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—Oh... ¡Es genial!— se fascinó ella y él sonrió enorgullecido.
—¿Puedo tocarla?

—No, no, no. Es un arma sólo para uso policial.— aclaró.
—Pero si quieres, algún día podrías verme usarla ¿no?— propuso y volvió a guardar el objeto a un costado de su cadera.

Los ojos de Blue destellaron. De alguna forma todo de aquel chico le impresionaba. Podría ser sólo un truco de desaparecer y reaparecer una moneda o algo incluso más tonto pero ella siempre terminaría boquiabierta.

El oficial Jeon o Jungkook, como él prefería ser llamado por la menor. Fue quien la había ayudado antes en la carretera, con el accidente de Hoseok.

Esa vez, Jungkook fue muy amable con ella, hasta el punto de incitar a Jiwoo para que la ayudase con su hospedaje, algo que la mayor aceptó gustosa y sin atisbo de verla como una aprovechada.

Luego de reencontrarse en el edificio, el joven oficial la invitó a tomar algo, aprovechando también que él estaba en su hora de descanso. Por supuesto que ella aceptó. Y ahora se había llevado una gran sorpresa al enterarse de que fue transferido a Seúl y trabajaría ahí por un tiempo, y quién sabe, hasta tal vez podrían verse más.

—¿Te gusta tu té helado?— señaló el vaso que en ese momento estaba reposado en la mesa.

Blue hizo el gesto de intentar hablar pero en vez de eso se inclinó y bebió de la pajilla. Soltó un sonido de satisfacción al terminar y Jungkook rió suave.

—Está muy bueno, es dulce.— confesó.

—Bueno, si quieres... podríamos aprovechar mí estadía aquí en Seúl y quizá vernos más seguido.— rascó con vehemencia su nuca, mostrándose cohibido.
—Tú sabes, para conocernos mejor.— volvió su mirada a los ojos de la chica, los cuales demostraban interés.

Blue sonrió enternecida con el repentino cambio en la actitud del chico. Asintió. Obviamente, ella ya había pensado en algo así. Ése chico le parecía muy agradable y lindo, además, no le vendría mal conocer gente nueva.

—Por supuesto.— mantuvo su sonrisa.

Jungkook respondió a aquél gesto, imitándola con su tierna sonrisa de conejito, como ella lo consideraba.

—Oh.— dijo repentinamente como si acabase de recordar algo y de inmediato rebuscó en su bolsillo, sacando su celular. Se lo tendió.
—¿Me dejas tu número? Para mantenernos en contacto.

—Yo... no tengo teléfono.— confesó apenada y acogiéndose de hombros.

Jungkook entendió y asintió, enseguida pensó en algo más.

—Bueno, entonces podría anotártelo y luego...

—Sí. Es una buena idea.— sus ojos volvieron a encenderse con ilusión.

El chico sacó un bolígrafo de uno de los bolsillos de su chaleco policial y tomó una servilleta, anotando unas cifras en ella y luego se la tendió.

—Aquí tienes.— Blue la tomó, examinando el papel.
—Recuerda llamarme ¿si?— ella asintió, segura.

Blue mantuvo su mirada pegada al papel otra vez. Esta vez sin fijarse en las cifras ni nada referido. Recordó un pequeño detalle entonces y casi brinca de su asiento.

—¿Sucede algo, Blue?— preguntó con preocupación al notarla algo alterada.

—Jungkook. ¿Puedes decirme cuánto tiempo ha pasado desde que llegamos?

—Oh..., bueno.— miró la hora en su celular.
—Sólo media hora.

La mirada de Blue fue la más horrorizada entonces. Rápidamente se levantó y comenzó a caminar hacia la salida.

—Adiós. Debo irme ahora, lo siento.— salió disparada, sin dejar siquiera que éste articulara palabra alguna, dejándolo ahí con la boca entreabierta.

~

Hoseok volvió a mirar con exaspero su reloj de muñeca. Se recostó un poco en la puerta del copiloto y cruzó los brazos.

Había salido lo suficientemente furioso de ese edificio como para llegar a su auto y no encontrar ahí a la chica. Además, ya habían pasado más de media hora y ella aún no aparecía; algo que por cierto lo sacó más de quicio. Estaba cansándose de esperar. Hasta había considerado irse sin ella, bueno, luego lo descartó al poco tiempo sabiendo que seguro obtendría muchos reclamos por parte de Jiwoo.

Jiwoo...

Exhaló con fuerza al recordar ese nombre. No quería siquiera pensar en ella. Se sentía realmente furioso por lo que acababa de enterarse. Estaba apresurado por irse y hablar con ella sobre eso en la casa para reclamarle. Y Namjoon tampoco se salvaba, para nada.

Pero no podía irse sin la chica. ¿Dónde pudo haberse metido?

Tal vez sólo se distrajo con algo o se perdió, ¿quién sabe?

Su ceño se frunció poco tiempo después, luego de elevar la mirada y divisar a la chica cruzando la calle con el paso apresurado. La vió acercarse y en los últimos trechos trotó, llegando así más rápido.

—¿Dónde carajos te habías metido, eh?— preguntó éste, acercándose unos pasos.

—Oh..., yo sólo...—

—Vamos.— ya estaba caminando hacía la puerta para entonces.

Blue sólo suspiró. Subió al auto y emprendieron viaje de camino a la casa. Miró de reojo al perfil del chico, no llevaba su semblante serio, este ahora estaba contraído y duro; parecía estar muy furioso.

¿Era por ella, acaso?

—Hoseok.— llamó. Éste no dió señales. Tomó su silencio como un sí.
—Lo siento. No debí irme así.— miró atentamente su misma expresión en caso de que esta llegase a cambiar.

—Sí. No debiste irte así. Porque jamás te di una maldita autorización.— inquirió bruscamente con la vista en el camino.
—Estuve allí, esperando casi una puta hora.— reprochó.

—Sí..., lo siento.— bajó la mirada como un cachorro siendo regañado.

—Luego discutiremos esto. Ahora tengo asuntos más importantes que resolver.— dijo por último y aparcó el auto fuera de la casa, salió dirigiéndose crispado hacia la entrada.

Algo iba a pasar.

...


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The stranger ➸ J. HoSeok ©Where stories live. Discover now