Tercera carta

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Sus ojos se abrieron con sorpresa al sentir una mano en su hombro, haciéndolo voltear asustado.

—Will, vamos pensé que ya estarías en la entrada —la voz hizo que soltara un suspiro de alivio.

Dirigió sus ojos a los de Jane. De repente la chica lo observaba con esa mirada que ya él conocía, esa mirada que Jane pone cuando algo no le acaba de convencer, cuando siente que algo va mal.

Oh no.

—L-Lo siento, Jane. Me entretuve un rato, déjame guardar los libros que me faltan y estaré contigo en la salida en un segundo —dijo Will intentando que Jane dejara de mirarlo así y se convenciera de que todo iba bien.

—No —se negó—, te esperare y saldremos juntos.

El tono de la chica lo hizo tensarse pero intentó mantener la compostura. Se volteó e intentó guardar las dos cartas restantes con cuidado de no ser visto por Jane. Claro, falló.

—¿Qué es eso? —soltó Jane tomando una de las cartas.

Will tiró su mochila y con la desesperación quemandole, intentó quitárselo a Jane.

—¡No, dame eso! —exclamó.

La chica había empezado a abrirla mientras la levantaba en el aire para evitar que el castaño no la alcanzara. Aunque Will solo era un poco más bajo que Jane, esta se las arreglaba para impedir que Byers, aún saltando y poniéndose de puntitas, la alcanzara.

—¡Jane, dame eso! —siguió saltando desesperado mientras Jane seguía abriéndolo— ¡Hopper te dijo que no te entrometieras en las cosas de los demás, dej-...

Sus palabras murieron en su boca cuando Jane ya había abierto la carta; estaba más que frito.

Jane se encontraba mirando desconcertada aquel...¿Mapa?, ¡Mapa! ¡No era la carta, era un mapa!

"Tú primer encargo está en la otra carta y está viene adjunta a un mapa, te conviene no perderlo cariño"

Mierda.

—Ya deja de jugar, dámelo —dijo Will más tranquilo, aprovechando el desconcierto de Jane para quitarle el mapa.

Jane le dio una última mirada desconfiada antes de volver a su estado normal. Entonces Will apresurado se volteó hacia su casillero, dobló el mapa, lo metió en su mochila junto con la segunda carta y por último guardó sus libros, apresurándose para que Jane dejara de sospechar de él. Después ambos adolescentes caminaron hacia la salida.

—¿Por qué tenías un mapa? —preguntó de repente la chica.

Will trago saliva y sonrió como siempre al contestar.

—Cosas de Geografía, ya sabes —dijo intentando sonar indiferente—, deja de ser tan curiosa.

La castaña rió mientras ambos abrían las puertas que daban al patio delantero de la gran escuela. Jane cogió la costumbre de ser curiosa a medida que pasaban los años en su vida normal, quería saber el porque, el para que, y él significado de cada cosa. Nadie la culpaba, y mucho menos Will, pasar años en un laboratorio no daba una perspectiva muy clara de la vida.

Para cuando ambos estuvieron fuera de la escuela la camioneta de Hopper ya estaba esperándolos ahí. Entonces ambos subieron y se dirigieron a casa.

...

Al llegar cada miembro tomó su camino hacia su habitación. Entonces Will al estar a solas en su habitación suspiró y dejó caer su mochila, sentándose de golpe en la silla de su escritorio. Se refregó la cara con las manos y miro su mochila que yacía en el suelo, sabiendo que tendría que leer esa otra carta y después de eso cumplir lo que decía.

Dear, Will ; BylerWhere stories live. Discover now