012

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—Vamos, sal de una vez.

—Ya voy, ya voy.— la pelinegra hizo a un lado la cortina y salió por fin de aquél probador, sin elevar en ningún momento la vista ya que se hallaba más ensimismada por hacer que ese atuendo se sintiera más cómodo para su cuerpo.
—¿Qué pasa?— entrecerró los ojos ante la atenta mirada del mayor.
—¿Otra vez vas a decir que no me queda bien?— indagó con la misma expresión.

Hoseok permaneció callado, tragó saliva y luego sacudió levemente la cabeza. De nuevo esa imagen tan similar a ella. Se suponía que debía evitar que alguno de esos hechos ocurrieran de nuevo. ¿Entoces, por qué ahora había decidido salir a comprar ropa para la extraña que vive en su casa y le recuerda tanto a esa persona? No tenía idea de por qué pensó hacer algo así, pero ya estaba hecho; él estaba allí, recordando y sufriendo otra vez.

—Esa blusa hace que tus brazos se vean más cortos de lo normal.— hizo una sonrisa burlona, intentando volver a la antigua atmósfera.

—¿Qué insinúas ahora?— Blue se cruzó de brazos frunciendo el ceño e hizo un puchero en los labios, algo que al mayor se le hizo tremendamente adorable; claro, sin que ella lo notara.

—Bueno, por lo menos tus brazos pueden verse.— soltó una suave risa al escuchar un gruñido como respuesta.

La chica colocó ambas manos a la altura de su cintura y rodó los ojos.
—¿Ninguno me queda bien entonces?

Hoseok suspiró. Se incorporó del asiento donde se halló esperando a la chica durante todo el proceso y se acercó unos pasos a ella.
Examinó por ultima vez las prendas que llevaba ésta y luego las que se había probado anteriormente. Vamos, él todo ese tiempo estuvo bromeando sólo porque se le hacía divertido el reaccionar de la menor, por supuesto que todo le quedaba realmente bien. Incluso hasta podría jurar que con harapos igual se vería bonita.

"Ya, basta. ¿Qué mierda piensas, Hoseok?"

—Bueno, no te he traído hasta aquí por nada, así que tendrás que llevártelo igual.— se dió media vuelta y elevó una mano llamando a una de las encargadas de la tienda.
—Se llevará todo lo que está allí.— señaló el montón de ropa que había sido seleccionado por la menor.
—Y supongo que también lo que lleva puesto.— la mujer asintió tomando las prendas y llevándolas.

La mandíbula de Blue se aflojó sin creer lo que salió de la boca de Hoseok. ¿En serio compraría todo aquello? ¡Pero si cada una de las prendas parecían bastante costosas!

—Hoseok, ¿no es muy caro para que lo pagues?— tomó uno de los brazos del chico, deteniendo así su andar y haciendo también que voltee.

—Oh, ¿prefieres pagarlo tú? No hay problema entonces.— dijo con tranquilidad y la chica le miró horrorizada.

—¿¡Pero de dónde podría sacar yo tanto dinero!?— implicó y él rió.

—Entonces no te estés quejando. Luego verás como pagarlo, ¿si?— siguió su camino, dejando allí a la chica.

Sí, él realmente iba a pagar todo eso para ella con su propio dinero y parecía tan tranquilo. ¿Era algún tipo de riquillo o algo así? Por supuesto que lo era, según las perspectivas de Blue, sí. Desde que había conocido a los hermanos Jung, la joven lo notó por varios aspectos como: los automóviles lujosos que ambos poseían; la ropa bonita que siempre llevaban ¿y qué de la enorme casa? Era demasiado grande para sólo dos personas. Y además para gastar en ropa cara para una extraña como si nada, obvio que debían estar en un estatus completamente distinto al de ella.

Se sentía una pobre y pequeña hormiga ahora.

~

Blue mantuvo su mirada pegada a la ventanilla desde que emprendieron viaje. No sabía con certeza hacia dónde iban, suponía que de regreso a la casa, puesto que ya se hacía la hora de almorzar y ella debía preparar la comida como ya era costumbre.

The stranger ➸ J. HoSeok ©Where stories live. Discover now