Capitulo 28

10K 408 21
                                    

– ¡No puedo creer que estés aquí! – Abril salta de alegría – Creí que no volverías jamás

– De hecho no pensaba volver, nunca – miro con disimulo a Zac viendo como agacha la cabeza con tristeza – Pero algunas cosas han pasado y he vuelto

– ¡Tienes tantas cosas que contarnos! Mírate, has cambiado muchísimo. Cuando te vi con ese casco y creí que eras un asesino o algo por el estilo estaba lista para golpearte pero después ¡Dios! No me esperaba eso, he tardado en reconocerte – comienzo a reír pues extrañaba tanto a la loca de mi amiga

– Puedo contarles todo lo que quieran pero creo que sería más prudente si fuera en otro lugar – con disimulo he señalado a Zac

– Oh... - Abril asiente varias veces – Claro yo también creo que eso es lo mejor.

– Pues entonces vayamos a dentro – propone Iván, tomando la mano de Abril

– Me parece bien. Solo déjenme ir por mi mochila que la he dejado en la moto – le entrego a Iván el casco

– Claro. Te esperamos aquí

Comienzo a caminar en dirección a mi motocicleta ignorando las miradas curiosas e ignorando por completo a Zac que lo único que ha logrado decir ha sido mi nombre. Coloco dentro de mi mochila las llaves y la pongo en mi hombro y cuando giro para ir en dirección a mis amigos encuentro frente a mí a Zac, blanco como el papel, mirándome como si de un fantasma se tratase

– ¿Estas bien? – Le pregunto pues el semblante que ahora mismo tiene no es uno muy bueno – Tu aspecto es deplorable

– Es solo que... no puedo creer que estés aquí, frente a mí. No sabes cómo te he extrañado desde que te fuiste no ha pasado ni un solo día en el que no piense en ti, en tu rostro, en tus ojos, en tus besos he vivido un completo infierno y... – comienza acercarse a mí y yo comienzo a retroceder

– Que lamentable. Pero uno mismo decide si quiere vivir en el cielo o en el infierno y tú, Zac Johnson has decidido el infierno.

(...)

La maestra Brown me a echo presentarme a mis compañeros, aunque no sé porque lo he hecho si ya todos me conocen pues me han asignado en mi antiguo salón lo que significaría que estaría con Abril e Iván y lamentablemente con Max, el cual se han puesto pálido al verme y me ha mirado con los ojos muy abiertos por un buen rato, la parte buena de esto es que sabía me libraría durante las clases de la presencia de Zac y también de la de Alex. Las clases fueron de lo más normales salvo por muchas de las miradas llenas de intriga por parte de mis compañeros, muchos me miraban con curiosidad, otros como si intentaran leer mi mente y muchos otros me miraban con miedo y respeto, algo a lo que ya estaba acostumbrada pues esas eran las miradas que obtenía de mis compañeros en Levent.

La campana sonó, anunciando la hora del almuerzo, Abril alegremente se ha acercado a mí junto con Iván.

– ¿Quieres ir a la cafetería?

– Claro – he tomado mi mochila y he caminado junto con ellos por los pasillos de la escuela rumbo a la cafetería. Siento como un dolor se hace presente en mi pecho al recordarme en Levent, al recordar a Abril y Dylan, al recordar la mano de Evan tomando la mía mientras caminábamos rumbo a la cafetería.

Mi teléfono comienza a sonar, me detengo buscándolo dentro de mi mochila y cuando lo tengo frente a mí me sorprende ver el nombre de Jordan en la pantalla.

– Disculpen, tengo que atender esta llamada ¿Los alcanzo en un momento?

– Este bien. No te tardes tanto – responde Abril sonriendo mientras sigue su camino riendo por algo que ha dicho Iván.

La ApuestaWhere stories live. Discover now