• Capítulo 11 •

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Sunnie no pudo evitar llegar más temprano de lo normal a clases. Se sentía ansiosa, preguntándose qué tanto había avanzado en la confianza con Yoongi después de lo que había sucedido el día anterior. Estaba segura de que apenas había avanzado medio con él, pero mientras miraba a la gente entrar al salón a primera hora de la mañana no podía evitar pensar en que tal vez debía saludar al pelinegro. Después de todo, habían mantenido una conversación casual, por lo que se le hacía lógico hacerlo, además que no existía verdaderamente una razón por la que no debiera saludarlo. Es más, algo en su interior la hacía emocionarse ante el hecho de poder saludar al pelinegro. Algo que en el fondo trataba de negar, porque no estaba bien emocionarse por decirle "hola" a una persona como Min Yoongi. De todas formas, se obligó a sí misma a hacerlo, porque debía ser valiente.

Yoongi apareció en el salón apenas unos segundos antes de que tocaran el timbre para comenzar el primer bloque. No le dedicó una mirada, mucho menos tuvo intención de saludarla, por mucho que ella lo mirara a ratos para encontrarse con sus ojos. Sunnie se enfurruñó al instante. ¿Por qué Min Yoongi no era capaz de actuar como una persona decente? No le pedía nada más que una mirada. ¿Por qué él no era capaz de dársela?

—De acuerdo—dijo Tae a su lado, mientras levantaba la cabeza que antes reposaba entre sus brazos—. Dime qué sucede y por qué no has prestado atención en clases.

—No sucede nada—mintió ella, a pesar de no estar realmente segura de por qué lo hacía.

Solo no quería que Tae se preocupara y le hablara de las mil razones que existían para que no se acercara a una persona como Min Yoongi. Ni siquiera le había contado lo que había sucedido el día anterior. ¿Porque qué tal si lograba hacerse su amiga? Tal vez podría convencerlo de dejar de atacar a la gente y, entonces, Jimin podría sentirse tranquilo. Sí, ella podría hacer algo como eso. Sunnie alzó la cabeza con energía renovada. Era una buena idea.

La clase avanzó lentamente. Matemáticas no era su materia favorita y el profesor parecía especialmente lánguido ese día. Además, había amanecido frío, así que todo el mundo estaba tratando de mantener el calor, debido a que la calefacción del salón estaba averiada.

—Supuestamente vendrán a arreglarla esta tarde—les dijo el profesor, al ver cómo los estudiantes se quejaban del frío—. Así que dejen de lamentarse y resuelvan sus ejercicios, a ver si pensar un poco les hace entrar en calor—se burló él.

Jimin, Tae y Sunnie se acercaron entre ellos, una vez que el profesor les dejó resolviendo ejercicios de matemáticas. Todos estaban igual de confundidos. Jimin se rascaba la cabeza con un lápiz, mientras Tae miraba los ejercicios como si estuvieran en árabe.

—¿Alguien sabe cómo resolver esto? —preguntó Jimin.

Tae sonrió afectadamente.

—Ni puta idea—respondió. Jimin a su lado, dejó caer la cabeza entre sus brazos, frustrado.

—Tal vez debamos conseguir ayuda—dijo Sunnie, mordiéndose el labio inferior con ansiedad—. No vamos a conseguir aprobar esta materia si seguimos así. Es decir, llevamos diez minutos en... un solo ejercicio.

—Yo nací para ser actor, saxofonista o granjero—manifestó Taehyung, ofuscado—. Es por esto que en el Planeta Tae no existen las matemáticas ni los números.

Jimin alzó la cabeza, repentinamente interesado.

—¿Y cómo cuentan sus cumpleaños? —inquirió, sonriendo juguetonamente. Tae rodó los ojos.

—Pues no lo hacemos—respondió, como si fuera lo más natural y obvio del mundo. Jimin no pudo evitar soltar un bufido amistoso—. Todos tenemos edades indeterminadas, así que nadie es joven o viejo. Así nos ahorramos todos esos problemas de la gente queriendo ser joven por siempre. Ya tengo mucho con mamá y sus mil cremas antienvejecimiento y quejándose todas las semanas porque le han aparecido arrugas nuevas.

Fools || BTS Where stories live. Discover now