Frustrado.

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¿Alguna vez habéis experimentado la indecisión? No saber que hacer, decir, pensar...Confusión. Agobio. Apenas una reacción a aquellas situaciones o palabras que no logramos comprender. Sentirte inútil al no obtener una respuesta. Perder la cordura. Sucumbir ante el estrés. Desconocimiento. Ansiedad. No ser capaz de decidir. Es justamente eso.

«¿Que sientes por el?»-descubrí mi escondite y abandoné el lugar sin pronunciar palabra alguna, bajo la atenta mirada de ambos jóvenes.

No recordaba en que momento me había marcado tanto. Apenas unos meses. Atracción. Interés. Desconcierto. Calidez. El escaso tiempo compartido con Hansol, había significado mucho más de lo que yo pensaba. Nadie, jamás, había sido capaz de acercarse a mi tan fácilmente. Siempre fui de carácter fuerte.

No podía evitar pensar en que era mi culpa. Quizás, yo mismo permití que esto sucediera. Quizás quería tenerle a mi lado. Quería conocerle. Saber de el. Quería descifrar todas aquellas palabras. Aquellas que me dedicó. A mi. Quería entenderlas. Hallar su significado. Sin embargo, todo aquello era imposible. Al menos ahora.

Hacía semanas que evitaba cualquier encuentro posible con el castaño. Evadía sus miradas, ignoraba sus palabras...
En general, pocas veces era capaz de interceptarme. Y cuando lo hacía, inventaba alguna excusa y huía. Literal.

Él no parecía captar el mensaje, pues, seguía insistiendo. ¿Cómo podía ser tan persistente?

Intenté borrar cada recuerdo del castaño; cada palabra, cada mirada, cada sonrisa...no podía. La agonía invadía mi pecho. Me dolía. Dolía mucho. ¿Porqué no podía olvidarle?¿Por qué a pesar de mi rechazo seguía presente en mi? No quería sentirme así. Nunca lo quise. ¿Con qué facilidad destruyó mi coraza? Únicamente medio año. ¿Cómo pudo conseguir tanto en tan poco? Profundizar tanto en mi...era completamente surrealista.

¿Qué significaba este dolor?¿Qué eran estas punzadas que oprimían mi pecho? No lo sabía, no sabía absolutamente nada. Era frustrante. Me sentía inútil, insuficiente. Acostumbré a tener el control sobre todo. Mi vida, mi pensamiento, mis emociones...eran todas decisiones mías. Era dueño de cada expresión, acción, de cada gesto...
Mantener un modo de vida estable. Cada cosa en su lugar correspondiente. Todo tenía una explicación lógica o racional. Las cosas no pasaban así porque si. Entonces, ¿porqué me siento tan vacío?¿Cuál es el motivo?

Obsesionado por el razonamiento del cerebro, nunca pensé en el funcionamiento del corazón.

Debería haber tenido en cuenta mis verdaderos sentimientos. Aquellos que luchaban por salir; aquellos a los que nunca dejé. Y fue por miedo. Miedo al rechazo, a ser dañado, herido, decepcionado...Los sentimientos te hacen débil. El amor quizás el que más. Aferrarse a una persona. Darle todo aquello que tienes por hacerla feliz. Entrega. Compromiso. Todo muy bien pintado; camuflado incluso. Nadie nunca se para a pensar en las discusiones, altibajos, traiciones, engaño...
Todo eso siempre está mostrado en un segundo plano. La realidad es mucho peor. O tal vez no. Siempre lo vi a mi manera. Hansol quería mostrarme lo equivocado que estaba. Yo únicamente lo alejé, por temor. Temor a perderle, temor a sentir algo por él; a quererle junto a mi. Temor a su mirada y a lo que esta me hacía sentir. Temor a su sonrisa, a sus cálidas palabras. Temor a decepcionarle o a ser decepcionado. Temor a equivocarme. Temor a mis sentimientos. Temor a este dolor agonizante. Temor a necesitarle. Temor a haberme enamorado. Era imposible, ¿verdad?

Estaba echo un lío. ¿Qué debía hacer?¿Cómo alejar aquellos sentimientos?¿Cómo alejarle a él?
No sabía que hacer.

Preocupación recibió a las primeras semanas de abril. Lo que podría haber sido un cálido comienzo, amenazaba con convertirse en un trágico final. La razón de todos mis problemas y preocupaciones: Chwe Hansol.

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Como de costumbre, ocupaba la incómoda silla de mi escritorio, rezando por acabar el papeleo e ir a casa. Últimamente no descansaba bien y mi ánimo había descendido notablemente. Me pregunto quien sería el culpable. Necesitaba tiempo para aclarar las cosas. Lo que recién empezaba a sentir, lo que pensaba acerca de ello... Había dedicado las últimas tres semanas a reflexionar sobre ello. Tras muchas sesiones de llanto, estrés, agobio...había tomado una decisión. Olvidaría a Hansol. Era la mejor opción. Aún así, no estaba del todo recuperado. Mi corazón seguía doliendo.Existentes dudas aún rondaban mi mente. Puede que en el fondo no estuviera de acuerdo con mi propia decisión. Suspiré.

-¡SEUNGKWAN!-un muy alterado Minghao irrumpió en la habitación. Perfecto, otro problema más. Descansaba sobre sus rodillas e hiperventilaba rápidamente. Me incorporé asustado y corrí hacia él, dejando caer a mi paso, varios papeles y algunos bolígrafos.

-¡¿Qué ocurre hyung?!

-Están...en el patio...-hablaba entrecortadamente y con clara dificultad. Pobre.

-Tranquilo, respira.-indiqué preocupado.

-Pelean...esta allí...

-¿Quién?¿Quién está allí hyung?

-Hansol...-quedé completamente paralizado tras escuchar su nombre. ¿Él?¿En una pelea?¿Otra vez? El equipo de fútbol ya estaba harto. Normalmente, sus peleas eran varios insultos y alguna que otra amenaza. Ni siquiera se molestaban en notificármelas. Sin embargo, allí estaba Minghao. Debía ser algo importante. ¿Golpes? Que se yo...
No podía evitar preocuparme. Maldita sea.

-¿Dónde están, hyung?-pregunté lo más calmadamente posible. No podía perder los nervios. Debía tranquilizarme.

-Patio...trasero...¡corre!

-Gracias, hyung. Descansa. Yo me ocupo.-el joven asintió y me apresuré a abandonar la sala. Recorría a zancadas los amplios pasillos, llamando la atención de algun
que otro alumno extraviado. Corría más y más rápido, debía llegar cuanto antes. ¿Y si le habían hecho daño? Los jugadores del equipo de fútbol eran todos unos cavernícolas. ¿Y si le destrozaban la cara?¡¿Jamás volvería a ver su sonrisa?! Minutos después, me hallaba inmóvil frente a las instalaciones del patio interior. Para mi sorpresa, no había nada. Absolutamente nada. Estaba completamente vacío. No había rastros de los jugadores o de Hansol, tampoco indicios de haberse disputado una pelea o algo similar. Nadie. Nada. Excepto una voz a mis espaldas.

-Por fin te dignas a aparecer, princesa.

Hola!! No tenía pensado actualizar hoy, sin embargo, no pude contener las ganas. ¿Qué os pareció el capítulo? Las cosas se ponen intensas. Cada vez me ilusiono más escribiendo. Para ser sincera, las palabras me salen solas. No se como avanzará la historia. Sólo se que lo hará.
Aquí vuestra escritora rookie de confianza, chaval. XD

Espero que hayáis disfrutado el The8 episodio de «Entrelazados» (lo siento, tenía que hacerlo. VIVA OCTAVIO)

Gracias por vuestros votos y apoyo!!! Lo agradezco mucho. De verdad.

Os amaría eternamente si difundis la historia. Aunque igual ya os amo por leerme :3

PD: Amé el comeback de (g)i-dle creo que tengo nuevo grupo favorito.

Nos leemos

Minmin °~°

Entrelazados [Verkwan]Where stories live. Discover now