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Capítulo 37

Aviso de contenido: en este capítulo se tratan temas que pueden y suelen causar gran controversia y no pretendo fomentar un debate lleno de odio o desprecio. Si queréis debatir tenéis los comentarios abiertos para hacerlo, pero siempre desde el respeto y la comprensión hacia la opinión de los demás.

Kisses <3

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KAI

Después de la primera reunión con el resto de empresarios, Miguel nos recomienda un restaurante en el centro de Lisboa y es allí donde comemos.

No dejo de mirar el móvil, comprobando una y otra vez si Jade me ha llamado o a contestado a alguno de mis mensajes.

¿Le habrá gustado el regalo?

Estoy apunto de meterme un trozo de pescado en la boca cuando el teléfono empieza a vibrar en mi bolsillo.

Cuando veo su nombre en la pantalla, mi cara se ilumina y me pongo de pie.

—Disculpad —digo levantando un dedo y dirigiéndome a un sitio más reservado.

Enzo y Celia son los únicos que parecen entender que se trata de mi chica, así que se miran y ríen sin dejar de disfrutar de la comida.

Serán mamones.

—Esto no es justo —escuchar su voz después de una mañana intensa de trabajo es el mejor analgésico.

—¿El qué, cariño?

—Las flores. No las quiero. Estás jugando sucio.

—¿No te gustan? Si es eso, puedes pedirme cualquier otra cosa y haré que te la lleven.

—No quiero nada, Kai. Es que no lo entiendes... No puedes pretender que por enviarme regalos vaya a perdonarte.

—No lo pretendo. Simplemente me apetecía enviarte flores.

—Pues gracias.

—Entonces, ¿te gustan?

—Sí, mucho. Aunque las negras son un poco... no sé, macabras.

Mi sonrisa se hace ahora más grande.

—Pero también hay rojas, ¿no?

—Sí, son muy bonitas. Gracias.

—Ojalá estuvieras aquí.

—No, estoy muy bien donde estoy.

—¿No te apetece besarme? —la incito.

—No.

Será mentirosa...

—Pues qué pena... porque a mi sí. ¿Qué haces ahora mismo?