[005]

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— ¡Renjun, pedazo de idiota!

— ¡Perdón fue un accidente!

Lloriquee al ver las sandías tiradas en el suelo completamente destrozadas.

Entre lágrimas y lamentos de mi parte guardamos las sandías restantes en las cubetas de plástico.

Renjun me seguía cabizbajo llevando la carreta repleta de sandías.

— Sabes — comencé — hemos perdido mucho dinero por tu culpa.

No dijo nada, apenas y fui capaz de oír su respiración.

Salimos del pequeño huerto de mi tío y nos dedicamos a seguir el camino a casa en un silencio sepulcral.

Habíamos estado cuidando de aquellas sandías durante un muy largo tiempo entre Renjun y yo con el objetivo de venderlas una vez estuvieran grandes y frescas, no obstante, Renjun fue un animal salvaje en el momento de cortar las frutas mientras corría de un lado a otro ocasionando que muchas sandías se cayeran al suelo y se destrozaran en el acto.

Lo único que obtuvimos fue... pérdida de dinero.

— ¡Renjun!

Mi entrecejo se frunció y entrecerré los ojos en un intento de distinguir a la persona que se acercaba.

— Namjoo — mi vecino sonrió y agitó su mano hacia la dirección de nuestra compañera de clase. Rodé los ojos, la chica no me agradaba, no es que fuera mala persona sino que era muy mentirosa y yo odiaba las mentiras — ¿Qué estás haciendo por aquí?

— Vine a comprar unas especias para la cena de hoy — señaló su canasta esbozando una sonrisa. Jugueteó con las trencitas de su cabello clavando su mirada en el castaño. — ¿Te gustaría venir a cenar? Hoy vendrán mis familiares de China y mis padres me dijeron que invitara a algunos amigos.

— Me encantaría pero tengo cosas por hacer junto a Nuri — la chica clavó sus feos ojos redondos en mí y desde kilómetros se lo notaba la falsedad en su mirada.

— No noté que Nuri estaba aquí — rió y ladeó su cabeza — ¿Tú mamá no ha regresado de Seúl, tiene mucho tiempo que no la veo?

— No, ella está muy ocupada con su trabajo — respondí, mi tono salió un tanto borde y Namjoo infló sus mofletes como respuesta.

— No es por asustarte pero... he leído que el ochenta por ciento de las madres solteras una vez que viajan a Seúl sin sus hijos encuentran a un hombre para casarse — se encogió de hombros — y terminan abandonando a sus familiares.

Apreté mi mandíbula sintiendo mis orejas hervir.

— Namjoo no creo que deberías decir eso — Renjun frunció su ceño ante el comportamiento que la chica estaba teniendo.

— Gracias por el dato, eh. Andaba con la duda de que si mi madre me va a abandonar. — me acerqué a ella— Namjoo, tu papá es pastor ¿no?— asintió insegura — Deberías decirle que te saque el demonio que traes dentro.

Ladee una sonrisa corta y pasé a su lado con el mentón en el alto.

¿Dónde está mi trofeo?

A los minutos, percibí los pasos apresurados del que suponía que era Renjun con el sonido de las ruedas de la carreta girar.

— Nuri — habló bajito — No hagas caso a lo que te diga, nunca creí que fuera una mala persona.

we young ➳ renjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora