Escapada

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El nombre del pueblo, y el pueblo que se presenta en este capítulo son totalmente ficticios.

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Cuando el miércoles llego, Will no podía evitar sentirse ansioso, incluso más de lo que estuvo todo el día pasado. Mike no le daba pistas, se negaba a hacerlo. Tuvo que quedarse con la incertidumbre de que rayos planeaba Mike y cuando planeaba realizarlo.

Estaba intentando dibujar algo esa tarde, pero su mente se negaba a concentrarse en algo. Después de un rato intentándolo, se rindió y camino fuera de su habitación, hacia la cocina, pensando en comer un pequeño aperitivo.

Se estiró con un poco de dificultad hacia la alacena. Sus dedos rozaron una pequeña caja. Supo lo que era al instante y lo tomó al instante; una caja de Eggos se mostró entre sus manos. Tomó dos de estos y los puso en la tostadora.

—¿Crees que puedas darme uno de esos? —preguntó Jane desde el marco de la cocina.

No pudo evitar soltar un pequeño chillido de sorpresa al escuchar a la chica tan de repente. Asintió, y en cuanto los waffles estuvieron, le dio uno a Jane. Ambos se sentaron en el sofá y se dispusieron a ver televisión.

—Lamento que no puedas irte de vacaciones con Mike —comentó la chica mientras se comía el waffle.

Will hizo una mueca.

—No hay problema. Igual, mamá tenía razón, puede ser peligroso —dijo el chico con la vista fija en el televisor.

—Tiene razón, es cierto, pero algún día tendrás que correr ciertos riesgos, después de todo ya eres un adolescente y deberíamos empezar a superar lo que pasó hace unos años. El demogorgon se fue, cerré el portal y ahora el laboratorio se largó. Tienes derecho a una vida normal, pero solo estoy diciendo.

Después de años con Jane, había aprendido que la chica siempre detestara los sucesos de hace años. Ella solo deseaba olvidar y arreglar todo. Por eso nunca hablaba de lo que pasó. Sin embargo ahora se lo comentaba, y él sabía que tenía razón.

—Lamentablemente no puedo hacer nada —Will volvió a hacer una mueca—, pero esta bien, tampoco es que irnos de vacaciones tan apresuradamente sea buena idea.

Después de lo que dijo Will, no volvieron a tocar el tema.

...

La noche cayó y como era rutina, cuando Joyce hizo la cena todos comieron en familia. Después, todos se fueron a dormir, pero Will en vez de hacerlo, se dispuso a esperar a Mike.

Tocaron su ventana unos veinte minutos después. Solo bastaron unos segundos para que tuviera al azabache en frente.

—Cámbiate, nos vamos —soltó de repente.

Will borró la sonrisa que llevaba y abrió sus ojos como platos.

—¿Qué? —susurró alarmado—, ¿Dónde?, ¿Por qué?

—Calma —puso sus manos en sus hombros—. Te dije que te sorprendería, no podemos ir al viaje entonces planeé algo para que ambos nos divirtamos.

—P-Pero, no podemos ir en medio de la noche —replicó.

Él sabía muy bien que lo había hecho múltiples veces, con diferente propósito, pero él sabía que volvería antes del amanecer, con Mike no sabía si volverían antes de que su madre se diera cuenta.

Dear, Will ; BylerDove le storie prendono vita. Scoprilo ora