Capítulo 57

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Mi tía irrumpió en mi habitación, provocando que arrojara la lapicera que tenia en la mano hacia algún lugar del cuarto. Claramente me había asustado.

Me encantaba la forma en la cual las personas a mi alrededor tenían algún tipo de cámara diminuta en mi cuarto para saber cuando apoyaba el trasero en el asiento de mi escritorio para leer o estudiar. Simplemente me parecía fabuloso.

Créanme, busque la cámara.

—Dios, lamento haberte asustado —dijo mi tía entrando lentamente en el cuarto. Todo su cuerpo expresaba recelo, sabia que eso no era bueno para mí.

—No hay problema, estaba estudiando, ¿Pasa algo?

Hizo una pausa para acercarse a la cama y sentarse en los pies de esta. Tomó una respiración profunda y empezó a hablar. —No nos hemos estado comunicado mucho últimamente, nunca estoy en casa, soy consciente de ello... La cuestión es que no te veo bien Celina.

Me sorprendí por su repentina preocupación. ¿Cómo podía suponer que había algo mal cuando nunca me veía?

—Si, estoy bien, solo que estoy concentrada en terminar mi año —respondí sabiendo que no era del todo verdad. Si, quería terminar el año lo mejor posible, pero también sabía que me sentía culpable por no haber hecho esto desde que llegue aquí. No necesito más distracciones... Excepto Cris.

—¿Anoche saliste?

Había captado mi atención. Hoy era uno de los días donde realmente no debería ser molestada. —Si, salí con Cris, ¿Por qué?

Tomo otra bocanada de aire para soltarlo exageradamente. Era rara. —Debemos poner reglas

Bien, quería reírme en su cara para expresarle lo absurdo lo que acababa de decir. —¿Reglas?

—Si —dijo ya con expresión totalmente seria, lo cual, me molestaba más.

Respira Celina.

Respira.

Sentía que mi cara había empezado a calentarse. —¿Por qué? Casi nunca hago nada fuera de este cuarto

—Anoche me dijo Jessi que fuiste a una fiesta.

—Si, ella también fue

—Ese no es el punto.

—¿Cuál es?

Ella se levantó de forma furiosa y empezó a agitar los brazos en el aire de manera excesiva. —El punto es que te fuiste con un extraño en su coche, ¿Cómo se te ocurre Celina? Era mayor que tú.

Proseguí a levantarme. Mi expresión cambio, estaba atónita. —¿Qué?

—Mira, yo no...

El segundo paso para no entrar en crisis es empezar a caminar de un lado al otro, como si estuviera loca, lo cual, estoy. —Primero, me sorprende que le creas a tu hija, la que me golpeo en el medio de la escuela, ¿lo recuerdas? Al menos pregúntame antes de venir a afirmar mentiras malditamente ficticias. Yo no fui a ningún lugar con ningún extraño. No sé qué alucinógeno estará ingiriendo, pero...

Me detuve porque sabía que, si seguía esto iba a terminar mal.

Mira tú, el semblante de mi tía paso de estar bastante pasivo, a darme miedo. ¿Ahora quería defender a su hija?

Con los dientes apretados fijo su vista a la mía, casi retándome. Esto definitivamente no iba a terminar bien. —Hay una foto de ti hablando en la calle con él sola.

Bien, en estos momentos me doy cuenta hasta que puntos de psicopatía y enfermedad llega mi prima. —Técnicamente estábamos en la fiesta. Además, me tome un taxi

—¿Acaso me preguntaste si podías ir?

—¿Estas jugando conmigo? ¿Jessi lo hizo? Además, nunca estas en casa y tu esposo tampoco. En los únicos momentos que veo a Dave son cuando tiene sus llamadas turbias y habla de cargamentos y no sé qué más. Luego se va.

Estaba a punto de tirarle un comentario ácido de su esposo. Esta mujer estaba poniendo a prueba mi autocontrol.

—Celina...

—¿Qué? Me la paso aquí estudiando, sin molestar a nadie. Me cocino yo misma. No te pido dinero, sigo teniendo lo que me diste hace dos meses, lo cual me sirve para vivir todo el puñetero año, no te pido nada, no te digo las cosas que me hace tu hija a diario para no fastidiarte.

—Celina, tu madre...

Ya todo me importa una mierda. Con ella no.

—¿Mi madre qué? No se te ocurra hablar de mi madre, nunca la has nombrado en los meses que estuve aquí, excepto la primera semana. Por si no sabes, yo estoy aquí por ella, quiero terminar la secundaria para conseguir un buen trabajo e irme a buscarla, cosa que tu no has tenido ni la mínima intención de hacer, ni ayudarla, ni una mierda. Podría estar muerta hace una semana y tu ni te enterarías, pero ¿adivina qué? Yo llamo todos los puñeteros días y nunca responden nada, excepto para decirme que sigue en la lista del maldito psiquiátrico, esa es la única manera que puedo saber que mi mama esta viva. Porque también esta eso, esta en un maldito lugar publico cuando ambas sabemos que puedes costearte uno privado cerca de aquí para que podamos verla, pero no, no te importa. No quieres.

La mujer frente a mí, se acercó peligrosamente con la cara totalmente roja. —¿Tu forma de ayudarla es yéndote a fiestas?

—Salgo una vez cada mes y mis notas son impecables. ¿Por qué no vas a ver que notas tiene tu hijita? Va a fiestas y bares toda la puñetera semana. Replicándote, ¿Tu forma de ayudar a mi madre es no hacer nada?

—Si yo hubiera sido su hija y la quisiera tanto como tú dices quererla, no me hubiera ido lejos de ella.

Todo mi cuerpo quería desplomarse en el piso. Su voz cínica y el frió de sus ojos, me estremeció. ¿Cómo podía decirme eso? Estaba en una maldita película en la que todos son la peor peste del mundo, todo lo que creía saber de cada persona que conocí aquí, era mentira. Mi tía solamente era una copia mayor de Jessi, April ni me miraba, Jessi es una perra, Travis era un puerco y Donovan...

Esto no era creíble. De verdad quiero desaparecer, ya no lo tolero más.




No confíes en mí © (Terminada)Where stories live. Discover now