Park Chanyeol sabe que corregir textos no es precisamente la ocupación más sencilla del mundo, no obstante, no va a negarse a hacerlo cuando recibe un correo electrónico equivocado donde un chico de palabras tan dulces como su persona le solicita ay...
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Ya que faltan al menos dos horas para que ambos tengan su última clase y puedan ir a casa después, optan por dar vueltas por el campus hasta que se agote el tiempo. Chanyeol no había estado tan seguro acerca de cómo esto se iba a desenvolver, si sería incómodo para él con todo el embrollo de la mensajería y el conocer a Baekhyun más a fondo que como pretende hacer ahora mismo. Había estado sumamente preocupado de soltar algo que lo delatara, porque a veces su mente no coordina con sus palabras y de repente se encuentra soltando cada cosa. Pero se sorprende al darse cuenta de la fluidez con la que puede acoplarse a Baekhyun.
El mayor es de esas personas que hablan deliberadamente y puedes pasar horas y horas escuchándolas y siempre te parecerán atrayentes, quizá sea su tono de voz o la cantidad de emoción con la que se expresa bajo ese timbre suave, Chanyeol solo sabe que desearía poder tener esa capacidad de comunicación suya tanto escrita como oral, y siente todavía más envidia porque Baekhyun no solo es guapo sino también inteligente y carismático.
Aunque, sabe, está bromeando respecto a tenerle envidia, porque realmente no hace más que sentir aceptación de todas esas cualidades de Baekhyun. Le gustan.
—Así que, ¿qué hay de esa frase en tu banca?
—Oh, eso —puede verlo agachar la cabeza y sacudir su flequillo. Debajo, una sonrisita. Chanyeol está sonriendo por verlo avergonzado—. Es el inicio de un cuento que escribí hace muchos años pero, no lo sé, ese día estaba pensando en algunas cosas y tuve ganas de escribir aquello en la banca.
—¿Un cuento? Entonces escribes.
—Así es.
—Sonaba algo romántico, y eso que solo eran un par de líneas.
No puede pasar por alto el modo en que Baekhyun se sonroja, de repente arruga la nariz como si estuviera pensando y suelta una gran bocanada de aire.
—Sí, puede ser. Supongo que puedo ser un romántico. Además —se detiene unos segundos, mordiéndose el labio apenas— lo escribí estando enamorado.
Chanyeol eleva una ceja, curioso. ¿Puede ser la misma persona de la que solía hablarle en el chat? Tal vez ¿el sujeto del árbol? Sin darse cuenta su cuerpo se inclina un poco hacia el del más pequeño, queriendo saber.
—La gente enamorada escribe cosas locas —comienza, viendo a Baekhyun parpadear en su dirección— pero aunque no he leído lo suficiente como para poder hacer un juicio justo, creo que hay algo en ti. Me gustaría poder conocer un poco más de eso.
Baekhyun tarda en responder, limitándose a mirarlo por tanto tiempo que Chanyeol casi teme por que tropiece al no mirar el camino.
—¿Te gusta la literatura, Chanyeol?
—Oh sí, algo —y en el fondo está rogando para que no le cuestione su autor favorito, o el último libro que leyó. Por si acaso piensa en un título bueno.
