[009]

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[🐏]

No pegué ojo en toda la noche, ¿la causa? Hwang Renjun. Es que no me podía sacar su sonrisa terrorífica de la cabeza, se había burlado de mí después de robar mi primer beso. Me sentía tan avergonzada conmigo misma por no haberme separado de él a tiempo, quería que la tierra me tragara y no ver nadie nunca más. Ni siquiera tenía la osadía de ver el rostro de mi abuela porque sentía que ella y todo el pueblo se había enterado de mi beso con Renjun.

Chillé frustrada y me cubrí con las mantas sintiendo mi pecho oprimirse del enojo. La abuela había venido un par de veces a mi habitación para que saliera a tomar aire fresco, pero obviamente nunca lo lograba.

Incluso había escuchado la voz escandalosa de mi vecino hablar con mi tío y mi abuela pero por suerte nunca se atrevió a adentrarse a mi cueva de agonía.

Un par de toques en la puerta me hicieron destaparme la cara para mirar con recelo el lugar donde provenía el ruido.

— ¡Nuri, abre! Soy Seulbi.

Me paré de mala gana y deslicé la puerta corrediza, Seulbi sonrió y se adentró a mi habitación como si fuera la suya lanzándose en mis mantas.

— Nuri, vístete. Vamos a salir.

— No quiero, estoy muy cansada.

Me recosté a su lado y cerré los ojos escuchando el profundo suspiro que salió de sus labios.

— Tengo mucho sueño, Seulbi.

— ¡Nuri! Son las cinco de la tarde — me quitó la sábana y clavó sus mirada en mí — No me digas que te la has pasado todo el día así — Sonreí — ¡Nuri! ¡Por Dios sigues en pijama!

— Ya te dije que no quiero salir — alargué.

— ¡Que asco, tampoco te cepillaste los dientes!

Seulbi tapó su nariz de golpe y negó en desaprobación.

— Báñate, vístete y te quiero a fuera en menos de media hora — asentí con desgano y se plantó de pie — Y cepíllate los dientes porque Jesús parece que comiste basura.

— ¡Ya!

Estaba más que claro que yo no tenía el ánimo suficiente como para salir de casa e ir a quien sabe dónde junto a Seulbi. Estar con Seulbi siempre era significado de problemas, sin embargo eso no quitaba que la chica me agradara mucho hasta el punto que podría decir con seguridad que era mi mejor amiga. De cierta manera, sentía que algo malo pasaría, esa pequeña espina punzante me carcomía lentamente, aunque lo más seguro era que yo estaba de paranoica pero Seulbi no me ayudaba mucho que digamos, por más que le preguntaba a donde nos dirigíamos lo único que hacía era callarme o decirme que ya casi llegábamos.

— ¿Ya me dirás?

Se paró y giró sobre sus talones soltando mi muñeca en el proceso — que había estado sosteniendo con fuerza durante todo el camino— tomó una bocanada de aire y una mueca se formó en su rostro.

— Por favor no te vayas a enfadar.

Mis cejas se arquearon, sabía de antemano que cuando Seulbi decía que no me enfadara era porque por supuesto me iba a enojar. Crucé mis brazos sobre mi pecho en espera que dijera algo al respecto.

we young ➳ renjunWhere stories live. Discover now