Capítulo 55

10.4K 660 50
                                    

—¿No vas a hablarme? —Camine a la par de Cris, tratando de seguirle el paso apresurado que estaba teniendo gracias a que, claramente, quería ignorarme.

Cuando no recibí respuesta por su parte, tome su sudadera y lo obligue a que parase o, en el peor de los casos, iba a romper su prenda, y sabía que, si eso ocurría, él iba a llorar.

Al detenerse, me miro con un gran ceño fruncido y me tiraba dardos con los ojos. —¿Ahora quieres hablar conmigo?

—No seas dramático...

Al instante que esas palabras salieron de mi boca, quise darme una bofetada. Si bien Cris era dramático, la peor elección de palabras que podía elegir eran esas. Él abrió su boca en una gran O, su mano fue a su pecho y actuó de manera aún más trágica que antes, girándose y caminando rápido lejos de mi otra vez.

A las corridas otra vez. —Siento lo de anoche, estaba enojada y no quería desquitarme contigo...

Se bufó. —Gran forma de no desquitarte conmigo.

—Lo sé, tienes razón... —La tenia, pero me irritaba ver como no está titubeando con nada que dijera—. ¿Vas a perdonarme? ¿O dejo de intentar?

Cris se detuvo rápidamente, haciéndome chocar con su espalda. Se volteó lentamente con una ceja levantada y una media sonrisa. —¿Tan rápido te rindes? Quería que me ruegues un poco más, podrías llorar, ¿sabes? Para hacerlo mas real. Muéstrame tu arrepentimiento Celina —tomó repentinamente mis hombros para dar más énfasis a su actuación—. Esto no es lo que había practicado en mi cuarto —Mientras yo estaba en una especie de shock por su cambio repentino de humor, entrelazo su brazo entre el mío—. Hasta tenía un discurso de la amistad. ¿Quieres oírlo? Esta muy bueno...

Él maldito podía ser actor. —Te odio.

—¿Qué?

Empezamos a caminar y tome aire para poder decir las siguientes palabras sin estropearlo. —Me asustaste, pensé que de verdad te habías enojado conmigo y no me hablarías nunca más.

—Me enoje mucho contigo, pero agradezco que me hayas buscado. Si bien, preparé mi excelente discurso para que veas lo mala amiga que eres, no pensé que darías el primer paso. Ya sabes, como eres una maldita orgullosa, además de tu reciente rompimiento... No entiendo como estas tan estable.

Me encogí de hombros restándole la importancia que merece. —No fue un rompimiento, nunca fue mi novio.

Él asintió con la cabeza mordiendo su labio y comiéndose su reproche.

—Quiero irme de esta ciudad, estuve buscando universidades, tienes que ayudarme a decidir, pero fuera de eso, ¿tú que harás? —Inquirió de forma muy entusiasta Cris, sin parar de caminar de espaldas, con tal de verme e impedirme caminar con normalidad.

—Si sigues caminando así, te vas a tropezar Cris —Le hice saber, mientras trataba de esquivarlo para que me dejara el camino libre—. Además, ¿por qué buscas universidades? Te queda más de un año para decidirlo aún, a mí solo meses.

—La verdadera pregunta aquí es, ¿por qué tu no buscas una universidad, querida? —Intento recrear sin éxito la voz de mi tía, lo que me hizo reír. Era un idiota que me hacía llegar tarde a clases, lo cual, por cierto, estaba pasando, con quince minutos de retraso y nadie en la entrada.

—No iré Cris, voy a buscar trabajo al salir de aquí

Ver la expresión de asombro en su rostro hizo que me pusiera nerviosa, no tenía ganas de escuchar ni una sola palabra de lo que debería hacer con mi vida, mucho menos cuando de verdad deseaba seguir estudiando. Le iba a tirar mi mochila a la cabeza si me hacía sentir aun peor por ello.

Una vez que estábamos en la entrada del edificio, él no tuvo otra opción que dejar de brindarme su total atención y abrir las puertas, cuando eso sucedió, tomé mi oportunidad y salí a correr hacia mi clase, dejando a Cris atrás.

—¡Lo siento, estoy llegando tarde a clase, después háblame! —Grité sin mirarlo y pude escuchar un muy gracioso "Perra" mientras me iba.

Interrumpí de la forma menos estrepitosa en mi salón, pero claramente nada iba a alivianar todas las miradas que estaban sobre mí por llegar tarde. Solo una mirada no me estaba acribillando y era la que más me interesaba ver. Donovan no estaba aquí.

Y otro premio por pensar en lo único que no debería.

—¿Piensa quedarse ahí todo el día? —preguntó mi profesor de la forma más asquerosa posible conocida por el ser humano... Bueno, es exagerado, y si me refiriera a alguien con ese atributo, no sería el profesor, sino Jessi. Sin responderle, fui a mi asiento y puse mi mochila en el piso.

Caía en cuenta que Donovan ya no estaría siempre aquí, molestándome. Trataba de recordar constantemente que me había lastimado usando palabras para tratar de alivianar el momento, "es lo mejor para los dos". Sabía que no debería importarme su ausencia. Lo odiaba. Se lo dije. No me arrepiento. Nunca olvidaría lo que me hizo y lo idiota que fui por milésima vez consecutiva en mi vida, ya no me importaba, seguiría metiendo la pata hiciera lo que hiciera, parecía ser ese mi destino y ya no me molestaba, ahora cada vez que pienso demasiado, me entumezco, y eso estaba por hacer. 

No confíes en mí © (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora