[003]

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El mensaje de Seulbi me había levantado los ánimos hasta por las nubes y nadie se encargaría de arrebatar mi hermosa sonrisa.

Mis primos ya están por venir.

Salí de mi habitación peinando mi cabello enmarañado con las yemas de mis dedos.

Era la primera vez en mi corta vida en la cual me levantaba de buenas.

Miré al tío que estaba recostado comiendo unas rebanadas de sandía importándole poco que el jugo se escurriera hasta manchar su camiseta.

— ¡Nuri ven a ayudarnos! — mi mirada se dirigió a la abuela, estaba de cuclillas junto a otra persona en el pequeño huerto.

Me fue difícil distinguir el rostro de la persona a lado de mi abuelita ya que portaba un gran sombrero y a parte estaba tan concentrada en arrancar la maleza del huerto.

— Mejor que el tío ayude — como si lo fuera invocado, mi tío giró su cabeza hacia mi dirección fulminándome con la mirada, reí burlesca y él escupió las semillas que estaban en su boca creando casi una balacera —. ¡Ah, que asco!

— Eres más joven que yo, te toca hacer los deberes —. Rodé los ojos y me encaminé hacia donde se encontraba mi abuela abrazándola por la espalda.

— Abuelita — inicié. Mi tono era lo más dulce posible y pareció enternecerle ya que quitó su guante para poder acariciar mi rostro que descansaba sobre su hombro.

— ¿Qué pasa, cariño?

— ¿Puedo ir hoy a la casa de Seulbi? — hice un puchero a lo que ella me respondió con una risita dulce.

— Claro, pero dile a Renjun que te lleve —. Vi como lentamente todo a mi alrededor se derrumbaba junto a mis deseos e ilusiones.

— Abuela, no quiero ser una molestia para Renjun puedo ir caminando.

— Pero si no eres ninguna molestia— di un respingo por la sorpresa que me había dado la repentina voz. Renjun alzó su cabeza esbozando una sonrisa macabra a mi parecer. El era la persona cubierta por el sombrero.

— Está bien...

— Ah — el castaño se dio una palmada en la frente y se mostró apenado ante la mirada de mi abuela y la mía. — Olvidaba que la cadena de mi bicicleta estaba rota.

— Ves, abuela. Deberías dejar que me vaya caminando.

Renjun alzó sus cejas y se acercó a mí abuela obligándome a hacerme a un lado.

— Abuela, ¿Le puedo hacer una pregunta?

— Ya la hiciste, tonto — hablé con mofa provocando una mueca en Renjun. — ¡Ay! — la abuela proporcionó una colleja que casi me hacía perder la cabeza. Apreté los ojos reprimiendo mis lágrimas de frustración y sobé el área afectada. — ¡Abuela!

— No le hables así a Renjunie.

Chasquee la lengua.

— Da igual, ustedes siempre prefieren a Renjun.

Me planté de pie totalmente molesta bajo la mirada inquisitiva de Renjun. Esperé que la abuela me detuviera para decirme lo mucho que me amaba y que yo era mejor Renjun, y sonreí al escucharla llamarme.

— ¡Nuri! — me giré clavando toda mi atención en ella — ¿Puedes llevarle estás calabazas a la abuela Na?

Bufé, que más daba. Tomé el par de calabazas de mala gana y me dirigí donde la abuela Na, importandome poco que estuviera en pijama.

we young ➳ renjunWhere stories live. Discover now