19. VERGÜENZA

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Jueves. Solo faltaba un día para la representación; un día para dar una respuesta a aquel rebelde que, pese a traerla de cabeza con su indómita personalidad, no podía negar que le agradaba.

A todo eso, faltaba sumarle que su padre la había castigado sin salir y que no sabía cómo escaquearse de su sentencia.

Después de haberse arreglado y recogido sus cosas, Marinette se apresuró a salir de casa para fijar rumbo al instituto, ignorando las advertencias de su mentor al escabullirse del hogar con urgencia.

No es que llegara tarde a clase, pero no tenía ganas de escuchar las reprimendas de su progenitor, mucho menos tras lo acontecido horas previas con su compañero.

La muchacha se compadeció de su suerte, irrumpiendo en el centro estudiantil con los ánimos por los suelos y una postura encorvada que evidenciaba su malestar.

Cuando llegó a clase, seguía absorta en sus pensamientos, acomodándose en su pupitre con su mirada siendo captada por el joven que ocupaba la silla contigua a la suya y que la ojeaba de una forma seductora.

- Buenos días, bichito.- saludó el rubio en un tono meloso.

Ella reaccionó vergonzosa, con sus mejillas sonrojándose y los nervios abordándola.

- Bu-buenos estás... Qu-quiero decir, que es-estás bueno... ¡N-no! ¡Bu-buenos días!- se palmeó la frente, luego maldiciéndose por no poder controlar ese balbuceo que él le provocaba.

Adrien ensanchó su sonrisa, arrimándose con osadía a la joven, la cual al percatarse de las intenciones del zagal retrocedió cohibida.

- ¿Qué pasa, princesa?- cuestionó él, soltando una risotada.

- ¿Có-cómo que qué pasa? Es-estamos en clase...- él enarcó una ceja, sin borrar la expresión burlesca de su rostro-. ... Pu-pueden vernos.

El adolescente echó un vistazo a su alrededor, observando a los alumnos que entraban en el aula y ocupaban sus respectivos asientos, para acto seguido acechar de nuevo a la azabache.

- ¿Y?- inquirió con indiferencia, colocando una mano sobre su muslo por debajo de la mesa-. ¿Es que tienes vergüenza de que te vean besándote con el chico más sexy del universo?

« Modestia aparte... »

La euroasiática sintió como toda ella se tensaba al notar sus dedos deslizándose por la piel desnuda de sus piernas, así como juntaba las rodillas y se apartaba levemente.

- N-no es vergüenza, es solo que...- se mordió de la lengua, meditando para sus adentros.

- Es vergüenza.- sentenció en un tono apático.

Él apoyó los codos sobre la mesa, recargando la barbilla en la palma de su mano a la par que se enfocaba en la pizarra.

- N-no es eso, pero...

Los zafiros de la chica divisaron a la italiana y a la Césaire conversando animadamente mientras se dirigían a sus mesas, haciendo que la culpa la alcanzara al cruzarse su mirada con la apesadumbrada de Lila.

- Pero... ¿Qué?- espetó el chico con un deje de impaciencia.

La de rasgos franco-orientales lo miró en silencio, negando rápidamente con la cabeza en un semblante decadente.

- Nada.

El Agreste interceptó el punto de mira de su compañera antes de que ésta se pusiera a sacar los libros de su mochila con resignación, oteando a la Rossi mirando en su dirección con no demasiada simpatía.

||+18|| ▪TURN ME ON ▪                  ➤ ADRINETTEWhere stories live. Discover now