016

1.7K 199 13
                                    

No sabía discernir lo que sentía en aquél momento, mismo en el que su semblante apuntaba a ser más de somnolencia, combinado con agobio y una pizca de enojo. No encontraba una salida a lo que sus pensamientos penumbrosos encarcelaban sin siquiera utilizar cerradura alguna. Lo que refería a que él era quien, por más que la respuesta sea clara y obvia, no quería aceptar la verdadera solución. La que no heriría a nadie que él ame. No más.

¿Pero por qué ahora se hallaba en un bar, a más de la medianoche, con un leve surco entre medio de sus cejas?

Se sentía algo enojado. No por alguien más, sino por él mismo ya que odiaba tener que ser así; el caprichoso, egocéntrico y persistente; el villano del cuento. Pero por más que su corazón doliera cada vez que oyera el llanto preocupado de su hermana, la mujer que más ama en el mundo y que sigue con vida, de todas formas una voz maligna en su cabeza le jugaba la contraria en esos justos momentos, diciéndole y proponiéndole hacer las atrocidades más nocivas y despiadadas del mundo.

Tomó un trago de soju directamente desde la botella, había dejado de beberlo desde su respectivo pequeño vaso ya que aquellos minúsculos tragos aún le mantenían consciente, y para nada le agradaba eso. Solía ser muy resistente al alcohol, y para que éste pudiera quedar ebrio por completo necesitaba consumir una cantidad más de lo que una persona normal lo haría.

Sus mejillas estaban cubiertas por una delgada capa de color y sus párpados comenzaban a pesarle. Apretó los labios al ver que la segunda botella que se hallaba tomando ya comenzaba a vaciarse. Elevó una de sus manos para pedir otra al barman pero al instante otra mano bajó la suya, haciéndole fruncir el ceño aún más.

Giró un poco su cabeza y aclaró su vista para poder ver de quién se trataba. De nuevo esa chispa de esperanza destelló, sólo un instante, cuando su vista nublada logró captar la silueta ya conocida de su amada Ahri, pero se apagó luego al comprender que sólo se trataba de Blue; la chica extraña que le recordaba tanto a la anterior.

—¿Qué haces aquí?— cuestionó seco, dando a entender que no la quería ahí.

La sonrisa de Blue apareció, tornándose sincera.

—Vine a acompañarte.

La mueca de Hoseok se tenso más, demostrando desapruebo. Probablemente su hermana volvió a enviarla. ¿No entendían acaso que sólo necesitaba un momento con él mismo?

—No te lo he pedido. Quiero estar solo, vete.— usó el mismo tono y se volteó otra vez a su posición original. Elevó de nuevo su mano para terminar con su acción pero la mano de Blue de nuevo la bajó.
—Déjame en paz, quiero estar solo.— refutó, volviendo a mirarla.

—Sé que realmente no quieres estar solo.— aseguró ella con seriedad.

—Tú no sabes nada, no me conoces.

—¿Por qué estás así, Hoseok?

Sin lugar a dudas esa pregunta lo habría sacado de quicio antes pero extrañamente esta vez no lo sintió así. Tal vez porque la mirada de esa chica se notaba tan auténtica o sólo porque necesitaba una forma de descargar todo lo que en ese momento lo ahogaba.

Entonces decidió sólo soltarse.

—Porque soy un maldito cobarde egoísta. Porque por más que otros tengan una solución afable para mí, yo sólo lo ignoro y opto por una peor, haciéndoles sufrir. Ellos sólo quieren lo mejor para mí pero yo no acepto lo que me proponen, por más que quiera no puedo, Blue.— hizo mención de su nombre. Sentía la necesidad de ser oído, de encontrar una respuesta, aún sabiendo que ésta ella alguien casi desconocida para él.

—Hoseok, tal vez sólo no lo estás pensando bien, ¿si?— tocó el hombro del chico, brindándole un poco de su confort.
—Tal vez creas que sólo existen dos soluciones para esto, una buena y otra mala. ¿Pero no crees que puede existir otra? ¿Una que halles por ti mismo?

El mayor negó cabizbajo. Jamás se le ocurrió algo así.

—Entonces encuéntrala.— incitó.

—No sé cómo.

—Déjame ayudarte.— propuso.

—Pero tú eres una extraña.

Su tono volvió a la sequedad. Sabía como eran las cosas. Si esa chica proponía aquello significaba que debía quedarse aún más tiempo con él, y lo que por ende inculcaba que su abatismo por el sentimiento que ésta le causaba se extendería más.

—Dejaré de serlo para ti, entonces.— la chica dirigió una de sus manos al rostro del mayor, y se posó en su mejilla. Hoseok no se resistió ante aquél gesto, ya que su mente divagaba en demás cosas.
—Prometo estar ahí para todo lo que necesites, yo haré lo que sea para que te sientas mejor.

Y lo que el chico accionó al respecto, sorprendió a Blue, y a la vez a sí mismo. No terminó de comprender si fue a causa del alcohol, el cual por cierto estaba demás en su sistema y lo entorpecía de manera drástica; o porque las palabras de la chica le habían impregnado tanto que no puedo evitarlo. Sólo la abrazó.

💕

The stranger ➸ J. HoSeok ©Where stories live. Discover now