• Capítulo 7 •

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Dedicado a Mafe, porque me pidió casarme con ella. 💖

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—En serio, tienes que explicármelo—decía Taehyung, mientras caminaba a la parada de autobuses. Sunnie iba a su lado, mirando el suelo—. ¿Qué hacía ese idiota contigo?

La castaña soltó un largo suspiro y se encogió de hombros por enésima vez.

—No lo sé, Tae—repitió. A pesar de que le encantaba que Taehyung se preocupara por ella, ya había preguntado lo mismo al menos tres veces y aquello comenzaba a impacientarla—. Solo entró, insultó un poco mi manera de tocar piano y se fue. ¿Quieres saber algo en específico, Taehyung? —El aludido alzó la cabeza y negó, al mismo tiempo en que se sentaba a esperar el bus que le llevaría a casa.

Dos veces abrió la boca como si fuera a decir algo, pero la volvía a cerrar. Sunnie notaba, por su expresión corporal, que se sentía un poco contrariado. La tercera vez que Tae abrió la boca, dejó escapar el aire con frustración y volvió su vista hacia ella:

—¿Qué te parece si, en vez de ir a casa, te invito a beber un café?—La castaña asintió en silencio.

Caminaron sin hablar. Taehyung llevaba un paso tranquilo, mirando las copas de los árboles, sumido en sus propios pensamientos, mientras Sunnie lo miraba disimuladamente, con curiosidad. El de la sonrisa geométrica tenía aquella mirada que por fuera se veía inocente, pero que por dentro escondía cosas que le gustaría olvidar.

¿Qué hay tras tus ojos, Taehyung?

Traía sus manos enlazadas detrás de su espalda y su pelo bailaba ligeramente al compás del viento. Se veía tranquilo, pero ¿cuánto de aquella paz era real?

—Me gustan los árboles—dijo el muchacho, de repente. Sunnie volvió a observar sus ojos, notando como se construía una sonrisa bajo ellos—. Me gusta saber que llevan aquí, enterrados, mucho más tiempo del que tú o yo llevamos vivos. Me pregunto qué dirían si hablaran, ¿sabes? —Su sonrisa se borró de pronto—. ¿Hablarían quizá de lo estúpidos que somos los humanos? —preguntó para sí, un dejo amargo en la voz.

Sunnie lo pensó un momento. No solo había cosas malas en las personas. También había cosas buenas como el cariño entre amigos, los abrazos de los padres, las risas, el amor.

—Tal vez... —comenzó a decir, insegura y con el ceño levemente fruncido— Tal vez querrían conocer el amor. Los árboles no conocen eso—respondió, rascándose la nariz un poco incómoda. No estaba segura de por qué había dicho eso.

Taehyung sonrió repentinamente, pero la sonrisa no llegó a sus ojos. Había algo triste en ellos.

—Tienes razón—concedió—. Los árboles deberían conocer el amor. —La castaña observó como Tae alzaba una mano y le desordenaba el cabello, cariñosamente. —Incluso si el amor, como emoción, también encierra dolor.

Sunnie no supo qué responder. No entendía muy bien a qué se refería Taehyung, porque ella solo había conocido el amor fraternal. Jamás había estado enamorada de alguien. Si le habían gustado algunas personas, claro, pero nunca había experimentado el amor de pareja. ¿A qué amor se refería Taehyung, sin embargo?

Algunos metros más adelante se encontraba el café Wings. Ambos entraron, sintiendo cómo el calor de lugar los envolvió de inmediato. Tae no volvió a hacer ninguna mención de lo que hablaba, así que Sunnie tampoco volvió a sacar el tema. Se sentaron en una pequeña mesa para dos, cerca de la ventana, y esperaron a que llegara la mesera. Sun vio como un pequeño suspiro se escapaba de los labios de Tae, mientras observaba por la ventana. La castaña carraspeó para llamar su atención.

Fools || BTS Where stories live. Discover now