Thinking Underage [Mature Styles! au]✅

2.

—Lo sé, Mary, pero fue el momento perfecto para las vacaciones de mis padres, se han partido el trasero trabajando —contesto. Mi mejor amiga lleva quejándose casi media hora sobre mi ausencia en su cabaña de ensueño que está cerca de un lago, en el interior yo también me quejo, me quejo de pasar el verano en casa de mis anticuados abuelos, en un vecindario lleno de adultos que parecen haber perdido el sentido de la diversión; barrio del que toda la gente de mi edad a huido durante el verano por el asfixiante aburrimiento. Y no soy una mal agradecida, amo a mis abuelos, mucho, pero mi joven espíritu preferiría estar en la cabaña de Mary, con los chicos guapos de la secundaria (y quizá algunos universitarios calientes, amigos de su hermano mayor), pasándola bien como en veranos pasados. Pero está bien, mis padres por fin tienen esas merecidas vacaciones por las que tanto han esperado.

—Dejaron el auto allá, Eva. ¿Por qué tan solo no lo tomas y traes tu tan ansiada presencia ante nosotros? —responde ella luego de soltar un pesado suspiro. Escucho algunas voces que gritan un fuerte "¡Si!", alegando acuerdo con Mary —No puedes solo perder tu jodido verano ahí.

—Me encantaría tomar el auto de mis padres y conducir muchas horas hasta la cabaña, amiga —digo, sarcástica, mientras ruedo los ojos —, pero apenas puedo encender y mover medio metro un auto antes de estallar en un ataque de pánico. Además, mis abuelos no son momias ni son idiotas, notarán que no estoy y no habré dejado el condado antes de ser encontrada por la policía o el fbi —afirmo. Me muevo por mi habitación mientras mi mano derecha sostiene mi celular, apenas había desayunado cuando recibí la llamada de mi desesperada mejor amiga. Empiezo a creer que si le digo sobre el caliente vecino hará un berrinche para que le llene la galería de fotos y le dé detalles sobre su vida y de como la mía se relaciona con él, cosa que me disgusta de tan solo pensarlo, entonces decido callar.

No es como que fuera a fijarse en mi de todas formas: es mucho mayor, más maduro, y debe tener a las chicas que desea. Por docenas.

—Escúchame bien, pequeña perra —me llama por el apodo que tanto le ha gustado ponerme —, si tu trasero no está en nuestro viaje de invierno a las montañas de Nevada, ni creas que volveré a hablarte jamás.

—Mary, por favor, el crucero de mis padres no va a durar más de ocho semanas, de verano; no me perdería verte esquiar por nada en el mundo —la tranquilizo. Luego reímos un rato y finalmente cuelga porque tiene que organizar la fogata que hace en cada verano. Suspiro por la nostalgia y por perderme una de las cosas que más amo de la cabaña de los Hepburn.

Me acuesto en la cama con los pies aún tocando el suelo y dejo mi teléfono en la mesita de noche, me quejo en silencio de la absurda desconfianza de mis padres de no haberme dejado al cuidado de los padres de Mary, pero luego río porque sé que sus padres casi nunca paran en casa y que a la cabaña no van desde que su hija y yo tenemos doce años. Cada verano en los últimos cuatro años nos han dejado al cuidado de Michael, su hermano mayor, y cualquiera que fuese la novia de turno.

Siento que mis párpados empiezan a pesar y que posiblemente me quede dormida cuando escucho que tocan a mi puerta, por la suavidad del toque doy por hecho que es mi abuela y permito que entre mientras me siento más decentemente sobre la cama.

—Eva, sé que este no es el mejor verano de tu vida y que preferirías estar en la playa o entre centros comerciales y salas de cine con tus amigos, pero quiero que vengas con nosotros a la reunión vecinal —me dice, luego de haberse sentado a mi lado y haber tomado mis manos entre las suyas.

—¿A su reunión vecinal? ¿Qué haré allí? ¿Hablar del nuevo alcantarillado o del turismo? Abuela, es mejor que alguien se quede en ca... —intento alegar pero su voz me detiene.

—Puede no sonar entretenido, pero invitan comida y vinos. Y no quiero que pases el verano odiándonos por mantenerte encerrada en un dormitorio de cuatro por cuatro.