• Capítulo 13 •

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—¿Qué te hace pensar que yo soy bueno en matemáticas? —preguntó el pelinegro, sentándose a lo indio y cruzándose de brazos.

Observó como las mejillas de la castaña se volvían ligeramente rojas. No es que Yoongi fuera malo en matemáticas, pero le causaba algo de sospecha que ella le preguntara justamente a él para enseñarle.

—Tae comentó algo sobre-... —comenzó a decir Sunnie, luciendo incómoda.

Claro, pensó Yoongi.

—Kim Taehyung debería comenzar a meterse en sus propios asuntos—respondió él, tajante. Luego echó el cuerpo hacia atrás, afirmándose en las palmas de sus manos. Pasados unos segundos, impelido por alguna fuerza extraña que le obligaba a hacer estupideces, preguntó:—. ¿Qué es exactamente lo que te cuesta?

La mirada de la castaña se levantó de golpe y sus ojos comenzaron a brillar, mientras las comisuras de sus labios se alzaban esperanzadas.

—¿Realmente vas a enseñarme?

Yoongi enarcó una ceja.

—¿Realmente vas a cuestionarme? —preguntó él.

La sonrisa de Sunnie se borró en menos de un segundo.

—No, no. Dame un segundo, necesito mi cuaderno. —Se alzó rápidamente y corrió para alcanzar su mochila sobre el piano de pared.

Media hora más tarde, Yoongi estaba que echaba humo por las orejas. ¿Cómo era posible que la castaña no comprendiera que solo tenía que cambiar un signo para que obtener el resultado? Era tan fácil que le resultaba desesperante. La razón de por qué necesitaba ayuda saltaba a la luz con facilidad: Ji Sunhee era decididamente tonta.

—Tengo que practicar más, es solo eso—se disculpaba ella, mientras trataba de resolver los ejercicios de matemáticas infructuosamente. Mordía el lápiz con vehemencia, como si aquello la ayudara a concentrarse. Yoongi, en tanto, la miraba con incrédulo—. Ni siquiera entiendo cómo es que a algunas personas les gustas las matemáticas.

El pelinegro lo pensó un momento. Algo en las palabras de Sunnie removieron su interior. A él le gustaban las matemáticas y era bueno en ellas. Siempre lo había sido, pero jamás se había cuestionado por qué le gustaban. Lo pensó durante un rato, hasta que, sin poder contenerse, susurró:

—Es porque no cambian.

Al momento en que lo dijo, se arrepintió.

Por el rabillo del ojo notó como Sunnie alzaba la mirada, confusa.

—¿Cómo? —preguntó ella.

Yoongi no pudo evitar soltar un suspiro.

—Las matemáticas—repitió, pasándose la mano por el cabello, incómodo de tener que hablar de los porqués de sus gustos. Pero no había sido ella quien había sacado el tema, así que sintió la extraña necesidad de seguir hablando—. No cambian. Son repetitivas, son estables y son... seguras. —Al ver que la castaña aún lo observaba en silencio, se encogió de hombros, intentando otra vez hacerse entender—. Las matemáticas son como... como tejer. Solo necesitas practicar para ser bueno. —Y luego añadió a un volumen mucho más bajo—. Y además los números no cambian.

Yoongi podía sentir la mirada de Sunnie, a pesar de que él se encontraba mirando hacia la ventana. A pesar de lo torpe que se sentía el pelinegro al hablar de sus sentimientos, el silencio se sintió extrañamente cómodo.

Hasta que Ji Sunhee decidió romperlo.

—¿Y la música? —preguntó ella en un susurro.

Esta vez fue el turno de Yoongi de levantar la cabeza, sorprendido. El pelinegro vio como Sunnie presionaba sus dos manos juntas, tanto que sus nudillos comenzaban a ponerse blancos.

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⏰ Last updated: Jul 26, 2018 ⏰

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