Capítulo 32

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KAI

Mentiría si dijera que he dormido bien, porque he dormido como el culo.

La pequeña discusión de ayer me puso de los nervios.

¿Por qué no es capaz de dejar correr algo y confiar en lo que le digo por una maldita vez en su vida?

No se ha acercado a mí en toda la noche, aunque yo tampoco me he esforzado mucho en hacerlo.

Somos cabezones con ganas.

Aún así, antes de salir de la cama beso su frente.

Me enloquece la forma en que el conjunto blanco se ciñe a su cuerpo como si se lo hubieran hecho a medida. Joder, qué sexi es.

Me doy una ducha rápida y me visto. Antes de bajar, vuelvo la vista hacia la cama.

Está tumbada hacia abajo, con las sábanas liadas a sus piernas de manera que se le ve todo el cuerpo menos una pequeña parte por la zona de los gemelos. No puedo evitar ir hacia ella y dejar un beso en su espalda. Se revuelve un poco, pero no se despierta.

La recepcionista pelirroja me recibe con una sonrisa.

—Hola.

—Buenos días, ¿tiene cita? —me escruta desde detrás de sus gafas.

—No la necesito. Avise al director ejecutivo.

—Lo siento, pero por mucho que quiera ayudarlo creo que eso no va a ser posible —se muerde el interior del carrillo.

Mierdo mi mandíbula.

—Yo creo que sí.

Debo haberla atravesado con la mirada, porque vuelve su vista al ordenador que tiene delante y marca un número en el teléfono.

—Un momento —dice cuando se pega el auricular a la oreja —. Hola, siento interrumpir su reunión, señor Schindler. Verá, tengo aquí a un joven...

—Kai Walker —puntualizo.

Se le cae la mandíbula al suelo y los ojos se vuelven chispas centelleantes. Parece que ha entendido quién soy.

—Kai... —traga saliva —Kai Walker, señor. Está aquí abajo y quiere verlo.

Empiezo a dirigirme hacia el ascensor, esta tía me está desesperando.

—Bueno, de hecho está subiendo, señor. Y parece ser que está un poco enfadado —escucho que dice a mis espaldas.

¿Un poco enfadado? Voy a reventar la cara a ese desgraciado si no me da explicaciones razonables.

Jade podría haber visto ayer al fotógrafo que estaba fuera del restaurante y conociéndola no le hubiera hecho ninguna gracia. Cuando estoy delante de la puerta del ascensor, entran un par de chicas jóvenes riendo cómplices sin dejar de mirarme.

| COMPLETA ✔ |   Aunque tú no lo sepas © [ATNLS 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora