Parte 29

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ELSA POV:

Pasé tres días en cama antes de recuperarme por completo del resfriado. Anna estuvo cuidándome todo el tiempo, incluso me ayudó un poco con el papeleo del castillo. Una agradable tranquilidad había reinado esos días. Además, mi resfriado había sido un pretexto perfecto para que a nadie la pareciera extraño que Anna durmiera en mi habitación. Pero ahora, debíamos encontrar la manera de seguir con nuestro amor a escondidas. Una vez más, Olaf fue nuestro cupido.

─ Bueno, ahora que Elsa ya está bien, puedo darle su regalo de cumpleaños a Anna ─ dijo Olaf mientras desayunábamos en el jardín ─ pero las dos deben guardar el secreto. Iremos ahora mismo, después de desayunar.

─ ¿A dónde iremos? ─ preguntó Anna emocionada ─ ¿Cuál es mi regalo?

─ Paciencia Anna, te va a encantar ─ le aseguró Olaf apurando su pan tostado.

─ Tershmine ─ murmuró Anna con la boca llena después de devorar los últimos trozos de fruta de su plato ─ vamonosh

─ ¿Y si primero terminas de masticar y bebes tu jugo? ─ le sugerí riéndome. Anna hizo una mueca y terminó de masticar su desayuno.

─ Listo, vámonos ─ suspiré y me levanté de la mesa para seguirlos.

─ Bueno, el regalo está en el bosque, pero en un lugar oculto, así que síganme.

Seguimos a Olaf en silencio unos cuantos minutos, pero la curiosidad de Anna era enorme.

─ Pero ¿A dónde vamos? ─ preguntó Anna deteniéndose después de un rato ─ ¿Por qué mi regalo está en el bosque?

─ Porque sí, Anna. Es una sorpresa ─ murmuró Olaf ─ Sólo puedo decirte que es algo que no podía llevar al castillo.

─ Anna, no seas impaciente. Platiquemos un poco mientras caminamos ─ sugerí reanudando la marcha.

─ ¿Qué decía la carta de las Islas del Norte? ─ preguntó Olaf.

─ ¿Carta de las Islas del Norte? No he recibido ningu... ¡Anna! ─ mi hermana me miró con la misma cara de fingida inocencia que ponía después de hacer alguna travesura cuando era niña ─ ¿Recibí una carta de las Islas del Norte?

─ Llegó ayer... aun no te sentías demasiado bien... ─ murmuró sin mirarme ─ No es una carta oficial, es una carta personal de Georgina... ─ la miré severamente, molesta ─ sentí celos...

─ ¿Y por eso pensaste que era mejor idea no entregármela? ─ Anna asintió ─ ¿Y la leíste? ─ asintió nuevamente ─ ¿Decía algo que te hiciera pensar que tienes razones para estar celosa?

─ No, pero... Elsa, lo siento... ─ susurró Anna apenada ─ es sólo que no sé, lo tuyo con Georgina fue tan intenso y tal vez ella aun sienta cosas por ti...

─ Anna, te lo dije esa noche, y te lo he repetido todos los días desde entonces. Te amo ─ miré a mi alrededor para asegurarme que estábamos solas y le planté un beso en los labios ─ Georgina es reina de las Islas del Norte, nuestros reinos son aliados, así que no sólo serán cartas, habrá reuniones y visitas. Pero eso no cambia el hecho de que yo decidí estar contigo ─ la besé de nuevo ─ Así que confía en mí y no vuelvas a ocultarme cosas.

─ Está bien, Elsa... y de verdad lo siento ─ me dijo tomándome de la mano para seguir caminando ─ Tal vez sí debas leer la carta... el rey ha estado muy enfermo, Georgina está preocupada, quiere saber si puedes enviarle a nuestro mejor médico, brujo o lo que tengamos. Nadie en su reino ha podido ayudarles. Pensé que tal vez podría hablar con el abuelo Pabbie, tal vez él sepa que hacer.

Tormenta DesatadaWhere stories live. Discover now