Capitulo 24

8.9K 357 6
                                    

Zac
Te he dicho que no iré — digo molesto al escuchar la voz insistente de Max, intento respirar, intento contenerme poniendo mi atención en otra cosa. Mirando por la ventana de mi recámara intento imaginar que el auto de Dion aparca en la entrada y de el baja, ella, mi Daira sonriente como siempre, se despide alegremente de su hermano y se acomoda los lentes y él cabellos mientras camina directamente hacia mi casa, hacia mí.

— Llevas meses sin salir de casa, esta fiesta te ayudará a distraerte y a olvidar — la voz de Max me saca de mi ensoñación

— Max, estoy bien — intento hacer que se calle pero él sigue y mi paciencia se agota cada vez mas

—Claro que no estás bien, tú...

— Max... —digo con lentitud tocándome el puente de mi nariz — estoy bien — intento advertirle que mi paciencia está por caer — por favor, para ya de insistir

— No, no dejare de insistir, y es que debes entender que no puedo dejar que te pierdas por completo. Sé que por más que tu o cualquiera de nosotros intentemos volver el tiempo y evitar lo que pasó, ella no volverá — sus palabras duelen — ella ha comenzado a rehacer su vida — me dañan— y tú debes hacer lo mismo, el tiempo no volverá, ella no volverá — y me hacen perder el control.

— ¡Para ya de una maldita ves! — Comienzo a temblar de pies a cabeza — ¡¿Es que acaso no entiendes?!

—Zac... — intenta hablar pero ya es tarde, no podrá hacerme entrar en razón

— ¿Acaso no entiendes que por más que intente dejar todo atrás, que por más que intente "distraerme", no podré olvidarla? ¡Ella siempre estará presente a donde quiera que vaya! ¡Cada vez que cierre los ojos, veré su rostro hecho un mar de lágrimas, y todo por mi culpa, todo por querer jugar al maldito hombrecito! ¡No es así de fácil, Max! Me enamore, me enamore como un loco ¡¿Es que acaso eso no lo entiendes?!

— Zac, a mí también me duele que se haya ido y si, antes de que digas cualquier cosa, sé que no se compara con tu corazón roto, en verdad que no. Pero debes seguir, el tiempo no se detendrá y tú lo sabes pero quieres seguir mintiéndote, quieres seguir haciéndote creer que ella volverá, cuando sabes perfectamente que no será así, ella se fue para olvidarte, Zac y creo que tú debes comenzar a hacer lo mismo, debes comenzar a olvidarla.

— No, aún no es tiempo de olvidarla. Aún no he luchado lo suficiente por recuperarla y sé que puedo hacer más, sé que aún hay una oportunidad, por más pequeña que esta signifique, sé que la hay y que llegara el momento en el que volveré a tener a Daira frente a mí.

— Yo solo no quiero perder a mi mejor amigo, no quiero que te quedes esperando algo que tal vez nunca suceda pero aun así respetaré tu decisión, pero solo promete que no te perderás por completo, que no te quedaras estancado en la espera de un milagro, que por lo menos intentarás seguir siendo el mismo Zac de siempre.

— No seré el mismo de siempre y eso lo sabes.

— Solo promete que intentaras seguir. — río sin muchos ánimos y camino hacia mi cama

— No prometo nada. Ahora ¿no tienes una fiesta a la que ir?

— Y se me hace tarde para encontrar chicas sobrias. — suelta una carcajada y yo solo niego.

— Solo ten cuidado y acuérdate que el amor llega de formas inesperadas — vuelve a reír.

— Olvídalo hermano, no caeré en eso — ríe nervioso — Bueno, hablamos luego.

— Adiós — digo antes de colgar y sentarme en el sofá que hay a lado de la ventana.
En momentos como estos es en los que ella viene a atormentarme, sé que parece patético que aún la extrañe, que aún piense en ella, pero la verdad es que se coló tan dentro de mí que es imposible olvidarla. Sé que ella comenzó de nuevo, que lo más probable es que ya no recuerde ni mi nombre pero yo aún la amo, sé que le hice daño, que fui un estúpido al creer que saldría completamente ileso de esa apuesta, pero al final fui el que más sufrió, el que más perdió.
Alguien toca a la puerta pero le ignoro, así que esta se abre dejando ver la figura de mi madre, si es que le puedo llamar así a la persona que me ha olvidado por completo. Su cara es de preocupación, tal vez por algún problema en el trabajo.

La ApuestaWhere stories live. Discover now