar obligándole a alejarse de mí.

Renjun todos los años decía ¿no sientes que algo bueno va a pasar? sin falta alguna, no obstante eso bueno nunca pasaba. Nuestras vacaciones siempre se limitaban en ver televisión, ayudar a nuestro prójimo, comer y dormir. De vez en cuando ambos nos encontrábamos con los niños del pueblo y hacíamos reuniones en la que todos nos divertíamos entre comillas porque siempre terminábamos castigados por culpa de Hwang Renjun y Lee Donghyuk.

Este año no sería la excepción con nuestras vidas tan monótonas y yo sin encontrar al amor de mi vida.

— Por cierto, bonitas bragas de Hello Kitty. — me ruboricé de pies a cabeza, cuando estuve dispuesta a proporcionarle un golpe Renjun ya sé encontraba en el marco de la puerta dándome adiós meneando su mano de un lado a otro.

Como puede lancé mi estuchera hacia su dirección pero mi mala puntería y la buena esquivada de Renjun hizo que fuera a parar en la cabeza de otra persona.

— ¡Moon Nuri! ¡A dirección! — me deslicé en mi puesto avergonzada.

— Hwang y tú se terminarán casando — la aguda voz de Seulbi hizo que la mirara, un gesto de asco se formó en mi rostro y antes de contestarle el profesor me tomó del cartílago de mi oreja sacándome del aula.

¡Todo esto era culpa de Hwang Renjun!

we young ➳ renjunWhere stories live. Discover now