33. LA HORA DE LA VERDAD

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Adrien permanecía absorto en ese sueño pesado, removiéndose levemente al notar las caricias que la italiana intentaba hacer pasar desapercibidas. En sus acciones había determinación, pero a su vez indecisión por no hacer lo debido.

Aquello no estaba bien y era consciente de ello; pero esa sensación de rechazo que él le había dejado tras su desplante era algo que no conseguía hacer desaparecer.

Por otro lado, estaba Marinette. La joven se había enamorado completamente del varón Agreste y, al parecer, él también de ella. Aunque a su forma de ver, eso no podía ser más que una burda patraña, por lo menos en lo que a Adrien se refería.

Despacio, deslizó las manos por la hebilla de su cinturón, desabrochándolo con el pulso tembloroso y la conciencia carcomiéndola por dentro al escrutar el rostro inconsciente del rubio.

- Prin... cesa...- susurró él con los ojos cerrados.

La castaña tragó grueso, inclinándose sobre suyo para acercar los labios a la comisura de su boca y depositar un beso en la zona, apartándose al ver como él se ladeaba sumido en sueños.

Lila respiró profundamente, apoyando las manos sobre la cama al tratar retomar la cercanía con el zagal; sin conseguir su propósito que un tenue carraspeo proveniente del marco de la puerta la hizo voltearse sobresaltada.

- Violar a las princesas de los demás está muy feo, ¿lo sabías?- inquirió el guitarrista, mirando con impasibilidad a la intrusa.

- Lu-luka...- murmuró ella un deje cohibida, luego sonriendo con nerviosismo-. ... So-solo es-estaba intentando despertar a Adrien...

- ¿Y cómo pensabas hacerlo? ¿Montándote encima como si fuera un caballo de potro?- ironizó desconfiado, fijándose en como el rubio emitía un quejido molesto al removerse dormido.

El músico hizo un movimiento con la cabeza, invitando a la italiana a que lo siguiera a la sala de estar. Cerrando la puerta del cuarto donde el chico de cabellera dorada descansaba.

En el salón, la muchacha se abrazó a sí misma con recelo y una expresión de desasosiego, notando la penetrante mirada del ojizarco puesta sobre ella.

- Luka...

- No sé porqué no me sorprende, aunque la verdad, hubiera preferido equivocarme.- regañó él en un tono acusatorio, haciendo que ella lo mirara con turbación-. Eres consciente de que casi te aprovechas del novio de Mari, ¿no?

- No iba a aprovecharme, ya te dije que venía a buscar unas cosas y...

- A mí no me engañas.- interrumpió sin mostrar compasión-. Nos conocemos desde que éramos críos, así que más vale que dejes de inventarte excusas.- ella enmudeció, bajando la cabeza-. Lo que has estado a punto de hacer es despreciable.- acusó con voz firme-. Puedo entender que tengas cierto resentimiento hacia él, pero... ¿Qué hay de Mari? Ella es tu amiga y confía en ti.- argumentó sin titubear, contemplando como la fémina se achicaba con los labios fruncidos en una fina línea-. ¿Cómo puedes hacerle algo así?

Las facciones de la adolescente se crisparon, dominada por ese sentimiento de rabia que corroía sus entrañas.

- ¡Ella dijo que no le interesaba!- masculló la de gemas verduzcas con irascibilidad-. Sabía desde el principio que Adrien me gustaba y, sin embargo, no dudó en arrebatármelo.

- ¿Arrebatártelo? ¡Nunca fue tuyo!- exclamó el varón, pasándose la mano por la cabellera-. Además, Mari no tiene la culpa de haberse enamorado de él.- defendió controlando el tono, dando un paso hacia ella-. Por no mencionar, lo mal que lo pasó por tener miedo a lastimarte. 

||+18|| ▪TURN ME ON ▪                  ➤ ADRINETTEWhere stories live. Discover now