Parte 36

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GEORGINA POV:

Lucille había regresado a su habitación entrada la madrugada, me sentí un poco preocupada de que alguien la viera, la última vez los empleados crearon todo tipo de rumores alrededor de Elsa, aquella vez eran ciertos, pero ésta... no quería que los rumores asustaran a Lucille. Al final había conseguido averiguar algunas cosas más, sus padres no estaban de acuerdo con que fuera médico, se molestaron mucho cuando rechazó una propuesta de matrimonio y le retiraron la palabra cuando ella dejó Francia para estudiar medicina. Además de francés hablaba inglés, chino, italiano, español, latín y un poco de alemán. Una pizca de esperanza nació en mí al notar que cuando dijo que había tenido un romance en China, nunca especificó si fue con un hombre o una mujer. Además de que no pareció alarmada o incomoda, ni siquiera sorprendida, cuando le conté acerca de Margaret y Elsa.

Me acosté a dormir en cuanto se fue, y no sé si fue la cafeína del té o su aroma que se había quedado en la habitación, pero me costó conciliar el sueño, no dejaba de pensar en ella, al cerrar los ojos, la imagen de Lucille tocando el violín aparecía grabada bajo mis parpados, y mi mente... mi mente quería dar rienda suelta a las fantasías.

Cuando por fin logré dormir soñé con su cabello moviéndose al ritmo de los acordes del violín, con sus largos dedos tocando las cuerdas del violín, y con sus ojos luminosos y su apasionada voz, esos que pone sólo cuando habla de medicina o sus viajes por el mundo.

A la mañana siguiente desperté temprano para poder desayunar con ella. Cuando entré al comedor ella ya estaba ahí con una taza de café en una mano y un libro en la otra.

─ Buenos días, Lucille ─ saludé sentándome junto a ella en la mesa, y no en la cabecera como suelo hacerlo ─ ¿Qué es lo que lees hoy?

─ Buenos días, Georgina ─ me saludó un poco desconcertada ─ Estoy leyendo un tratado sobre enfermedades cardiacas que hallé en la biblioteca.

─ Vaya, eso suena muy interesante ─ le dije sirviéndome una taza de café de la jarra ─ háblame un poco más de eso.

─ Bueno, en realidad... esperaba poder seguir platicando de ti ─ me respondió con una sonrisa ─ Ayer me contaste cómo te convertiste en reina, y acerca de las dos mujeres a las que amaste, y claro, eso dice mucho de ti, pero quiero conocer a la verdadera Georgina, cuéntame... ¿Qué te gusta? ¿Qué no te gusta? ¿Cuáles son tus sueños y tus miedos?

─ Vaya... ─ respondí con un suspiro y sin poder evitar sonrojarme, al ver mi reacción ella también se sonrojó ─ Es algo que nunca me habían preguntado.

─ Disculpa... ─ me dijo mirando al suelo apenada ─ no era mi intención incomodarte, es sólo que me interesas, es decir, ya sabes, eres una persona interesante, sólo quería saber más de ti.

─ No te disculpes, me halagas ─ le respondí sonriendo ─ todo mundo quiere conocer a la reina, sus planes para el pueblo, las cosas en las que trabaja. Eres la primera que quiere conocer a la verdadera Georgina. ¿Quieres dar un paseo conmigo en los alrededores del castillo? Responderé todas tus preguntas.

─ Claro, me encantaría, sólo debo ver como está Su Majestad, quiero ver si respetó la dieta que le mandé, y si sus evacuaciones de esta mañana presentaron algún cambio.

─ Hablar de las evacuaciones del rey no es nada romántico ─ dije soltando una carcajada.

─ ¿Será un paseo romántico? ─ me preguntó ella con un sonrojo cubriendo su rostro, sentí el calor subir a mi rostro de inmediato.

─ No, no me refería a eso, es sólo que... ─ traté de responder, pero ella me interrumpió.

─ No tardaré más de treinta minutos ─ me dijo sonriendo ─ búscame en mi habitación en media hora.

Tormenta DesatadaWhere stories live. Discover now